El grupo industrial 3M ha anunciado que durante los próximos tres años dejará de emplear sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS), conocidas como ‘químicos eternos’, en la fabricación de sus productos, para lo cual registrará un impacto negativo de 2.300 millones de dólares (2.163 millones de euros).

La empresa ha indicado que su decisión se debe a una evaluación pormenorizada del panorama externo, incluyendo factores como la aceleración de las tendencias regulatorias que se centran en reducir o eliminar la presencia de estos químicos en el medio ambiente.

«Aunque los PFAS se pueden fabricar y usar de forma segura, hemos visto la oportunidad de ser líderes en un panorama de negocio y regulatorio rápidamente cambiante para realizar un mayor impacto para aquellos a los servimos», ha indicado el presidente y consejero delegado de la empresa, Mike Roman.

El negocio de PFAS genera a 3M una facturación neta anual de 1.300 millones de dólares (1.222 millones de euros), con un margen sobre del resultado bruto de explotación (Ebitda) del 16%. En este sentido, hasta final de 2025, 3M registrará en sus cuentas un cargo negativo de entre 1.300 y 2.300 millones de dólares (1.222 y 2.163 millones de euros). Entre el 70% y el 80% de este impacto será a nivel contable, no en efectivo.

La empresa ha adelantado que, de esa cifra, entre 700 y 1.000 millones de dólares (658 y 941 millones de euros) se registrará en las cuentas correspondientes al cuarto trimestre de 2022.