La Confederación Española de Organizaciones Empresariales del Metal (Confemetal) plantea que, ante momentos de «incertidumbre económica», los convenios colectivos vinculen la subidas salariales a «otros parámetros diferentes del IPC», como el crecimiento del PIB, el indicador financiero de rentabilidad de la empresa u objetivos fijados para el trabajador, según expone en su Boletín de Coyuntura Económica y Laboral.
La patronal del metal reconoce que, «en principio», la evolución del IPC es un indicador «oportuno como referencia para el mantenimiento del poder adquisitivo de los salarios», aunque corre el peligro de que se produzca una «indiciación automática» de los salarios y esto desemboque en una «espiral inflacionista».
«Es especialmente negativo en situaciones de crisis económica como la actual, en la que el IPC no debería trasladarse a los costes laborales y en la que es prioritario, entre otras medidas, la mejora de la posición competitiva de las empresas», apunta Confemetal en su Boletín.
Por este motivo, la patronal del metal aboga por dejar fuera de las negociaciones de los convenios la retroactividad de las cláusulas de revisión salarial y de establecer topes a la cuantía que se perciba en las tablas, en caso de que se activa la cláusula.
Confemetal insiste en «intentar reducir el impacto de las cláusulas de revisión salarial» para evitar «poner en peligro la viabilidad de la compañía o el mantenimiento o creación de empleo», y recomienda acudir a la compensación y absorción en caso de que el convenio lo prevea, la inaplicación o descuelgue del incremento salarial, la modificación sustancial de las condiciones de trabajo en caso de salarios que superen los mínimos de convenio y el pacto con los sindicatos de la graduación o el diferimiento de la aplicación de la subida salarial.
La patronal del metal recuerda que, según datos de la Estadística de Convenios Colectivos del Ministerio de Trabajo y Economía Social, a fecha del 31 de diciembre, existían un total de 3.084 convenios colectivos registrados de todos los sectores económicos. De esos, 2.675 no tenían cláusula de revisión salarial, frente a 409 que sí contaba con esa vía. A su vez, dentro de esos 409 convenios colectivos con cláusula de revisión salarial, 308 la habían pactado con efectos retroactivos y 101 sin ellos.
En el caso concreto de la industria del metal, en 2022, se registraron 45 de los 50 convenios colectivos provinciales de la Industria del Metal, con cobertura para 1.214.039 trabajadores. En 16 de esos convenios, las partes negociadores no pactaron cláusula de salvaguarda o de revisión salarial para 287.122 trabajadores, mientras que los 29 convenios provinciales que las pactaron daban cobertura a 926.917 personas trabajadores.
Confemetal apunta que esas cláusulas tenían efectos retroactivos en 11 convenios desde el 1 de enero o desde el mes en que se superaba el incremento acordado para 219.406 trabajadores, mientras que en los 18 convenios restantes, las cláusulas pactadas solo sirven como base de cálculo de las tablas salariales del año siguiente para 707.511 trabajadores.
Además, señala que en el período de efectos económicos de 2022, los 29 convenios colectivos provinciales de la Industria del Metal pactaron cláusulas de revisión salarial de diversa tipología, entre las que predominan las cláusulas técnicas, que no implican el abono de atrasos. Una vez conocido el Índice de Precios al Consumo (IPC) de 2022, que se situó en el 5,7%, en 23 convenios provinciales se activó la cláusula de revisión salarial.
Confemetal concluye que las cláusulas de revisión pactadas por los negociadores de los convenios colectivos provinciales de la Industria del Metal en 2022 se caracterizaron por utilizar como referencia el IPC real e incluir cláusulas de referencia anual.
También reconoce que algo más de la mitad de los trabajadores con convenio vigente en 2022 están afectados por cláusulas sin efectos retroactivos, que no suponen el pago de atrasos, y que el 75% de los trabajadores con convenios vigentes en 2022 tiene cláusula de revisión salarial, y esta cuenta con tope, lo que condiciona la cuantía que se revisa y se traslada a los salarios.
«El objetivo de estas cláusulas topadas es que la revisión salarial pactada no suponga una traslación plena a los salarios de las diferencias que se produzcan entre el IPC real y el incremento salarial inicialmente pactado, sino que se produzca una traslación parcial de éste a tablas», apunta en su Boletín la patronal del metal.
CONFIANZA EN MÍNIMOS Y PERSPECTIVAS INCIERTAS
En su Boletín de febrero, Confemetal también incluye la última encuesta de sentimiento económico del Sector Metal, correspondiente al cuarto trimestre de 2022, con las previsiones para los primeros meses de 2023.
El sector mantiene la confianza en mínimos y las expectativas sobre la facturación son inciertas, aunque oscilan entre la estabilidad y las caídas leves.
En cuanto a las exportaciones, 2022 cerró «por debajo del umbral de estabilidad» y este año arranca con un «entorno pesimista», sin vislumbrar incrementos, «ni siquiera leves de las ventas la exterior». No obstante, Confemetal admite que «la mayoría de los encuestados prevé estabilidad».
La encuesta de sentimiento también analiza el empleo, que sigue «volátil» y sin una perspectiva optimista entre los encuestados. La patronal del metal señala que la mayoría de las estimaciones prevén estabilidad, pero crece el porcentaje de los que prevén una evolución muy negativa o ligeramente negativa.
En lo referente a los costes, de nuevo se perciben «perspectivas pesimistas». Así, en la energía se espera una «estabilidad» o «incrementos leves; en los transportes, aumenta el número de encuestados que prevé un incremento leve; y en el de las materias primas, Confemetal tampoco prevé estabilidad en el corto plazo.