El director sénior de Alvarez & Marsal, Eduardo Areilza, ha sostenido que la gran banca está actualmente «cómoda» con su estructura de ahorro, compuesta por una gran masa guardada en cuentas corrientes, por lo que su vuelta al negocio de los depósitos se producirá «cuando los clientes lo pidan».
En declaraciones a Europa Press, Areilza ha explicado que los bancos ya cuentan con ahorro suficiente de sus clientes, si bien este se encuentra en mayor medida en cuentas a la vista, y no en productos a plazo, por lo que sostiene que será el cliente «el que tendrá que decidir adónde quiere mover el dinero de su cuenta».
Cabe destacar que, según datos del Banco de España, el ahorro que las familias españolas guardaban en cuentas corrientes era de 915.606 millones de euros en marzo, una cantidad que se había reducido en cerca de 7.000 millones frente a febrero, mientras que tenían 69.886 millones de euros en depósitos a plazo, unos 4.000 millones euros más con respecto a febrero.
De esta forma, ha explicado que la gran banca –que todavía no se ha decidido a volver al negocio de los depósitos frente a otras entidades más pequeñas, extranjeras y dedicadas al negocio ‘online’ que ya estaría remunerando los depósitos, en algunos casos, al 3% TAE– estaría actualmente diseñando una oferta para ofrecer alternativas a sus clientes para que el dinero en cuenta corriente comience a generar una remuneración.
«Lo primero que tienen que hacer los bancos es diseñar una nueva gama de depósitos para colocarlos que a lo mejor no tiene por qué parecerse a los que había hace diez años», ha afirmado Areilza, quien también señala que las alternativas que ofrezcan las entidades a sus usuarios pueden incluir productos como seguros de vida, fondos de inversión monetarios o la compra directa de Letras del Tesoro.
Así, el experto de Alvarez & Marsal cree que habrá un ‘mix’ de productos, con depósitos, pero también con otras opciones pueden resultar más interesantes a los clientes. «Más que cuánto van a subir los depósitos, es qué tipo de productos van a poder ofrecer las entidades a los clientes para que empiecen a monetizar de alguna manera esos 900.000 millones de dinero que hay en cuentas corrientes, que ahora no genera nada», ha planteado.
Areilza ha asegurado que, junto al billón de euros que las familias tienen en cuentas bancarias –tanto a la vista como a plazos–, en España hay unos 325.000 millones de euros en fondos. Dentro de esta cifra, los fondos monetarios, que invierten en valores de corto plazo y renta fija de los Estados, «solo hay 6.000 millones. Es un producto que todavía no se ha comercializado lo suficiente», ha sostenido.
Por consiguiente, considera que la labor del banco ahora es la de asesorar a sus clientes qué alternativas se ajustan mejor a sus necesidades, mientras que también los clientes son los que tienen que acudir a sus entidades a demandar opciones.
Por último, otra alternativa para no demandar soluciones de ahorro es que se está utilizando el exceso de ahorro para amortizar de forma anticipada el crédito hipotecario. «Yo, antes de comprarme un depósito, pagaría la hipoteca», sostiene Areilza.
LOS BANCOS NO TIENEN NECESIDAD DE CAPTAR MÁS AHORRO
«Normalmente, las subidas muy rápida de los depósitos se producen cuando las entidades necesitan captar porque tienen un problema de que han crecido demasiado y necesitan financiarse. Pero ahora mismo hay más depósitos que créditos y las entidades tienen un exceso de ahorro en sus balances, no tienen necesidad de captar más», ha continuado.
Desde Accuracy también coinciden en resaltar a Europa Press que las entidades no necesitan o no tienen los incentivos suficientes como para comenzar a remunerar el ahorro con la actual situación de holgada liquidez y la ralentización de la actividad crediticia.
En concreto, indica que los tres principales bancos españoles –Santander, BBVA y CaixaBank– tienen un colchón de liquidez, en términos agregados, de alrededor del 50% de los depósitos minoristas, lo que refleja que «no existe una necesidad de captar financiación adicional».
Los expertos de la consultora agrega que, de entre los depósitos minoristas, no todos son igualmente volátiles, lo que implica que un «alto porcentaje» permanecerán en la entidad con independencia del nivel de los tipos de interés. De esta forma, si solo se observa la «cobertura» que ofrece el colchón de activos líquidos frente a los depósitos menos estables, el porcentaje es «mucho más holgado»: del 130% en el caso de Santander, del 145% en el de BBVA y del 260% en el de CaixaBank.
«Por parte del depositante, antes de desatar su ira contra las entidades de crédito, hay que entender que cuenta con distintas opciones si quiere colocar su dinero en un producto alternativo a los depósitos», como son las Letras del Tesoro o los fondos monetarios.
COMPARACIÓN CON EUROPA
Sobre las diferencias con Europa, la directora asociada de instituciones financieras de Scope Ratings, Chiara Romano, ha señalado a Europa Press que los patrones de remuneración entre países «difieren mucho», puesto que, por ejemplo, en España ha estado históricamente por debajo que la remuneración ofrecida en otros países.
Romano indica que las últimas cifras publicadas, correspondientes marzo de 2023, muestran que Suecia y Noruega tenían una tasa de transmisión a los depósitos (es decir, la parte de los ingresos por tipos más altos que se transfiere a los depositantes) aplicada por las entidades financieras era superior al 50%. Bélgica, Francia y Suiza se situaban en la parte media de la clasificación, entre el 15% y el 30%, mientras que en la parte baja –entre el 0% y el 6%– se encontraban Alemania, España e Italia.
Por su lado, Areilza señala que el mercado bancario europeo «todavía no es un mercado único» y cada país funciona de forma autónoma y con reglas autónomas, algo que desde las autoridades europeas se está intentando cambiar con la creación del Fondo de Garantía de Depósitos europeo.
«Cada país tiene sus reglas. Por ejemplo, en Francia, los depósitos están remunerados por ley», ya que es el Gobierno francés el que fija por decreto el tipo de interés de estos productos. De esta forma, mientras los tipos han estado bajos –provocando una caída en la remuneración por los depósitos– en Francia se seguía remunerando con el 1% o el 2%.