El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, ha señalado que el sindicato acude este año a las movilizaciones por el Día Internacional de la Mujer con «cosas que celebrar», como la reducción en la brecha salarial impulsada por la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), pero también con «tristeza» por ver al movimiento feminista «dividido».
Un camino hacia la igualdad para el que comparte la imposición de «cuotas», ha afirmado el dirigente sindical en alusión a la nueva ley del Gobierno de Pedro Sánchez.
«Es bueno avanzar en las cuotas, que es lo que nos ha traído hasta aquí», ha insistido Álvarez, quien se ha mostrado convencido de que sin esta imposición «va a ser muy difícil» seguir dando pasos hacia la igualdad en la representatividad de la mujer.
En este punto, ha destacado el trabajo realizado internamente por el propio sindicato, que desde que se creara la secretaría de Igualdad en 2005 ha realizado «un trabajo muy importante en muy poco tiempo», incluida una modificación de su carta fundacional hace cinco años, con motivo de su 130 aniversario, para definir a la organización como feminista.
Así lo ha dicho en declaraciones en Mérida, donde ha estado acompañado por la secretaria general de UGT Extremadura, Patro Sánchez, con motivo de los I Premios 8 de marzo ‘Isabel Expósito Agúndez’, donde también se ha referido a la celebración del 8M, al que el sindicato acude con «cosas para celebrar», pero también con «tristeza» por las divisiones dentro del movimiento feminista.
En primer lugar, ha destacado que en 2022 se produjo una rebaja de la brecha salarial de «cierta magnitud» gracias al incremento del SMI, que es «la palanca de igualdad más importante» que hay en España, ha dicho, al tiempo que ha puesto de manifiesto que esta reducción refleja que las mujeres son las que ocupan mayoritariamente los trabajos peor remunerados.
Con respecto al trabajo del sindicato en este sentido, mantiene su apuesta por los planes de igualdad, si bien ha exigido al Gobierno que ponga medios para que estos se puedan llevar a cabo, puesto que a la propia organización le costará este año 15 millones de euros de las cuotas de sus afiliados. «Si el Gobierno aprueba una ley tiene que dotarla presupuestariamente», ha reclamado Álvarez.
UN 8M «DIVIDIDO»
Con respecto a las celebraciones del 8M, ha señalado que las afronta «con tristeza», pues le gustaría que el movimiento feminista fuera «uno», así como que se hubiera consensuado un acuerdo para las movilizaciones en el país.
Álvarez ha animado a las partes ha centrarse, como en ocasiones hacen las organizaciones sindicales, en las cosas que les unen que son más, ha dicho, que las que les separan, pero para ello hay que dejar de lado algunas «diferencias justas y razonables».
Y es que, ha advertido, «la derecha, la ultraderecha y el patriarcado» están «empeñados en que se rompa el ejemplo que ha sido España» en cuanto al movimiento feminista, lo cual sería un «desastre» para las mujeres.
UGT acudirá a las manifestaciones «intentando sumar», ha dicho, a tiempo que ha advertido que en los avances hacia la igualdad «no puede haber dudas».
Así, y aunque reconoce que siempre pueden generarse discrepancias, «lo importante es que haya un núcleo central, potente, dispuesto a no dar ni un paso atrás para que la mujeres tengan el mismo papel que el hombre». «Es una cuestión a la que no vamos a renunciar», ha sentenciado.