El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha llamado a evitar que la alimentación se utilice como un instrumento de presión económica y ha apelado a la necesidad de mantener un comercio multilateral, basado en normas, abierto y no discriminatorio para asegurar el abastecimiento de alimentos en todas las regiones del mundo.
Así lo ha señalado en el Foro Global para la Alimentación y la Agricultura (GFFA, por su denominación en inglés), que se ha celebrado en Berlín este sábado y ha estado dedicado a la transformación de los sistemas alimentarios y a la respuesta mundial a múltiples crisis.
Planas considera necesario reforzar los instrumentos de gobernanza de los sistemas alimentarios «para atenuar los factores desestabilizadores y garantizar que cumplen su función, que no es otra que la de asegurar la disponibilidad de alimentos asequibles a toda la población».
Así, ha asegurado que en un escenario como el actual, con las consecuencias de la pandemia de la Covid-19, los efectos del cambio climático y los estragos de la guerra en Ucrania, «el derecho a una alimentación sana y la lucha contra el hambre y la malnutrición cobran más relevancia que nunca».
CAMBIO CLIMÁTICO
Planas ha llamado la atención sobre los riesgos derivados del cambio climático, «que produce fenómenos adversos cada vez más extremos y frecuentes, como lluvias torrenciales y sequías, que ponen en riesgo la continuidad de la producción de alimentos».
Por eso, considera imprescindible desarrollar instrumentos de gestión de estos riesgos como los seguros agrarios, que, en el caso de España, «constituyen un sistema sólido que permite que los agricultores mantengan sus inversiones en cultivos con la garantía de que estarán protegidos si las condiciones climáticas destruyen las cosechas».
Asimismo ha reiterado que es imprescindible invertir en la modernización de regadíos sostenibles, con la incorporación de nuevas tecnologías en la gestión del agua para procurar un uso más eficiente de ésta y un ahorro energético.
«En un escenario de escasez de precipitaciones y de recursos hídricos limitados no hay que dejar de regar, sino emplear mejor el agua destinada a los cultivos», ha asegurado el ministro, y ha señalado que en muchos países áridos la producción en regadío es la que ofrece más estabilidad para garantizar el abastecimiento de alimentos.