El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha afirmado que la reducción de la jornada laboral pactada por PSOE y Sumar es «un buen titular» pero ha advertido de que puede perjudicar al trabajador porque hay empresas que tendrán dificultades para cumplir ese horario con los mismos sueldos.
Feijóo ha recordado que en España ya es legal la jornada de 37,5 horas, pero se ha preguntado: «¿Va a ser obligatoria para todas las empresas? ¿En España la negociación colectiva queda derogada?». Son preguntas que ha lanzado este miércoles en el Fórum Europa Tribuna Catalunya.
Al respecto, ha advertido de las dificultades de «las pequeñas empresas para cumplir esa jornada con el mismo salario» y de que el resultado de ese acuerdo pueda ir en contra de los trabajadores.
QUE CATALUNYA «VUELVA» A SER MOTOR
Ha asegurado que su gran objetivo «cuando sea presidente es que Catalunya vuelva a competir por ser el motor económico de España» y ha apostado por políticas económicas y una fiscalidad igualitarias territorialmente.
Ha asegurado que la amnistía y la autodeterminación «no solucionará ningún problema, solo interesa a unos pocos», en referencia al retroceso que ve en Catalunta sobre inversión, vivienda y educación, y ha defendido la cohesión territorial en vez de una política de privilegios que, según dice, socava las instituciones y la imagen del país.
Por eso, apuesta por centrarse en la gestión, tras cuestionar un pacto de gobierno PSOE-Sumar que ha calificado de «pirotecnia innecesaria», y cuestiona que se presente como novedad un acuerdo entre dos partidos que se presentaron como tique electoral.
«El acuerdo es un relato de los asuntos comprometidos hace cuatro años que no cumplieron», según el máximo dirigente del PP.
POLÍTICA EXTERIOR, PSOE Y PP
Feijóo también se ha referido a la política exterior para recordar que siempre fue consensuada por PP y PSOE, pero «alguien ha roto el consenso», en referencia a los miembros del Gobierno que se han manifestado contra la OTAN o discreparon sobre la respuesta a la invasión rusa en Ucrania.
También ha criticado que el presidente y candidato a la reelección, Pedro Sánchez (PSOE), haya necesitado quince días para que el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, «se le haya puesto al teléfono».