El turismo rural se puede convertir en un motor para el desarrollo local a nivel medioambiental, económico y social, según un estudio elaborado por Escapada Rural junto a Biosphere que indica que el turista rural realiza un gasto medio de unos 52 euros diarios por persona en los destinos a los que viaja lo que sumado al precio del alojamiento puede suponer un impulso económico muy importante para muchas regiones españolas.
Según los datos del Observatorio de Turismo Rural (OTR), el proyecto de investigación sobre turismo rural más grande de España liderado por EscapadaRural, CETT-UB y Netquest, el 42,5% de los españoles mayores de 18 años realizaron turismo rural en 2022; más de la mitad (54%) realizó 3 o más escapadas a lo largo del año con una duración media de 3 noches; y el 82% tiene previsto repetir en este 2023.
En cuanto a la inversión que realiza el viajero en el destino, el gasto medio en alojamiento dedicado al alojamiento rural es de 29 euros por persona y noche. Además, el viajero rural realiza gasto en el destino visitado contribuyendo así a la economía local.
Concretamente, los viajeros rurales afirman gastar una media de 52 euros por persona y día durante su escapada. Esta inversión va destinada principalmente a restaurantes (56%), pero también a la compra de productos locales (26%) y a actividades de ocio (17%).
Estos datos confirman, según EscapadaRural, que el turismo rural se practica en España cada vea más y con mayor frecuencia y que, además, puede ser un motor para el desarrollo económico y social del destino visitado sin olvidar el cuidado del entorno.
PRESCRIPTORES TERRITORIALES.
Y es que los alojamientos de turismo rural son prescriptores territoriales de gran valor: el 64% de las personas turismo rural valora que el alojamiento rural en el que se aloja proporcione
información acerca de servicios, productos y comercios locales de la zona.
Esto convierte a los alojamientos rurales en grandes prescriptores del destino visitado, dado que prácticamente la totalidad de los viajeros rurales (98%) afirma realizar gasto en restaurantes
y negocios cercanos a su alojamiento.
Estos viajeros sienten además un gran interés por la gastronomía local y de kilómetro cero: el 52% de los viajeros rurales afirma que
valoran de manera muy positiva que los restaurantes que visitan durante su escapada utilicen productos de su propio huerto ecológico; y el 39% tienen en cuenta que la mayoría de producto sea de kilómetro 0.
El personal local es también un valor añadido. Así la mitad de las personas que practica turismo rural valora muy positivamente ser atendido en los comercios del territorio por personal local que
resida en la zona.
Los alojamientos rurales contribuyen además al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): el 64% de los propietarios de alojamientos rurales en España considera que la actividad turística que ofrecen actualmente es sostenible. Y un 22% afirma que va a tomar medidas para que así sea.
CUMPLIR CON LOS ODS.
Aquellas prácticas que llevan a cabo y que están directamente relacionadas con el cumplimiento de los ODS son variadas. El 52% trabaja con proveedores locales; el 49% oferta actividades para conocer y cuidar el entorno; y el 42% oferta actividades de apoyo al comercio local; contribuyendo con todo ello al crecimiento económico del entorno.
Además el 45% tienen instalados sistemas de ahorro y eficiencia energética; el 33% utilizan energías renovables o limpias; y el 32% dispone de sistema de ahorro en el consumo de agua; impulsando el uso de energía de asequible y no contaminante.
Y para finalizar el 54% realiza una distribución de los residuos en puntos autorizados y el 45% practica la segregación de residuos promoviendo así la producción y el consumo responsable.
LA INVERSIÓN Y LOS COSTES SON EL FRENO.
La inversión y los costes son el freno para un comportamiento más sostenible tanto por parte de los viajeros como de los alojamientos, el principal freno para practicar y ofrecer un turismo rural más sostenible son los costes.
El 73% de los viajeros rurales afirma buscar las opciones más sostenibles posibles, pero no están dispuestos a elegirlas si le suponen costes adicionales.
Y por parte de los propietarios existe un 14% que no muestra interés en adaptar su oferta hacia un modelo más sostenible. El principal motivo de esta decisión se basa en criterios
económicos, ya sea porque implementar modelos de consumo más sostenibles implica costes que no pueden asumir (41%) como porque no creen que la inversión y el esfuerzo en implementar un modelo sostenible se vea compensado (26%).