El secretario general de CCOO, Unai Sordo, considera positiva la bajada de inflación en noviembre, pero ha denunciado que «sigue habiendo un incremento muy alto en los alimentos», y que existe «un contrapunto muy preocupante», ya que la inflación subyacente, que se mantiene en el 6,3%, de seguir así, terminará el año «prácticamente al mismo nivel que la general».

Además, ha criticado «la obcecación» de la CEOE y de su presidente, Antonio Garamendi, en no vincular el aumento de salarios al IPC, y ha añadido que la patronal hace «casi apología de la huelga».

En una entrevista concedida a Radio Euskadi, recogida por Europa Press, Sordo se ha referido a la bajada al 6,8% de la inflación general en noviembre, mientras que la subyacente se mantiene en el 6,3%, algo que considera positivo porque son cuatro puntos los que ha descendido desde el mes de julio hasta ahora, «con lo cual se están moderando los precios».

A su juicio, esto tiene que ver «básicamente con la caída de los precios de los carburantes y de la electricidad». No obstante, cree que «sigue habiendo un incremento muy alto en los alimentos y, desde luego, hay un contrapunto muy preocupante que es la inflación subyacente, que se mantiene en el 6,3%» y, de seguir así, «va a terminar el año prácticamente al mismo nivel que la inflación general».

«Lo que quiere decir que, más allá de los precios más volátiles de la energía y de los alimentos no perecederos, es una señal de que se están repercutiendo esos costes a los precios al consumo y que, por tanto, son los excedentes empresariales los que están explicando, en buena parte, la subida de los precios en esa inflación subyacente», ha manifestado.

LA CEOE

Sobre las declaraciones del presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, insistiendo en que no permitirán que el aumento de salarios se vincule a la inflación, ha dicho que, «afortunadamente», lo que asegura el máximo representante de la patronal «está siendo superado en muchos convenios colectivos».

«A lo largo del año 2022 y hasta el mes de agosto, aproximadamente, el 40% de los trabajadores, cuyo convenio se ha renovado este año, ya tenían algún tipo de referencia a una cláusula de revisión salarial ligada, de una manera o de otra, a la inflación», ha añadido.

Unai Sordo cree que el problema de la CEOE y de Garamendi «en este momento es de obcecación». «Porque lo que estamos pidiendo los sindicatos es una propuesta más que razonable, son subidas salariales iniciales para este año y para los dos que vienen, que incluso pueden estar por debajo de estos datos de inflación, pero siempre y cuando vayan acompañadas de compromisos de recuperación, porque si la inflación sigue bajando en el futuro, no quiere decir que los precios vayan a bajar a los niveles del año 2021, quiere decir que la inflación va a subir menos».

«Por tanto, si bajan esos costes que hacen que bajen los precios, lo que se mejoran son los excedentes de las empresas, lo que queremos es que eso se reparta a través de los salarios, y lo que queremos es que los salarios no sufran una devaluación salarial», ha manifestado.

Para ello, según ha especificado, «tienen que ligarse, de alguna manera o de otra, a la evolución de los precios». «¿Puede ligarse más variable?, sí, pero también a la evolución de los precios porque, si no, va a haber una pérdida muy acelerada de poder adquisitivo de los sueldos, y esto va a ser también un problema económico de marca mayor porque va a decelerar la economía», ha explicado.

En todo caso, ha reiterado que, de momento, «la posición de CEOE en este terreno es bastante de obcecación, pero es verdad que en los convenios, sobre todo los que se negocian con un cierto nivel de conflictividad, los acuerdos que se sacan son buenos».

«Allí donde no hay organización sindical, donde hay mucha precariedad, donde los trabajadores y las trabajadoras no tienen densidad sindical, no hay presencia sindical, los acuerdos o no se producen y se bloquea la negociación, o bien son acuerdos netamente inferiores», ha indicado.

ACUERDO SALARIAL GENERAL

A su parecer, «es un poco lo de la botella medio llena, medio vacía, pero sí es verdad que, donde hay organización sindical, las cosas van saliendo relativamente bien, y haría falta un acuerdo general salarial, para orientar los 1.300 convenios colectivos por renovar en el año 2023 y para evitar un escenario de conflictividad», por el que tiene, «a veces, la impresión de que CEOE apuesta».

«A veces, se hace casi una apología de la huelga por parte de la CEOE, cuando se dice: ‘allí donde hay lío, salen buenos convenios’, por tanto, no hace falta un acuerdo general, y a quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga. Es un poco lo que, a veces, deja caer la organización empresarial», ha subrayado.