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Turismo

Terracota Plaza de España: el nuevo templo gastronómico en el corazón de Madrid donde la alta cocina se vuelve cercana

MADRID, 20 (EUROPA PRESS) Madrid sigue reinventándose, y su escena gastronómica no es la excepción. En uno de los rincones más representativos de la ciudad, a escasos pasos de Plaza de España, renace un espacio que promete convertirse en uno de los grandes referentes de la capital: el restaurante Terracota.

Situado en la primera planta de la histórica Casa Gallardo (calle Ferraz, 2), una joya del modernismo madrileño, este emblemático enclave inicia una nueva etapa bajo una dirección renovada y una visión clara: democratizar el lujo sin renunciar a la excelencia culinaria.

Tras el cierre del legendario Club Allard, el espacio ha sido completamente renovado para dar paso a Terracota, un restaurante que aúna tradición, vanguardia y hospitalidad. El nuevo equipo directivo ha transformado el concepto sin perder el alma del lugar, apostando por una cocina de autor con raíces españolas y una carta dinámica que pone en valor el producto local y la creatividad del equipo de cocina.

La renovación no ha sido solo visual: Terracota ha redefinido su propuesta para atraer tanto a madrileños curiosos como a visitantes en busca de experiencias auténticas. El objetivo es convertirse en ese lugar donde uno puede vivir una comida de alto nivel, en un entorno elegante pero sin pretensiones, con un ticket medio asequible (entre 45 y 55 euros). En una ciudad donde la alta cocina puede parecer a veces inalcanzable, Terracota ofrece una alternativa honesta y sorprendente.

CELEBRACIÓN DE LA COCINA ESPAÑOLA CONTEMPORÁNEA.

La nueva carta de Terracota es una celebración de la cocina española contemporánea, elaborada con técnica, respeto al producto y mucha personalidad. Entrantes como las croquetas cremosas de chipirón en su tinta, el tartar de vaca madurada con emulsión de encurtidos o el säam de papada ibérica glaseada con piña marcan el tono desde el inicio: platos reconocibles pero con un giro audaz y moderno.

En el apartado de principales, encontramos carnes jugosas como el lomo de vaca a la brasa o la carrillera glaseada, y opciones marinas como la merluza con salsa de gambo rojo o la corvina asada con crema de tubérculo, en los que los sabores mediterráneos se reinterpretan con elegancia.

El broche dulce viene con una tarta de queso horneada de textura sedosa, un lingote de chocolate negro con praliné y helados artesanales que culminan la experiencia con delicadeza. Cada detalle ha sido cuidado para que el comensal disfrute no solo del sabor, sino también de la estética, las texturas y el ritmo de cada servicio.

COCTELERÍA DE AUTOR Y BODEGA EN EVOLUCIÓN.

Uno de los grandes atractivos de Terracota es su apuesta decidida por una coctelería de autor que dialoga con la cocina. La barra ofrece creaciones que juegan con ingredientes locales, cítricos, botánicos y técnicas innovadoras. Desde un negroni ahumado hasta un mojito reinterpretado con hierbas de la sierra madrileña, cada cóctel ha sido concebido como una experiencia en sí misma.

En cuanto a la bodega, la selección de vinos es amplia, cuidada y en continua renovación. Se ofrecen referencias de denominaciones clásicas como Rioja, Ribera del Duero o Rías Baixas, junto a propuestas más atrevidas: vinos naturales, ecológicos o de pequeños productores.

El equipo de sala sabe acompañar y recomendar con criterio, sin caer en la rigidez de los grandes restaurantes, lo que suma puntos a esa idea de lujo accesible que Terracota defiende.

ENTORNO CON HISTORIA Y ALMA CONTEMPORÁNEA.

Pero no todo es comida y bebida: el espacio también enamora. La Casa Gallardo, con su arquitectura centenaria, techos altos, grandes ventanales y su ubicación privilegiada frente a Plaza de España, dota al restaurante de un halo de distinción natural.

La renovación interior ha respetado los elementos históricos originales, integrándolos con un diseño sobrio, cálido y contemporáneo. Tonos tierra, maderas nobles, iluminación cuidada y obras de arte seleccionadas convierten el restaurante en un lugar acogedor donde el tiempo parece detenerse.

Cada salón del restaurante lleva el nombre de un gran artista español -Goya, Picasso, Dalí-, y su disposición permite configurar ambientes privados para grupos, celebraciones o reuniones de empresa sin perder el carácter íntimo y elegante del conjunto.

Terracota no solo es un restaurante para comer bien, también se está consolidando como uno de los espacios más atractivos para eventos privados en el centro de Madrid. Gracias a su ubicación, versatilidad y calidad de servicio, es ideal para presentaciones de producto, cenas de empresa, encuentros corporativos o celebraciones familiares.

Además, el nuevo equipo ha diseñado un programa de fidelización con propuestas que incluyen cenas temáticas, maridajes especiales, showcookings y descuentos para clientes habituales. Una manera inteligente de crear comunidad alrededor de la experiencia gastronómica y fidelizar a un público exigente, pero cada vez más interesado en propuestas con alma y coherencia.

En un momento en el que muchos restaurantes apuestan por la espectacularidad, Terracota ofrece una experiencia serena, auténtica y sensorial, donde el protagonismo lo tienen la cocina, el producto y el comensal. Es el lugar ideal para sorprender a alguien especial, cerrar un acuerdo importante o simplemente disfrutar sin prisa de una buena mesa en uno de los entornos más bellos de Madrid.

Con su equilibrio entre tradición y vanguardia, lujo y cercanía, historia y modernidad, Terracota se ha ganado ya un lugar entre los favoritos de la capital. Porque el lujo, como bien demuestran sus nuevos gestores, no tiene por qué ser inaccesible. Solo tiene que ser memorable.