El Bundesbank, el banco central de Alemania, afirma que el PIB de la primera economía europea crecerá «ligeramente» en el segundo trimestre de 2023, rompiendo, así, la tendencia de contracciones de los dos trimestres anteriores y que han abocado al país a una recesión técnica.
«Esperamos que la actividad económica crezca ligeramente de nuevo en el actual trimestre», ha augurado el Bundesbank en su informe mensual del junio.
De esta forma, se ha mostrado más optimista frente a pronósticos anteriores por mejoras en los cadenas de suministro y por el crecimiento en los pedidos registrados por las empresas. Además, el consumo de los hogares está repuntando a pesar de la inflación, los sueldos crecen y el gasto público crece frente a su reciente atonía.
No obstante, la caída de la demanda externa de manufacturas ha perjudicado a las exportaciones, un componente importante para la economía alemana. Por otro lado, los altos tipos de interés están afectando a la inversión empresarial, al encarecer los costes de financiación.
El documento, aun así, pronostica que Alemania acusará un retroceso en 2023 del producto interior bruto (PIB) del 0,3%, dos décimas más que en la proyección de diciembre, «principalmente, por la suavización de los mercados energéticos».
En cuanto a la inflación, la tasa armonizada, que es la que emplea Eurostat en sus estadísticas, caerá del 8,7% del año pasado al 6% en 2023. La variable subyacente, que excluye de su cálculo los precios de la energía y los alimentos por su mayor volatilidad, se quedará en el 5,2%. Para el próximo ejercicio y para 2025, el alza general de los precios será del 3,1% y del 2,7%, respectivamente.
Por otro lado, ha empeorado sus previsiones de PIB a medio plazo respecto a las de finales del año pasado, ya que anticipa un crecimiento del 1,2% para 2024 y uno del 1,3% para 2025, un recorte de cinco y una décimas, respectivamente. El Bundesbank ha explicado que los tipos elevados y la menor competitividad lastrarán el crecimiento.