El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, ha llamado este domingo en Mieres al movimiento sindical a «salir a las calles» para reclamar la redistribución de la riqueza en el país, asegurando que «se está creando» dicha riqueza.
Durante su intervención en el homenaje a Manuel Llaneza, Álvarez ha explicado que este reparto ha de hacerse por dos vías: la recaudación de impuestos y a través de la negociación colectiva.
Sobre los impuestos, ha defendido que «hay que pagar», y que «los que más tienen, tienen que pagar más». «No os dejéis engañar por los que dicen que el dinero donde mejor está es en el bolsillo», ha dicho, ya que lo que quieren decir es que esté en el bolsillo de «cuatro de sus amigos que son los que se forrarán si no pagan».
Se ha referido concretamente al impuesto de sucesiones: «¿Qué rollo es este de que no se pague el impuesto de sucesiones?», ha preguntado, defendiendo que «claro que sí» que hay que pagarlo, porque «quien ha acumulado una cantidad de riqueza importante durante su vida, cuando se muera, lo razonable es que una parte de esa riqueza, no toda, una parte muy pequeñita de esa riqueza, se reparta para poder igualar a los ciudadanos».
Así, ha asegurado que «no hay» ninguna comunidad autónoma en la que se pague sobre «sucesiones bajas» y ha asegurado que este tributo «sirve para la banca», que «se está forrando».
En cuanto a la negociación colectiva, ha reconocido que el sindicato «tiene que avanzar» y ser capaz de juntar las movilizaciones de sectores con más fuerza para ayudar a trabajadores de sectores «con menos fuerza sindical» y lograr así «convenios colectivos justos».
En este sentido, ha explicado que en 2022 solo se han conseguido convenios respetando el poder adquisitivo de trabajadoras «allí donde hay sindicatos».
Por último, Álvarez ha mostrado su solidaridad con el SOMA y los trabajadores de Asturias, asegurando que «la UGT se siente orgullosa» de participar con el SOMA en estos actos. Ha remarcado asimismo que existe una «deuda histórica» de España con las cuencas mineras, y ha abogado por poner medios para que las cuencas, «después de lo que han dado» puedan «recuperar su futuro». En este punto ha mostrado su apoyo al SOMA y a sus reivindicaciones para convertir Hunosa en una empresa pública de energía.