Meta Platforms, matriz de Instagram, Facebook y WhatsApp, ha alcanzado un acuerdo para vender Giphy, el servicio de imágenes animadas (GIF), al proveedor de imágenes y herramientas visuales Shutterstock por 53 millones de dólares (49 millones de euros), una cifra muy por debajo de los 315 millones de dólares (290 millones de euros) pagados por la compañía de Mark Zuckerberg hace tres años.
La decisión de desprenderse de Giphy apenas tres años después de anunciar su adquisición en mayo de 2020 responde a la exigencia de la Autoridad de Mercados y Competencia del Reino Unido (CMA), que el pasado octubre requirió la desinversión al concluir que la transacción perjudicaría a los usuarios de redes sociales y a los anunciantes del país británico.
En relación con la venta, que se podría completar en junio de 2023, Meta Platforms ha suscrito un acuerdo de interfaz de aplicaciones (API) para garantizar el acceso continuo al contenido de Giphy en su plataforma.
«A través de la adquisición de Giphy, estamos ampliando los puntos de contacto de nuestra audiencia más allá de los casos de uso de marketing y publicidad principalmente profesionales y expandiéndonos a conversaciones informales», destacó Paul Hennessy, consejero delegado de Shutterstock.
«Planeamos aprovechar las capacidades únicas de Shutterstock en monetización de contenido y metadatos, inteligencia artificial generativa, producción de estudio y automatización creativa para permitir la comercialización de nuestra biblioteca GIF a medida que presentamos esta oferta a los clientes», añadió.
Shutterstock espera que Giphy agregue ingresos mínimos en 2023 con los esfuerzos de monetización enfocados a lo largo de 2024 y ha mantenido sus previsiones de facturación y margen de resultado bruto de explotación (Ebitda) para 2023.
En mayo de 2020, Facebook informó de la compra de la plataforma para crear y compartir imágenes animadas (GIF) Giphy por más de 300 millones de dólares con el objetivo de incorporarla a su red social Instagram.
Un mes después, la CMA decidió abrir una investigación sobre la adquisición ante el potencial efecto adverso que podía tener en la competencia, que en enero de 2021 pasó a ser un examen en profundidad, y que, finalmente, desembocó en la decisión del regulador británico de exigir la venta de Giphy.