Turismo

Tarazona: un viaje medieval entre el amor y la guerra en tierra de frontera

MADRID, 10 (EUROPA PRESS)

A los pies del majestuoso Moncayo, rodeada por paisajes que en otoño se tiñen de tonos dorados y ocres, se encuentra Tarazona, una joya oculta en el noreste de España. Esta ciudad de cuento, considerada por muchos la más bonita de Zaragoza, acaba de estrenar una nueva ruta cultural inspirada en los apasionantes y tumultuosos días del medievo.

Bajo el lema ‘Amor y guerra en tierra de frontera’, esta ruta ofrece un fascinante recorrido a través de su vibrante pasado histórico, una época en la que la ciudad jugó un papel crucial gracias a su posición estratégica entre los reinos de Aragón, Castilla y Navarra.

El itinerario, que abarca contenidos desde el año 714 hasta el siglo XV, recorre 12 monumentos del municipio zaragozano. Un paseo que llevará el viajero a pasear bajo casas colgadas hasta vetustas murallas, recalando en antiguas mezquitas, atravesando una judería y abocando en una imponente catedral máximo exponente del gótico peninsular más primitivo.

EL ENCANTO DE TARAZONA.

La vieja Turiaso, nombre con el que fue conocida Tarazona en la época romana, es un reflejo de la riqueza cultural que ha definido la historia de la península ibérica. Desde el siglo V, esta pequeña ciudad aragonesa ha sido protagonista de sucesos históricos que marcaron el destino de España.

Desde su ascenso como cabeza de diócesis visigoda, hasta su dominio musulmán que dejó una profunda huella en su cultura y arquitectura, pasando por las batallas y alianzas medievales que hicieron de Tarazona una ‘llave del reino’, cada rincón de esta ciudad cuenta una historia.

La ruta ‘Amor y guerra en tierra de frontera, que recorre una docena puntos emblemáticos de la ciudad, nos invita a viajar en el tiempo, descubriendo cómo sus estrechas calles, imponentes murallas y majestuosas iglesias han sido testigos de la convivencia entre cristianos, musulmanes y judíos. En Tarazona, el tiempo parece haberse detenido, y los relatos de amor y guerra que inspiraban a los trovadores medievales cobran vida a cada paso.

UNA CIUDAD DE AMOR Y GUERRA.

Tarazona fue durante siglos un enclave de vital importancia, donde se libraron batallas decisivas y se tejieron alianzas matrimoniales que unieron reinos. Sin embargo, más allá de la política y los conflictos bélicos, la ciudad fue también un lugar donde floreció la cultura, el arte y el conocimiento.

Gracias a su diversidad cultural, Tarazona jugó un papel crucial en la traducción y difusión de textos científicos y filosóficos árabes, hebreos y latinos, contribuyendo al progreso intelectual de la Europa medieval.

Una de las figuras más importantes en la historia de la ciudad es Alfonso I el Batallador, quien reconquistó Tarazona en 1119, devolviéndola al dominio cristiano tras más de cuatro siglos bajo control musulmán. Durante su gobierno, la ciudad vivió un proceso de transformación que la convirtió en un centro estratégico de la Corona de Aragón, consolidando su posición como frontera entre los distintos reinos peninsulares.

Pero la historia de Tarazona no es solo una crónica de batallas y asedios. También es un lugar donde las historias de amor florecieron, como la boda de Alfonso VIII de Castilla con Leonor de Plantagenet, hija de Enrique II de Inglaterra. Este enlace no solo selló una importante alianza política, sino que también sirvió como inspiración para las leyendas y romances que aún resuenan en la ciudad.

RECORRIDO POR LA RUTA MEDIEVAL.

La ruta cultural ‘Amor y guerra en tierra de frontera’ nos lleva a explorar los tesoros medievales de Tarazona, cada uno con su propia historia y encanto.

Entre las paradas más emblemáticas está el Palacio Episcopal, un majestuoso edificio, con su fachada volada hacia el río, es una de las imágenes más reconocibles de Tarazona. Originalmente una fortaleza musulmana, el palacio fue transformado en un elegante edificio renacentista que hoy alberga algunas de las mejores muestras de arte de la ciudad.

También es destacada la Iglesia de Santa María Magdalena. Construida sobre los restos de una antigua mezquita, esta iglesia es un ejemplo de la convivencia de culturas que caracterizó a Tarazona durante la Edad Media. Fue también el escenario de importantes eventos políticos, como la celebración de las Cortes del Reino. En su puerta se verificaban las subastas oficiales y en su plaza se reunía el Concejo Municipal.

Como toda ciudad de frontera, Tarazona estuvo fuertemente fortificada durante la Edad Media. Aunque gran parte de las murallas ha desaparecido, aún se conservan algunos tramos que nos recuerdan la importancia de la defensa en una ciudad tan disputada. Tarazona contaba con un importante sistema defensivo, con muros en cada uno de los barrios y una muralla exterior. Se conservan aún algunos lienzos de muros y dos torreones.

Otro punto destacado de Tarazona son sus casas colgadas. Ubicadas en el barrio de la judería estas son una maravilla arquitectónica que desafía las leyes de la física. Construidas en saledizo sobre el río, estas viviendas son una muestra del ingenio medieval para aprovechar el espacio. En ellas residían familias de la nobleza.

La Catedral de Tarazona es uno de los monumentos más impresionantes de Aragón. En ella se mezclan el gótico francés y el estilo mudéjar, creando una obra de arte única en su género. Sus flamantes pinturas renacentistas, descubiertas durante su restauración, han hecho que la catedral sea reconocida en toda Europa.

UN OTOÑO EN TARAZONA: NATURALEZA Y CULTURA.

El otoño es una de las mejores épocas del año para visitar Tarazona. La ciudad, rodeada por el Parque Natural del Moncayo, se tiñe de colores cálidos que invitan a pasear por sus calles y descubrir sus secretos. Este entorno natural ofrece también la posibilidad de realizar rutas de senderismo y disfrutar de impresionantes vistas panorámicas desde las cumbres de la montaña.

Tarazona combina a la perfección el encanto de una ciudad histórica con la tranquilidad de la naturaleza. Durante los meses de otoño, el aire fresco y los paisajes dorados crean el ambiente perfecto para una escapada cultural.

Además de su patrimonio histórico, Tarazona ofrece al visitante una serie de experiencias únicas. Su Espacio Cultural San Atilano, ubicado en la antigua iglesia desacralizada de San Atilano, alberga exposiciones que relatan las leyendas y tradiciones medievales de la región. Es un lugar perfecto para sumergirse en las historias de juglares y caballeros que marcaron la Edad Media.

Pero Tarazona tiene más puntos de interés: la Iglesia de San Miguel Arcángel (una mezquita que fue transformada en un temmplo cristiano), la Iglesia Nuestra Señora de la Merced (ex convento de frailes mercedarios); la Ermita de San Juan Bautista (pequeño edificio excavado en la roca); el Crucifijo Humilladero (encrucijada de caminos reales) o a Iglesia y claustro San Francisco de Asís (por la que pasó el santo).

En definitiva, Tarazona es una ciudad que enamora a quienes la visitan. Su rica historia, su magnífica arquitectura y su entorno natural la convierten en un destino perfecto para este otoño. La nueva ruta cultural ‘Amor y guerra en tierra de frontera’ es la excusa perfecta para dejarse llevar por el encanto de esta ciudad medieval y descubrir un rincón de España lleno de sorpresas.