CAF obtuvo un beneficio neto atribuible de 52 millones de euros en 2022, lo que supone una caída del 39% respecto a las ganancias registradas un año atrás, debido al impacto de la inflación y de la crisis de las materias primas, según figura en la cuenta de resultados de la empresa fabricante de trenes y autobuses con sede en Beasain (Guipúzcoa).
En concreto, la compañía explica que las cuentas se vieron afectadas por el alza de precios, tanto energéticos, laborales como de materiales, por la falta de componentes para autobuses y por la subida de los tipos de interés y el del circulante en el segmento de autobuses, lo que elevó el gasto financiero.
Así, el resultado bruto de explotación (Ebitda) cayó un 9%, hasta los 232 millones de euros, con un margen operativo del 7,3%, un punto y medio menos que hace un año.
Por todo ello, la compañía ha lanzado un plan para reducir estos impactos a través de la contención de precios en acuerdos cerrados sin comprometer pedidos a largo plazo en materias primas, estabilizando las tarifas energéticas, renunciando a contratos adjudicados y no adjudicados en caso de disminución de rentabilidad y acopiando materiales.
CAF proyecta una continuación durante este ejercicio 2023 de la situación actual de falta de suministro de componentes y prevé un primer semestre afectado por la necesidad de dar salida a la cartera remanente de proyectos impactados por este contexto, frente a un segundo semestre de recuperación a través de la ejecución de proyectos del nuevo ciclo de contratación.
RÉCORD DE VENTAS Y CONTRATACIÓN
En el lado positivo está el incremento del 8% en las ventas, superando por primera vez en su historia una cifra de negocio superior a los 3.000 millones de euros, en concreto de 3.165 millones.
También la contratación de proyectos adjudicados durante el año pasado alcanzó niveles históricos para la empresa, de 6.205 millones de euros, un 64% más que el año anterior, lo que permitió incrementar la cartera de pedidos hasta los 13.250 millones de euros, un 37% superior a 2021.
Este nivel de contratación casi duplica sus ventas actuales, por lo que seguirá generando un volumen de negocio significativo durante los próximos años, especialmente de contratos seleccionados por la compañía por tener menor riesgo futuro.
En el negocio de trenes, los ingresos fueron de 2.469 millones de euros, un 11% superiores, con 1.401 unidades entregadas a lo largo del ejercicio en más de 30 proyectos ejecutados.
Su filial Solaris, encargada de los autobuses, entregó 1.492 autobuses en el año, a pesar del impacto material que la crisis en la cadena de suministro ha tenido en el desarrollo de su actividad, según remarca la compañía. El 30% de estos autobuses eran eléctricos, frente al 27% del año anterior, y el 55% de cero o bajas emisiones, en comparación con el 41% de 2021.