La gerente de Conocimiento del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), Verónica Frisancho, cree que el manejo de la sostenibilidad fiscal va a ser uno de los grandes retos de los próximos años para América Latina, junto a otros desafíos con los que deberá lidiar la región, como hacer frente a la transición verde o luchar contra las brechas sociales.
En una entrevista con Europa Press, Frisancho ha valorado como «preocupante» que América Latina vaya a experimentar unos bajos niveles de crecimiento en 2023, ya que no contribuye a ampliar un espacio fiscal que es «limitado».
En este sentido, si bien desde CAF no esperan una crisis de deuda en la región, consideran necesario que se haga un gasto más eficiente, puesto que los países no van a tener mayores ingresos debido a este bajo crecimiento.
«Creo que manejar la sostenibilidad fiscal va a ser uno de los retos en los próximos años, a lo que agregamos dos componentes más, como son la transición verde y las distintas brechas sociales», ha comentado.
La inflación, que tiende a afectar a los sectores poco privilegiados, ha tenido un impacto negativo a la hora de cerrar las brechas sociales ya existentes en América Latina, que ya era una de las regiones más desiguales del mundo y, actualmente, cuenta con unos niveles que son «difíciles de bajar».
No obstante, para la responsable de CAF, hay una oportunidad para trabajar en este campo a través de distintas reformas y políticas públicas que, por ejemplo, permitan invertir en la reconversión del capital humano.
Del mismo modo, considera que América Latina tiene una posición «privilegiada» para enfrentar el cambio climático, aunque depende en cierto modo de las inversiones que se destinen tanto a infraestructuras como a capital humano.
Según Frisancho, se debería de apostar por aquellos sectores que van a dejar de operar con tanta intensidad, como es el caso de las industrias más contaminantes, y conseguir que sigan generando el mismo nivel de empleo e ingresos en el marco de la transición energética.
Dentro del potencial de América Latina, desde CAF quieren poner el foco en aquellos países que tienen una capacidad mucho más grande que cualquier lugar del mundo para generar energía eólica y solar, o aquellos que cuentan con minerales críticos que son «importantes» para la transición energética, como el litio o el cobre.
«Hay muchas oportunidades. El punto estratégico es lograr que estas inversiones sean efectivas, lo que va a depender de la realidad de cada país. De esta forma, se podrían aliviar un poco las presiones que tiene la región desde el lado fiscal», ha subrayado.
COLABORACIÓN «VITAL» CON EUROPA
Al momento de empezar a discutir una transición energética justa, la gerente de CAF cree que es «vital» sentarse a la mesa con Europa o con Estados Unidos, puesto que son actores que tienen una visión histórica en este campo debido a la estructura de sus economías.
Aunque su estrategia energética se desarrollan en escenarios distintos, España también juega un rol clave para el CAF, con una gran involucración por ser un miembro pleno del banco. Tanto sus actuaciones como las de otros países «guían» las operaciones del banco en materia de energía renovable.
«España aporta ejemplos bandera para una realidad distinta, ya que en CAF tratamos de encontrar una mirada desde Latinoamérica, vista la abundancia de recursos diferencial que hay en la región. Buscamos maneras de apoyar la transición energética al mismo tiempo que se pueda preservar el capital natural», ha explicado Frisancho.
El ‘Reporte de Economía y Desarrollo’, la principal herramienta de CAF para compartir estrategias de desarrollo para la región, es también un ejemplo de gran colaboración con Europa. La transmisión de conocimiento a la sociedad civil y a los actores políticos es, precisamente, una de las tareas de la gerencia de conocimiento del CAF, encabezada por Verónica Frisancho.
En las próximas semanas, CAF tiene previsto presentar el ‘Reporte de Economía y Desarrollo’ en distintas capitales europeas, entre las que se encuentran París, Londres o Madrid.