El Banco Central de Brasil ha considerado de forma unánime que la flexibilización del grado de endurecimiento de la política monetaria requiere de «confianza» en el proceso desinflacionario, ya que, una reducción prematura de los tipos de interés podría llevar nuevamente a una aceleración de la inflación.
Así se recoge del acta de su última reunión celebrada la semana pasada, en la que el banco acordó por séptima vez consecutiva mantener los tipos en el 13,75%. En esta ocasión, atendiendo al contexto actual y tal y como había señalado en su anterior reunión, el organismo ha vuelto a apelar a la «parsimonia» y la «cautela» para tomar las próximas decisiones de política monetaria.
No obstante, pese a la unanimidad con la que se ha pronunciado el banco en este sentido, los miembros del comité de política monetaria han mostrado diversas opiniones respecto al momento en el que se podrían comenzar a recortar los tipos de interés.
Por un lado, un grupo ha manifestado que, en caso de continuar el proceso desinflacionario en curso, se puede dar «la confianza necesaria» en la siguiente reunión para iniciar un lento proceso de inflexión en la próxima reunión.
Por otro lado, un segundo grupo fue «más cauteloso», siendo partidario de un mayor anclaje de las expectativas de inflación a largo plazo que dé mayor evidencia al proceso de desaceleración de los precios.
ANCLAJE DE LAS EXPECTATIVAS
A pesar de que la inflación se ha reducido en el período reciente, el banco central de Brasil está preocupado por el cumplimiento de la meta, sobre la que todavía se está «por encima».
Así, con una caída de los precios más lenta en esta última etapa, incluido el índice subyacente, la entidad ha insistido en que el proceso exige «serenidad y paciencia», puesto que se necesita «asegurar la convergencia» de la inflación a su meta.
Además, tal y como han señalado los miembros más cautelosos, las expectativas de inflación continúan desancladas de las metas establecidas, lo que eleva el coste de llevar la inflación de regreso a la meta. Sobre este punto, el banco ha reiterado que el comportamiento de las expectativas es un aspecto «fundamental» y un factor «clave» para la estabilidad de precios.
En términos de la trayectoria de la inflación cabe señalar que se espera la continuidad de la caída en la inflación doce meses durante este segundo trimestre, por el efecto base del año anterior. Para el segundo semestre de 2023, sin embargo, se espera una mayor inflación.
Finalmente, el banco todavía aprecia ciertos riesgos al alza, como la mayor persistencia de los precios a nivel mundial o un desanclaje aún más elevado de las expectativas de inflación.