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Economía

Brufau (Repsol) cree que la transición energética se está haciendo «mal» y pide que sea «razonable y justa»

El presidente de Repsol, Antonio Brufau, ha asegurado que la transición energética en Europa se está haciendo «mal» y ha abogado por emprender un camino para que esta sea «razonable y justa», porque si no va a ser «carísima» y la van «a sufrir y pagar» los ciudadanos.

Así lo ha dicho el presidente de Repsol en un diálogo con la Fundación Seres, donde ha considerado que la solución para el planeta es la captura del CO2 que ha puesto Occidente en la atmósfera.

«Hace unos años se decía que la solución era capturar el CO2 y yo creo que es así», ha asegurado Brufau, quien ha añadido que en los informes actuales ya no se habla de esto, «ahora todo es hidrógeno, que es aquello que sirve para cerrar el círculo».

En este sentido, el presidente de la multienergética considera que «necesitamos todas las tecnologías» y cree que hay que apoyarlas todas si son «tecnológicamente viables». Así, para conseguir la transición al menor coste posible y con la mayor reducción de emisiones, considera que hay que guiarse por la tecnología y no por la ideología. «Hay que ser más pragmático», ha subrayado.

DEFENDER A LA INDUSTRIA

Brufau ha pedido menos ideología para afrontar los cambios, «porque nos estamos quedando sin industria», como en el caso del vehículo eléctrico, que aunque, «sin duda», es una solución, la ve como «complementaria y no sustitutiva».

También ha echado en falta alguna declaración española que defienda la industria del automóvil, algo que sí han hecho Alemania e Italia.

En este sentido, el presidente de Repsol cree que no hay que prohibir el vehículo de combustión y dejar al ciudadano que decida lo que quiere, porque además un vehículo de combustión moderno «emite menos en toda su cadena que uno eléctrico». Así, pide apoyar a la industria española, porque hasta 2035 habrá muchos cambios de vehículos y es un sector muy importante para la economía española.

La realidad, dice Brufau, son montañas de carbón en todo el puerto de La Coruña que van a Alemania a producir electricidad para fabricar vehículos eléctricos.

Brufau considera que no se puede centrar todo el problema del cambio climático en el vehículo de combustión, sino que hay otros debates más complejos como, por ejemplo, cómo se genera la electricidad en Europa o cómo se genera la agricultura.

Estos debates, dice Brufau, no llegan al ciudadano. «Al ciudadano le llega que se compre un Tesla, destruyendo toda la capacidad de producción de un vehículo de combustión interna en España».

Así, Brufau pone de relevo la diferencia con Estados Unidos, que subvenciona la compra de vehículos eléctricos si tienen un 40% de componentes de industria americana. «Esto es pragmatismo, no ideología. Aquí hay mucha ideología y poco pragmatismo», ha sentenciado el presidente de Repsol.

DIFERENCIA ESTADOS UNIDOS Y EUROPA

Brufau ha cuestionado la política energética de la Unión Europa, que a su juicio pone énfasis en la sostenibilidad del sistema, pero se olvida de la seguridad y la competencia del mismo.

«Europa se ha equivocado», ha asegurado Brufau, quien considera que el error está en presionar para que no se produzcan combustibles fósiles, porque el petróleo va a ser «necesario» al menos durante los próximos 30 o 40 años, aunque caiga su producción.

«Europa presume de reducir las emisiones, solo faltaría, nos estamos quedando sin industria, los que emiten se han ido a China; hemos puesto las emisiones debajo de la alfombra y se han ido a otro sitio donde hay muchísima menos presión medioambiental», ha lamentado.

«¿Qué ha hecho Estados Unidos?», se ha preguntado el presidente de Repsol, quien estima que este país no se ha guiado por la ideología, sino por la ciencia, la tecnología y la educación, y que cuando ha llegado Joe Biden a la presidencia ha adoptado unas decisiones para respetar a las empresas y ciudadanos y garantizar la autonomía del sistema americano, con ayudas para quien quiera invertir en políticas de descarbonización, protegiendo la industria nacional.

«Todo esto da un marco jurídico y de previsibilidad para la industria muy claro», ha indicado.

En este sentido, ha calificado de «gravísima» la solución adoptada por Europa, en la que cada país debe estudiar qué empresas serán más perjudicadas por las políticas medioambientales de la Ley IRA americana para combatir la inflación, y a partir de esto cada gobierno subvenciona a las empresas que tienen más riesgo de ser perjudicadas.

Esto, estima Brufau, va dirigido a empresas de Francia y Alemania, porque ellos tienen una estructura financiera más potente que la española y que van a pagar todos los ciudadanos europeos.

PONER A LA INDUSTRIA EN EL CENTRO

«Nos estamos cargando una Europa uniforme y única, donde los mercados sean parecidos y paralelos» ha sentenciado el presidente de Repsol, quien ha denunciado que no se puede estar cambiando continuamente la regulación, porque las industrias merecen y tienen derecho a exigir previsibilidad.

Por tanto, Brufau considera que hace falta «resetear las políticas» y ver si Europa avanza por el buen camino. «Apaguemos el ordenador y volvámoslo a abrir y veamos si lo que estamos haciendo es la ruta más eficiente para conseguir que el planeta sea mejor», ha dicho Brufau, quien cree que Europa tiene que volver a poner a la industria en el centro.

«La empresa que presido tiene el compromiso, y lo va a cumplir, de ser emisor neutro en 2050. Vamos a trabajar muchísimo y a gastar muchísimo dinero investigando para conseguirlo», ha concluido.