Turismo

La Rioja Festival cierra su cuarta edición con lleno total y «gran proyección internacional»

LOGROÑO, 26 (EUROPA PRESS)

La cuarta edición de La Rioja Festival concluyó ayer con un éxito rotundo en todos sus indicadores: conciertos con todas las entradas agotadas, una afluencia creciente de público nacional e internacional, una cuidada programación artística y una notable repercusión mediática.

El Festival, que se ha celebrado del 16 al 25 de mayo en ocho municipios de la Comunidad, ha reafirmado su papel como uno de los grandes embajadores culturales de La Rioja y como una herramienta clave para el desarrollo sostenible del territorio.

Durante diez jornadas, el Festival ha recibido a más de 4.000 asistentes en los 11 conciertos programados, todos ellos con el cartel de «no hay entradas».

La programación artística ha reunido a 22 solistas y una orquesta sinfónica, conformando una propuesta musical de altísima calidad, protagonizada por figuras nacionales e internacionales del panorama clásico actual.

El nivel de excelencia artística ha sido uno de los grandes valores de esta cuarta edición, Sinestesias, que ha hecho una apuesta por formatos innovadores, diálogo interdisciplinar y espacios escénicos poco convencionales.

Bajo la dirección del guitarrista riojano Pablo Sainz-Villegas, impulsor del proyecto y uno de los músicos españoles con mayor proyección internacional, La Rioja Festival se ha afianzado como un certamen que trasciende lo musical: una cita que integra cultura, turismo, gastronomía, patrimonio y sostenibilidad que entiende la música como vehículo para dinamizar social y económicamente el entorno rural riojano.

En esta edición, el 65% de los conciertos se han celebrado en espacios rurales, llegando a localidades como San Millán de la Cogolla, Casalarreina, Briones, Agoncillo, Cervera del Río Alhama, Navarrete y Sajazarra, además de Logroño.

Esta distribución territorial ha permitido acercar la música a públicos diversos y visibilizar la riqueza monumental, natural y enológica del interior de La Rioja.

La combinación entre música y patrimonio se vivió en escenarios singulares como iglesias, monasterios, ermitas, bodegas y plazas que ofrecieron marcos únicos para una experiencia sensorial completa.

A la programación musical se sumaron 40 actividades paralelas, entre experiencias culturales, gastronómicas y turísticas, que congregaron a 1.600 participantes.

Visitas guiadas, catas, encuentros con artistas y talleres educativos formaron parte de una oferta que ha convertido al festival en una vivencia inmersiva pensada para todos los públicos y para visitantes de perfiles muy diversos.

La dimensión internacional del certamen ha sido otro de los hitos de esta edición que ha contado con personas de diferentes países, entre ellos Costa Rica, Estados Unidos, Argentina, Alemania, Suiza, Francia, Colombia y México, atraídas por la fusión entre música de primer nivel y el estilo de vida riojano.

Gracias al trabajo con agencias de viajes colaboradoras en España y Costa Rica, se ha afianzado el posicionamiento del festival como destino cultural global.

Además, la retransmisión vía Allegro HD ha permitido llevar el Festival a una audiencia estimada de seis millones de espectadores, multiplicando el impacto más allá del territorio. La cobertura informativa también ha tenido el respaldo como media partners de Radio Clásica de RTVE y Allegro HD.

Este proyecto cultural ha sido posible gracias al firme compromiso del Gobierno de La Rioja, principal entidad impulsora, así como al respaldo de empresas como Marqués de Vargas y Aresol, junto con otras entidades públicas y privadas que creen en el poder transformador de la cultura.

Para Pablo Sainz-Villegas, «esta edición ha sido un reflejo del alma de La Rioja: hospitalaria, rica en historia, apasionada por la belleza y profundamente conectada con su tierra». «La música ha sido el hilo conductor que ha unido territorios, generaciones y emociones», ha afirmado.

Con una identidad ya plenamente consolidada, La Rioja Festival se posiciona como un referente nacional e internacional del turismo cultural, y como un modelo de innovación y sostenibilidad en la programación artística.

La fusión entre excelencia musical, entorno rural, patrimonio y comunidad convierte este festival en una experiencia única que trasciende lo escénico para convertirse en un viaje emocional, humano y territorial.