El Banco de España ha advertido de que las exportaciones de bienes se han debilitado en el primer semestre de 2023, lastradas por la desaceleración de los mercados de exportación, y prevé que el endurecimiento generalizado a escala global de las condiciones financieras limite el vigor de las exportaciones españolas, al menos a través del canal del tipo de cambio.
El artículo titular ‘El comportamiento reciente de las exportaciones de bienes. Algunos factores explicativos’, el Banco de España avisa de que las perspectivas a futuro sobre las exportaciones están rodeadas de una elevada incertidumbre, asociada, principalmente, a la evolución de las tensiones geopolíticas y a su impacto sobre los mercados de materias primas, tanto energéticas como no energéticas.
Pese a esto, desde el organismo que dirige Pablo Hernández de Cos señalan que la relajación de las tensiones en los mercados de la energía desde finales del verano de 2022 y la resolución gradual de los cuellos de botella deberían permitir que se prolongue la etapa reciente de mayor dinamismo de las exportaciones.
A más largo plazo, el Banco de España prevé que la evolución de los mercados de la energía, en particular en un contexto de transición energética asociada a la lucha contra el cambio climático, tenga consecuencias sobre la evolución de las exportaciones del país.
PRECIO DE GAS MÁS ELEVADO A FUTURO EN UEM: PÉRDIDA DE COMPETITIVIDAD
Por un lado, el organismo ha señalado que resulta probable que el gas siga siendo más caro en la UEM, incluida España, que en otras áreas como Estados Unidos, en línea con la señal a medio plazo de los futuros de este hidrocarburo, ya que las fuentes alternativas al gas ruso podrán implicar precios estructuralmente más altos en la zona del euro, debido, en parte, a una mayor dependencia de las importaciones de gas natural licuado.
Esta situación podría derivar en un impacto negativo sobre la capacidad competitiva de las industrias más intensivas en energía de la UEM, incluida España.
Además, el Banco de España apunta que los costes de estas ramas pueden verse acrecentados, al menos de forma transitoria, por las políticas de transición energética y de lucha contra el cambio climático.
Por otro lado, en sentido contrario, señalan que las exportaciones energéticas pueden verse impulsadas por las ventajas comparativas de España en la producción de energías renovables, basadas en su situación geográfica, su climatología y el desarrollo de una industria productora de componentes utilizados en la generación eólica y solar.
Las incertidumbres también afectan, según el Banco de España, a la capacidad de crecimiento de las exportaciones de automóviles, cuya consolidación a medio plazo requiere una mayor especialización en la producción de vehículos eléctricos.
«REGIONALIZACIÓN» DE LAS CADENAS DE VALOR
En este sentido, el Banco de España ha insistido en que resulta necesario un diseño adecuado de los Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica (Perte) relativos al transporte y a la transición energética, que permita que dichas inversiones puedan constituir una palanca de impulso de la capacidad competitiva de esta industria en el país.
Finalmente, el organismo apunta a que la evolución de las exportaciones estará condicionada por la configuración futura de las cadenas globales de valor y ve probable que las estrategias basadas en la autonomía estratégica europea den lugar a una cierta regionalización de las cadenas de valor, al priorizarse la seguridad frente a las consideraciones de eficiencia.