Los Veintisiete han adoptado este martes un reglamento por el que se crea el primer estándar de bonos ambientales de la UE, que permitirá legislar contra el ‘ecopostureo’ en estos mercados y garantizar que estén alineados con la financiación del crecimiento sostenible y la transición hacia una economía climáticamente neutra y eficiente en el uso de los recursos.
El reglamento, que entrará en vigor 20 días después de su publicación en el Diario Oficial de la UE, establece requisitos uniformes para los emisores de bonos que deseen utilizar la denominación ‘bono verde europeo’ o ‘EuGB’ para sus bonos medioambientalmente sostenibles.
Los bonos ambientalmente sostenibles son uno de los principales instrumentos para financiar inversiones relacionadas con tecnologías verdes, eficiencia energética y eficiencia de recursos, así como infraestructuras de transporte e infraestructuras de investigación sostenibles. Los bonos verdes europeos se alinearán con la taxonomía de la UE para actividades sostenibles y se pondrán a disposición de inversores de todo el mundo.
Los emisores podrán demostrar que están financiando proyectos verdes legítimos alineados con la taxonomía de la UE, al tiempo que la confianza de los inversores en la inversión verde mejorará gracias a un marco que reduzca los riesgos que plantea el ‘ecopostureo’ y, en última instancia, estimule los flujos de capital hacia proyectos ambientalmente sostenibles.
El reglamento establece un sistema de registro y un marco de supervisión para los revisores externos de los bonos verdes europeos.
Para evitar el ‘ecopostureo’ en el mercado de bonos verdes en general, el reglamento también establece algunos requisitos de divulgación voluntaria para otros bonos ambientalmente sostenibles y bonos vinculados a la sostenibilidad emitidos en la UE.
Todos los ingresos de los bonos verdes europeos deberán invertirse en actividades económicas que estén alineadas con la taxonomía de la UE para actividades sostenibles, siempre que los sectores en cuestión ya estén cubiertos por ella.
Para aquellos sectores que aún no están cubiertos por la taxonomía de la UE y para determinadas actividades muy específicas habrá una bolsa de flexibilidad del 15%. Esto tiene como objetivo garantizar la usabilidad del estándar europeo de bonos verdes desde el inicio de su existencia.
El uso y la necesidad de este bolsillo de flexibilidad se reevaluarán a medida que avance la transición de Europa hacia la neutralidad climática y con el creciente número de oportunidades de inversión verdes y atractivas que se espera que estén disponibles en los próximos años.