Fitch Ratings ha mantenido la calificación de Ibercaja en ‘BBB-‘, con perspectiva ‘estable’, ante su adecuada capitalización y la rápida reducción de los riesgos de su balance, lo que implica métricas de calidad de activos «mejores» que sus comparables españoles, según el análisis que ha publicado hoy la agencia.
En concreto, ha señalado que la ratio de activos problemáticos se redujo al 2,2% a finales de 2022, frente al 8% que registraba en 2018.
Sin embargo, la agencia de calificación prevé un «leve aumento» de estos activos problemáticos por la subida de tipos de interés y la desaceleración, así como una «pequeña reducción» de la cartera de préstamos ante una menor demanda y más amortizaciones anticipadas de hipotecas sobre viviendas.
Sobre la capitalización, afirma que es «adecuada», con unos colchones «satisfactorios» sobre los requisitos mínimos regulatorios, de tal manera que a cierre de marzo el banco registraba una ratio CET1 del 13%, que es del 12,8% en términos de ‘fully-loaded’, por encima del 8,2% requerido.
Fitch Ratings espera que el índice CET1 se impulse gracias a una mejor generación de capital orgánico y una demanda de crédito moderada, y ello a pesar de las «altas distribuciones» que supone la creación del fondo de reserva requerido por la ley de las antiguas cajas de ahorro. No obstante, la firma cree que Ibercaja operará con un CET1 de alrededor del 12,5% en el medio plazo.
Por último, ha destacado la estabilidad en su financiación, que procede principalmente de una base de depósitos minoristas «granular y estable», que financia por completa las carteras de préstamos. La financiación mayorista se realiza, sobre todo, en forma de bonos garantizados e Ibercaja cuenta con acceso a los mercados institucionales, aunque es un emisor «menos frecuente».
Fitch Ratings indica que el banco ya ha reembolsado toda la liquidez que tenía procedente de las TLTRO-III a finales de 2022 y que, a pesar de ello, la ratio de cobertura de liquidez era del 239% a finales de marzo, por encima del requisito del 100% que contempla la regulación bancaria.
Como contrapunto negativo, la agencia ha señalado que la rentabilidad sigue siendo un punto «débil» para Ibercaja, aunque está mejorando, en un entorno de subidas de tipos y menores cargas por deterioro de préstamos.