La banca ha rechazado el 40% de las 42.800 solicitudes al Código de Buenas Prácticas hipotecario recibidas hasta julio, lo que supone la denegación de 17.120 peticiones de adhesión, según los datos recogidos en el Informe de Estabilidad Financiera del Banco de España, publicado este lunes.
Este porcentaje, sin embargo, es inferior al registro en los últimos años del Código de Buenas Prácticas de 2012, cuando se rechazaba en torno al 60% de solicitudes. En este sentido, el Banco de España también informa de que el 90% de las solicitudes rechazadas lo han sido por no cumplir con los criterios del código. De este 90%, unas 1.000 se han reclamado y han sido, finalmente, estimadas a favor de los hogares.
En cambio, las efectivamente realizadas representan en torno 9%, en torno a 3.852 solicitudes, un número «reducido» en relación con el volumen de solicitudes. Además hay un 50% pendiente de resolverse, alrededor de 21.400 solicitudes, un porcentaje este último que también se sitúa por debajo del registrado para el Código de 2012.
En total, hasta julio, la banca recibió cerca de 42.800 solicitudes para adherirse al código, lo que supone menos del 0,4% del saldo vivo de préstamos hipotecarios. De esta cifra, 23.100 solicitudes eran del código para familias vulnerables y 19.700 para el de clases medias.
El Banco de España señala que el número de solicitudes ha sido «limitado» con respecto al saldo total de hipotecas, así como a las que cumplían las condiciones para acogerse y que la propia institución fijaba en un máximo de 549.000 potenciales beneficiarios el pasado mes de abril. Sin embargo, afirma que el número efectivo de solicitudes es «notablemente superior» al volumen medio observado en periodos de la misma duración con el Código de Buenas Prácticas aprobado en 2012.
Conviene recordar que en 2012 se aprobó un primer Código de Buenas Prácticas hipotecario para familias vulnerables que en noviembre de 2022 fue reformado y ampliado con otro código destinado a deudores hipotecarios en riesgo de vulnerabilidad.
De forma relacionada, el Banco de España no ha detectado incrementos significativos del volumen total de reestructuraciones o refinanciaciones en los préstamos a hogares fuera del ámbito de los códigos. También observa, respecto de la media de los préstamos hipotecarios, ciertas señales de mayor riesgo de crédito en las operaciones que efectivamente se han acogido a ellos, «de forma coherente con el perfil de menor solvencia de los acreditados que acceden a estas facilidades».
Sin embargo, el supervisor indica que, para valorar el volumen de solicitudes y operaciones, es necesario tener en cuenta que el período de tiempo transcurrido desde la entrada en vigor de los nuevos códigos en enero de 2023 es «todavía reducido».
Además, señala que la resiliencia del empleo y de la renta habría sostenido la capacidad de pago de los hogares. «La modificación de condiciones hipotecarias, también dentro del diseño de los códigos de buenas prácticas, implica costes para los hogares en la medida que requieran de un esfuerzo de financiación adicional», ahonda. Así, las familias usan estas opciones «solo cuando sufren problemas de liquidez que no admiten una solución alternativa».
En cualquier caso, el Banco de España afirma que será necesario mantener una monitorización estrecha del desarrollo de estas medidas en función de la coyuntura macrofinanciera.
REFORMA DEL CÓDIGO
Sobre una ampliación del código, el director general de Estabilidad Financiera, Regulación y Resolución del Banco de España, Ángel Estrada, considera que «es pronto» para valorar si es necesario.
Ha pedido esperar, observar cuáles son las solicitudes hasta septiembre y qué hacen las entidades que todavía tienen pendiente de resolver y que elevará el porcentaje de peticiones aceptadas.
También ha recordado que la situación económica actual de lo hogares «no tiene nada que ver» con la que tenían durante la crisis soberana de 2012.