Economía

El Banco de España reduce un 7,7% la huella de carbono de sus carteras de inversión entre 2019 y 2022

El Banco de España ha informado este miércoles de que ha reducido un 7,7% la huella de carbono de su cartera de inversión entre 2019 y 2022.

Además, el porcentaje de bonos verdes sobre la inversión total en las carteras propias en euros ha aumentado «de forma significativa», desde el 0,02% registrado en 2019 hasta el 4,9% de 2022.

Se trata de datos extraídos del primer informe sobre aspectos climáticos de las carteras de inversión del Banco de España y que está dedicado a la divulgación de los criterios medioambientales aplicados a las inversiones no relacionadas con la política monetaria.

Este informe recoge el proceso de incorporación de aspectos climáticos en las carteras de inversión del Banco de España siguiendo las recomendaciones de la Task Force on Climate-related Financial Disclosures (TCFD) en cuanto a gobernanza; estrategia; gestión de riesgos; y métricas y objetivos.

Los principios de inversión sostenible y responsable (SRI, por sus siglas en inglés) forman parte de los pilares de la política de inversión del Banco de España desde 2019, en línea con las recomendaciones de la Network for Greening the Financial System (NGFS), red de la que el Banco es miembro desde abril de 2018.

Además, el Banco de España participa de la posición común adoptada por el Eurosistema en febrero de 2021 con respecto a la aplicación de los principios SRI a las carteras denominadas en euros que no estén relacionadas con la política monetaria. El supervisor recuerda que el Eurosistema se comprometió también a realizar un ejercicio de divulgación anual con información climática respecto a estas carteras utilizando un marco común basado en las recomendaciones de la TCFD, por lo que el documento publicado hoy forma parte de este compromiso de transparencia.

Por último, el supervisor afirma que está comprometido a largo plazo con el objetivo de descarbonización de sus carteras de inversión y la consecución de carteras neutrales en carbono en 2050, alineándose con los objetivos del Acuerdo de París y los objetivos de neutralidad climática definidos en la Ley Climática Europea.