El Índice de Gestores de Compras de servicios (PMI, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos ha subido en abril al 53,6 desde el 52,6 registrado en marzo, según ha desvelado S&P Global.

Que esta cifra rebase el 50 implica que la actividad económica está creciendo. S&P ha achacado el incremento al crecimiento de la producción, del empleo y a la ampliación de números de nuevos pedidos. De hecho, el ritmo registrado de nuevos pedidos ha sido el más rápido en un año, y el de creación de puestos de trabajo el más veloz desde agosto.

«Las mayores condiciones de demanda han presionado sobre la capacidad [para cumplir con los encargos], ya que los pedidos acumulados han aumentado, lo que ha espoleado, a su vez, una mayor contratación», ha señalado el informe.

Además, las empresas se han mostrado «más optimistas de cara a este año», para lo que han invertido más en inventarios y publicidad en previsión de un aumento en las compras.

Por el contrario, las tensiones inflacionistas han regresado, pues el precio de los insumos del sector servicios se ha encarecido al mayor ritmo en tres meses, mientras que el de los precios de venta ha hecho lo propio con la mayor velocidad desde agosto. El incremento de la masa salarial también es un factor a tener en cuenta, según ha destacado S&P.

Por otra parte, la demanda doméstica norteamericana continúa empujando al alza el PMI, pues los nuevos pedidos de exportaciones han seguido contrayéndose por undécimo mes consecutivo.

«Abril ha mostrado una aceleración alentadora del crecimiento del sector servicios que, combinado con un ímpetu renovado del sector manufacturero, sugiere que la economía ha recobrado un cierto dinamismo a comienzos del segundo trimestre», ha explicado Chris Williamson, economista jefe en S&P Global Market Intelligence.

«El repunte en los precios de venta del sector apuntan a la preocupante ‘viscosidad’ de la inflación subyacente», ha añadido, no obstante.