Economía

El regulador británico rebaja un 23% el tope del precio de la energía, pero los hogares pagarán más

La Oficina para Mercados de Gas y Electricidad (Ofgem, por su acrónimo en inglés) del Reino Unido ha anunciado que el límite del precio de la energía en la factura de los hogares británicos bajará a partir de abril hasta las 3.280 libras (3.713 euros) al año, lo que representa un 23,3% menos respecto del tope actual de 4.279 libras (4.843 euros), aunque un 66,4% más en comparación con el límite de 1.971 libras (2.231) de abril de 2022.

«Esta reducción en el nivel de tope de precios refleja una reducción significativa en el coste de comprar y proporcionar energía a los clientes», ha explicado el regulador británico, señalando que, si esto continúa, los precios pagados por los consumidores caerán este verano por primera vez desde que se desató la crisis mundial del gas hace más de 18 meses.

Sin embargo, el tope del precio fijado por Ofgem representa cuánto pagarían los consumidores británicos en su factura de energía sin tener en cuenta la garantía de precio de energía del Gobierno (EPG), que desde el 1 de abril fija un límite de 3.000 libras (3.396 euros).

De este modo, a pesar de la bajada del tope de precio del regulador por el abaratamiento de la energía, los consumidores británicos verán subir sus facturas a partir de abril como consecuencia de la menor proporción del coste asumido por el Gobierno, que hasta ahora limitaba el importe de la factura a un máximo de 2.500 libras (2.830 euros).

«Aunque los precios mayoristas han caído, el precio tope aún no ha caído por debajo del nivel planificado de la EPG. Esto significa que, con la política actual, las facturas volverán a subir en abril. Sé que, para muchos hogares, esta noticia será muy preocupante», reconoció el consejero delegado de Ofgem, Jonathan Brearley.

No obstante, el directivo destacó que si continúa la reducción en los precios mayoristas que se está produciendo actualmente, «las señales son positivas de que el límite de precios caerá nuevamente en el verano, lo que podría hacer que las facturas sean significativamente más bajas».

El precio tope fija un precio máximo unitario a la energía que refleja el coste de comprarla en el mercado mayorista y suministrarla a los hogares. Asimismo, también establece una estricta tasa de beneficio para los proveedores por la comercialización de energía doméstica.

Ofgem ha subrayado que el precio máximo, del que se benefician 27 millones de clientes, no puede establecerse por debajo del coste real de comprar y suministrar energía a nuestros hogares.

En este sentido, el consejero delegado del regulador ha advertido de que «es poco probable que los precios vuelvan a caer al nivel anterior a la crisis energética», por lo que ha reconocido que se trata de un momento muy difícil para muchos hogares en Gran Bretaña.

De esta manera, ha defendido la necesidad de que, dado que las facturas continúan siendo tan altas, se examine con urgencia la viabilidad de implementar «una tarifa social para los clientes en las situaciones más vulnerables».