La socimi Saint Croix obtuvo un beneficio neto de 14,2 millones de euros en 2022, lo que supone una reducción del 35% respecto al año anterior, como consecuencia del efecto de la valoración de sus inversiones financieras en Bolsa.
En concreto, la compañía se anotó un impacto negativo de 2,9 millones de euros por este concepto, al que se suma otro de 8,9 millones de euros producido por la enajenación de inversiones inmobiliarias.
En su cuenta de resultados, la socimi explica que en 2021 obtuvo un beneficio por la venta de activos inmobiliarios de 8,9 millones de euros, mientras que en 2022 la venta de activos inmobiliarios generó solo un beneficio neto de 350.824 euros.
Por todo ello, el resultado neto ajustado y normalizado del ejercicio 2022, de 17,3 millones de euros, sería mayor en un 34% al de 2021, cuando se limitó a 12,9 millones de euros, según ha comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Los ingresos totales ascendieron a 30,7 millones de euros, un 27% más, con una subida generalizada de ingresos en todas las tipologías de activos: hoteles, oficinas y activos comerciales.
El resultado bruto de explotación (Ebitda) fue de 24,9 millones de euros, lo que implica una mejora del 26% con respecto al ejercicio 2021 debido al aumento de la actividad y puesta en explotación de las nuevas inversiones realizadas.
Al 31 de diciembre de 2022, los activos inmobiliarios de la sociedad tenían un grado de ocupación del 92%, con un valor bruto de mercado de 680,3 millones de euros, un valor neto de 554 millones y un LTV del 19,9%.