Economía

Inversis aconseja deshacer posiciones en los sectores beneficiados por la pandemia, pero lo peor ha pasado

Inversis, entidad filial del Grupo Banca March, recomienda a los inversores por deshacer a corto plazo posiciones en sectores ganadores del periodo Covid, como tecnología, energía y salud, aunque cree que «lo peor ha pasado».

El estratega macroeconómico de la entidad, Ignacio Muñoz-Alonso, ha señalado este viernes en un encuentro con los medios de comunicación que la economía global estaría entrando en un punto de inflexión, con la aparición de los primeros indicios que apuntan a una normalización.

De esta forma, el estratega recomienda un posicionamiento en sectores defensivos proclives a crecer en los próximos trimestres, como el consumo básico o ‘utilities’, y también en aquellos que pueden trasladar precios a márgenes, como servicios de consumo, hostelería y turismo.

«Aún es demasiado pronto para anticipar tendencias, aunque los mercados de acciones parecen mostrar un tono más constructivo con algunos titubeos en el arranque de 2023», ha destacado.

El Ibex 35, compuesto mayoritariamente por valores defensivos y servicios, podría mantener las subidas que ha venido registrando desde principios de año si el sector servicios consigue mantenerse. Así, superaría a las economías más centradas en sectores industriales.

Tras un ‘annus horribilis’ en los mercados, Inversis cree que las expectativas de moderación de los bancos centrales mejoran las perspectivas de rentabilidad de bonos soberanos «significativamente».

«Todo lo que se haga en política monetaria está en precio», ha señalado Muñoz-Alonso, que espera un retorno positivo para esta clase de activo en 2023. Asimismo, las curvas de tipos actuales invitan a tomar posiciones en corto plazo, disminuyendo duración.

Inversis sostiene que lo peor de la inflación ha pasado: en Estados Unidos alcanzó su pico en junio y desde entonces la tasa ha ido cayendo, y Europa podría estar en la misma situación.

No obstante, Muñoz-Alonso señala que pese a estas bajadas, la inflación va a tardar en volver a los niveles objetivos fijados por los bancos centrales.

Además, aún persisten riesgos de desvíos incontrolados de los precios a medio plazo debido al riesgo de empeoramiento de las condiciones geopolíticas, del impacto de la reapertura de China o un repunte inflacionario.

Respecto a una posible bajada de tipos, el estratega cree que se retrasará hasta 2024 y estará siempre condicionada a «una moderación de la inflación subyacente y el enfriamiento del mercado de trabajo en Estados Unidos». Estos se situarían entre el 5% y el 5,5% en el caso de Estados Unidos, mientras que en Europa podrían alcanzar el 3% para finales de año.

La firma anticipa una desaceleración «razonablemente importante» y puede que se de incluso una contracción. «Se puede afirmar con bastante probabilidad que si hay una recesión, será un episodio poco profundo y no duradero», ha señalado Muñoz-Alonso.

Estados Unidos sigue mostrando «signos de resiliencia» y crecerá en torno al 0,5% este año, ayudado por una tasa de desempleo en mínimos y la resistencia del consumo de servicios. La inflación se situaría en el país entre el 3% y el 3,5% a cierre del año.

En Europa, la actividad se contraerá, pero no tanto como lo esperado inicialmente, con lo que la zona podría cerrar el año con un crecimiento del 0%.

«La energía, en especial el gas y la electricidad, y la demanda interna marcarán el ritmo de la inflación que seguirá al alza durante los primeros meses del año, con una previsión de moderación para la segunda mitad del ejercicio que podría finalizar en el 6,3%», sostiene la firma.

La inflación subyacente también continuará aumentando impulsada por los alimentos y los salarios hasta superar el 4%. Los principales riesgos globales a nivel geopolítico serían la invasión de Ucrania y China, ante sus tensiones con Estados Unidos, que siguen en la misma tesitura que hace unos años, y con Taiwán.

Asimismo, el retorno de China tras el fin de su política de Covid cero tendrá consecuencias positivas y negativas. Por un lado, significaría la resolución definitiva y permanente en cadenas de producción y el crecimiento de su PIB, mientras que en el lado negativo, Muñoz-Alonso ha destacado el efecto inflacionario consecuencia de que el país vuelva a comprar materias primas y energía.

De hecho, el estratega anticipa que el barril de petróleo podría subir desde el nivel de 80 dólares actuales hasta los 105 dólares.