Economía

El Banco de España percibe una desaceleración de las importaciones de energía en el arranque de 2023

Las importaciones de energía se desaceleraron apreciablemente en el último trimestre de 2022, hasta registrar una caída respecto al año anterior en términos reales, tónica que «se mantiene» a inicios de 2023, según percibe el Banco de España.

En su informe sobre ‘La evolución reciente de las importaciones de bienes a la luz de algunos condicionantes’, el Banco de España explica que las tensiones en los mercados de la energía provocadas por la invasión rusa de Ucrania impulsaron en 2022 las importaciones energéticas, debido a las estrategias de almacenamiento ante eventuales problemas de suministro y de reexportación hacia otros países de la Unión Europea.

No obstante, ese comportamiento parece hacer cambiado, ya que en el último trimestre de 2022 las importaciones de energía se desaceleraron apreciablemente, hasta registrar una caída respecto al año anterior en términos reales, tónica que se mantiene a inicios de 2023.

En conjunto, las importaciones de bienes en España crecieron en 2022 más intensamente de lo que se derivaría de la evolución de la demanda final y de la competitividad-precio en términos agregados.

El elevado dinamismo de las importaciones habría sido el resultado de la interacción de tres factores que presentan una elevada heterogeneidad entre ramas de actividad. El primero de ellos es el dinamismo de las compras al exterior de energía ya mencionado.

El segundo de los factores es la sustitución de producción interior por importaciones en las ramas más intensivas en energía, dada la pérdida de competitividad de dichas ramas frente a países de fuera de la zona del euro menos dependientes de la energía importada, y, en el caso particular de España, por la rápida traslación de los precios mayoristas de la energía a los minoristas durante los primeros meses de la guerra.

Por último, la tercera razón del dinamismo de las importaciones responde a la orientación de la producción hacia los productos con mayor contenido importado, en los que las compras al exterior fueron más dinámicas.

CARÁCTER TRANSITORIO DE LOS FACTORES ENERGÉTICOS

Las perspectivas de cara al futuro sobre el grado de persistencia de estos factores están rodeadas de una elevada incertidumbre, asociada principalmente a la evolución de las tensiones geopolíticas y a su impacto sobre los mercados energéticos y de materias primas.

En cualquier caso, cabe esperar que los dos elementos de soporte adicional relacionados con la energía presenten un carácter relativamente transitorio. Este diagnóstico se basa en la moderación de los precios energéticos observada a partir de otoño de 2022 y que se mantendría en los próximos trimestres, de acuerdo con lo que anticipan los mercados de futuros.

En contraste, el Banco de España ve previsible que se mantenga la demanda de algunos bienes con un elevado contenido importado, en especial los relacionados con las tecnologías de la información y las telecomunicaciones, dadas la tendencia a la digitalización del tejido productivo y la expansión del sector tecnológico.

En todo caso, en un horizonte de largo plazo, la evolución de las importaciones estará condicionada por los desarrollos futuros en la configuración de las cadenas globales de valor.

En particular, las estrategias encaminadas hacia la transición energética y la autonomía estratégica podrían originar una cierta regionalización de las cadenas de valor, caracterizada por una mayor diversificación y cercanía de proveedores externos, una mayor valoración de la seguridad en las cadenas de suministros y un menor énfasis en la eficiencia.

No obstante, existe una elevada incertidumbre sobre estos aspectos y resulta difícil calibrar su posible impacto sobre las importaciones y exportaciones españolas, área que representa una línea de trabajo prioritaria para el Banco de España.