
MADRID, 28 (EUROPA PRESS)
Cuando las temperaturas rozan los 40 grados en muchas ciudades españolas, encontrar un destino veraniego que combine frescura, naturaleza y cultura sin agobios se vuelve un verdadero lujo.
Lituania, la gran desconocida del Báltico, ofrece exactamente eso: un refugio estival con paisajes encantadores, temperaturas suaves (20°C en julio y agosto), y experiencias inolvidables entre lagos esmeralda, dunas de arena y festivales urbanos bajo la luna.
En lugar de estar refugiado en casa del sol abrasador, el visitante tendrá la posibilidad de pasear por las calles empedradas de Vilna o montar en bicicleta por bosques de pinos sumidos en la niebla, bajo un sol apacible. Y aquí va un dato curioso: Lituania incluso alberga su propio tramo del famoso Camino de Santiago (el Camino Lituano), que conecta este país con la capital gallega.
Esto deja entrever que los aventureros españoles tienen más en común con Lituania de lo que se imaginan, especialmente cuando se trata de encontrar una alternativa veraniega perfecta.
¿Estás listo para explorar el lado refrescante, vibrante y poco convencional de Lituania? Aquí te descubrimos cinco experiencias únicas que te harán enamorarte de esta maravillosa joya báltica
EL ISTMO DE CURLANDIA: UN PAISAJE ENTRE MITOS Y NATURALEZA SALVAJE
Imagínate pasear por una franja de tierra que separa el mar Báltico de una laguna interior, rodeado de dunas esculpidas por el viento y bosques perfumados de pino. Así es el Istmo de Curlandia (Kursiu Nerija), Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, un lugar donde cada paso parece sacado de un cuento.
La Duna de Parnidis ofrece vistas que cortan la respiración, y si eres amante de las aves, aquí encontrarás uno de los puntos migratorios más importantes de Europa. Las leyendas lituanas también cobran vida: se dice que la península fue creada por una gigante llamada Neringa para proteger a los pescadores del mar embravecido. Naturaleza y folclore se unen para crear un destino único.
Ya sea pedaleando por los tranquilos senderos arbolados, haciendo un picnic en una playa solitaria con las olas a tus pies o escalando las cumbres de las dunas para obtener una panorámica del atardecer, el Istmo de Curlandia ofrece un espectáculo natural en cada rincón. Es un lugar donde la naturaleza se muestra en todo su esplendor, esculpiendo paisajes e inspirando leyendas, dejando a cada viajero cautivado por este tesoro báltico.
LAGOS VERDES DE VILNA: UN OASIS A LAS PUERTAS DE LA CIUDAD
A solo 30 minutos del centro de Vilna, los Lagos Verdes (Zalieji ezerai) son el secreto mejor guardado de los locales para escapar del calor. Seis lagos interconectados de un sorprendente color jade invitan al baño, al kayak y a los picnics bajo los abedules. Formados por antiguos glaciares, estos lagos cristalinos combinan belleza escénica con historia y leyendas medievales.
Los fines de semana de verano se pueden encontrar familias y grupos de amigos haciendo picnics bajo los abedules, jóvenes saltando desde los muelles de madera hacia las aguas brillantes y kayaks deslizándose de cala en cala. Es la experiencia definitiva entre ciudad y naturaleza: de un momento a otro, se pasa del bullicio de Vilna a asar carne jugosa junto a un lago esmeralda o tomar el sol en un muelle.
El Lago Balsys, el más popular, cuenta con una playa galardonada con la Bandera Azul. Y si te apetece más acción, hay senderos para recorrer en bici o a pie entre colinas boscosas. Perfecto para una escapada exprés desde la ciudad.
DRUSKININKAI Y MANA SLEEP & SPA: DESCONEXIÓN TOTAL
Si el objetivo de tus vacaciones es el descanso absoluto, Mana Sleep & Spa en la histórica ciudad-balneario de Druskininkai es tu lugar. Este hotel combina tecnología punta con la serenidad de los bosques bálticos. Cuentan con camas inteligentes que monitorizan tu sueño, cápsulas de siesta futuristas y tratamientos diseñados para restaurar cuerpo y mente.
Terapeutas profesionales del sueño y médicos están disponibles por si se necesita ayuda adicional para relajarse, pero un masaje corporal de lavanda y una taza de té de hierbas en el balcón privado podrían ser suficientes. Por la noche, cortinas opacas y un aislamiento acústico de primera calidad aseguran que nada interrumpa el sueño.
Con piscinas minerales, saunas y terapias naturales, todo está pensado para que te olvides del estrés y te reencuentres contigo mismo. Porque dormir bien también es viajar.
RED BRICK: COCINA DE KILÓMETRO CERO CON ESTRELLA (VERDE)
Para los amantes de la buena mesa, Red Brick –en la campiña de Aukstaitija– es una parada imprescindible. Ubicado en una granja orgánica de 780 hectáreas, este restaurante combina sostenibilidad y alta cocina en un entorno rural de ensueño.
Comer aquí es como visitar un elegante retiro rural. El restaurante en sí es un granero de ladrillo rojo restaurado con paredes de vidrio hasta el techo, lo que combina el encanto rústico con un estilo moderno. Se pueden disfrutar aperitivos de savia de abedul o hidromiel lituana mientras el sol se esconde por los campos ondulados.
El chef islandés Arnór Ingi Bjarkason lidera un menú degustación donde ingredientes recolectados ese mismo día se transforman en platos que fusionan lo báltico, lo escandinavo y un inesperado toque japonés. El resultado: la primera Estrella Verde Michelin del país. Y si después de comer te entra el sopor, puedes dormir en la acogedora casa de huéspedes contigua, ‘Sleepy Horse’.
CLUB ELASTICA: TECHNO CON ALMA EN LAS ENTRAÑAS DE VILNA
¿Quién dijo que el norte de Europa era aburrido por la noche? Bajo las vías de la estación principal de trenes de Vilna, se esconde Club Elastica, el templo del techno en Lituania. Con un diseño industrial chic, arte lumínico y DJs de talla internacional, este club subterráneo transforma cualquier noche en una fiesta inolvidable.
El menú musical va desde el techno profundo e hipnótico hasta lo más vanguardista de la música electrónica, e incluso actuaciones experimentales en vivo, cada noche es una aventura sonora.
Los cócteles son una obra de arte, las vibraciones se sienten en el suelo y, al amanecer, no es raro ver a los últimos bailarines subiendo al primer tren del día. Un must para los amantes de la música electrónica con espíritu viajero.
¿Te atreves a cambiar el calor por la brisa báltica? Lituania ofrece un verano diferente: fresco, verde, relajado, pero también moderno, vibrante y lleno de sorpresas. Desde dunas mágicas hasta noches de fiesta bajo tierra, es el destino ideal para quienes buscan algo más que sol y playa. Este año, tal vez tu escapada perfecta esté más al norte de lo que pensabas.