
MADRID, 21 (EUROPA PRESS)
El 27 de febrero se celebra el día de uno de los platos más emblemáticos y reconfortantes de nuestra gastronomía. El cocido, con su rica mezcla de sabores y aromas, no solo es una delicia para el paladar, sino también un símbolo de tradición, que en Madrid cuenta con un arraigo especial. En este día, nada mejor que reunirse en torno a la mesa para disfrutar de los diferentes vuelcos en los que se sirve esta receta, que varía de región en región, pero siempre trae consigo el calor del hogar y la alegría de compartir.
En La Gran Tasca (c/Santa Engracia, 161) no esconden que en sus más de 80 años de historia, y por donde han pasado desde Lola Flores a Florentino Pérez, Hombres G o Miguel Indurain, el protagonista de su cocina es su cocido. El plato castizo por excelencia se prepara con mimo en esta casa de comidas, ya que la sopa se elabora a lo largo de dos días, mientras que la sopera se deja en la mesa junto a una bandeja con los 15 ingredientes con los que lo elaboran: carnes, garbanzos de Fuentesaúco, verduras y hortalizas, gallina campera, chorizo ahumado casero y morcilla, que se acompaña de otro bocado muy especial, su pelota de carne picada mixta rebozada y cocida en el propio caldo.
Otro clásico que no falla es el cocido de Malacatín (c/Ruda, 5). A fuego lento y sin prisa, así preparan desde hace más de 100 años el cocido en el local, donde los clientes pueden disfrutar sin prisa de uno de los platos más característicos de Madrid y donde no falta su sopa de fideos, sus garbanzos, su piparra al vinagre, repollo, patata cocida, la pringada del tocino de veta, el chorizo de León o la morcilla asturiana, la gallina, morcillos de ternera y manitas de cerdo.
Mientras que para los paladares más tradicionales, en Lhardy (Carrera de San Jerónimo, 8) podrán degustar uno de los grandes clásicos de la cocina madrileña como es su icónico cocido con sopa con fideos cabello de ángel, garbanzo de pico pardal de Castilla y León, verduras (repollo, patata y zanahoria) de Carabaña, chorizo de León, morcilla de arroz y secreto ibérico estilo Burgos (Casa Alba), longaniza trufada de cerdos de Euskal Txerri, tocino ibérico, morcillo de buey gallego, tuétano de vaca gallega, jamón ibérico de Huelva, foie del Ampurdán en escabeche, costilla ibérica de Sierra de Villuercas y relleno de cocido de ropa vieja.
El chef Joaquín Felipe propone para estos días ‘El cocido de Corral’ en su restaurante Atocha 107, donde disfrutar de este guiso, con muchas horas de cocción, que se sirve en dos vuelcos. Su denso caldo se elabora con las mejores verduras, gallos, gallinas, carcasas de pularda y patas, y se le suma más pollo, tanto joven, como uno de 100 días, todo de Avicultura Selecta, mientras que en el segundo vuelco acompañan a los garbanzos: el relleno o pelota, de lo más untuosa; el pisto de verduras; y el huevo de Los Monegros. Una propuesta que culmina con una tarta de queso Payoyo.
En Ultramarines del Coso Trafalgar (c/Trafalgar, 1) quieren celebrar el día del cocido, plato que sirven cada martes y jueves a la hora de la comida, con su receta que está basada en ingredientes clásicos y seleccionados cuidadosamente. Un cocido sin prisas, donde durante cinco horas se cuecen las carnes de primera calidad de terneras de la sierra de Madrid, las morcillas y chorizos asturianos y las verduras frescas y garbanzos orgánicos de Castilla la Mancha. Un plato que se sirve, ya desgrasado, en dos vuelcos: primero la sopa con sus fideos y, después, las carnes y las verduras en una cazuelita que recuerda a las de las abuelas, acompañada de pan de masa madre y mantequilla artesana ahumada por ellos mismos y una gilda.
En El Patio de Abascal (c/José Abascal, 61) proponen disfrutar de esta receta en su forma más genuina y sin perder un ápice de sabor. La taberna del chef Javier Murguizu ofrece el cocido en tres vuelcos, pero el comensal puede elegir cómo tomarlo. Como suele ser habitual, su cocinado comienza el día de antes para que esté reposado, aunque los garbanzos y verduras si que se hacen en el mismo día. Siguiendo la tradición, el cocido de esta taberna tiene como ingredientes los garbanzos, el morcillo, la gallina, el jamón, los huesos, la panceta, el tocino, el chorizo de sarta y la morcilla de cebolla, además de las verduras, mientras que como particularidad, se acompaña siempre de piparra, cebolla picada y cominera -salsa de tomate natural triturado, aceite, sal y comino-.
En pleno centro, en el número 33 de la madrileña calle de Preciados, se ubica Preciados 33 una taberna castiza que ofrece un bufet libre de cocido, un entrante frío o caliente a elegir, anchoas, salmorejo, tomates de la huerta, croquetas, tortilla española, bravas, zamburiñas, jamón ibérico, chanquetes estrellados, torreznos y todo el cocido madrileño casero que puedas comer con su sopa de cocido con fideos, sus garbanzos, su ternera, chorizo, pollo, tocino, morcilla y jamón, y con sus patatas, zanahorias y repollo en el menú que proponen en su espacio.
Mientras que en Patio de Leones, la taberna neocañí ubicada en la Puerta de Alcalá celebra este icónico guiso castizo con una semana entera de homenaje, ya que hasta el 2 de marzo, ofrece un menú especial de donde disfrutar de su cocido madrileño maridado con champán Perrier-Jouët.
Y para los paladares más innovadores, en Tabernas Perretxico sorprenden a sus comensales con su icónico donut de cocido en dos vuelcos, que es un cocido de garbanzos tradicional, con todos sus sacramentos cuyo caldo se elabora despacito durante más de ocho horas, lo que permite que sea más limpio y sabroso. Además, el toque divertido de esta propuesta llega con la masa de donut que envuelve el cocido manteniendo la esencia que enamora al paladar.