El Port de Tarragona alcanzó 115.022 cruceristas en 2023, un 80,1% más que en el año anterior, cuando llegaron gracias a 57 escalas, frente a las 36 de 2022, y generaron un impacto económico de 15 millones de euros en la zona.
El presidente del Port de Tarragona, Saül Garreta, ha explicado que estas cifras superan las de 2018 y se acercan a las de 2019, cuando la infraestructura registró 130.000 turistas, y ha defendido que el proyecto de la infraestructura es «un proyecto de territorio».
Así, la actividad turística crecerá gracias a la inauguración en junio de la nueva terminal Global Port Holding en el muelle de Baleares, con una inversión de 5,5 millones de euros y una superficie de 2.200 metros cuadrados.
En cuanto a ingresos, el puerto cerró 2023 con una previsión de facturación de 64,5 millones de euros, una cifra similar a la de 2022 (64,7 millones), y con un tráfico de 33 millones de toneladas, un 9,9% más.
«Son unos buenos resultados», ha valorado el Garreta, junto al director general, Ramón García, en rueda de prensa este jueves en la sede de la infraestructura en Tarragona.
Para el presidente, «a nivel de saneamiento financiero es el mejor año», ya que el Ebitda de 2023 se mantuvo en los 34,9 millones y la cifra de endeudamiento se redujo 4 millones, hasta los 44 millones.
El resultado de explotación fue de 10,2 millones de euros, frente a los 13,2 millones de 2022, y los ingresos antes de impuestos fueron de 10,5 millones, inferiores a los 13,3 millones del ejercicio anterior.
El ‘cash flow’, es decir, los recursos generados por las operaciones, llegó hasta los 33,7 millones, ante los 31,5 millones del año pasado, y el resultado de tesorería hasta los 62,7 millones, 10 millones más.
El fondo de maniobra fue de 69,9 millones de euros y se invirtió 16,5 millones: «No estamos acometiendo grandes obras de construcción masiva», ha detallado García, que ha recordado que ya las hicieron durante los años anteriores.
TRÁFICO DE MERCANCÍAS
El Port de Tarragona cerró 2023 con 33 millones de toneladas en tráfico de mercancías, un 9,9% más que en 2022, unas cifras que Garreta ha calificado como «muy buenas» y que ha atribuido al aumento del tráfico de sólidos (+8,9%).
En concreto, movió un récord de 7,6 millones de toneladas de cereales, piensos y harinas, un 28,5% más que en 2022: «Con menos cosechas propias, hay que traer el cereal de otros sitios», ha detallado García.
Por países, el 42% de los cereales proviene de Ucrania, el 16% de Brasil, el 15% de Rumania y el 10% de Bulgaria, y el movimiento de productos agrícolas ha provocado una cifra máxima histórica de 952.832 entradas y salidas de camiones del recinto del puerto.
El grupo con más movimiento en cifras absolutas fue el de los líquidos, con un tráfico de 20,5 millones de toneladas (+16,4%), gracias al récord del crudo de petróleo de 9,8 millones de toneladas (+24,8%).
Según Garreta, las cifras de la carga general han sido «muy bajas», aunque los productos siderúrgicos han crecido un 12,9%, hasta las 682.000 toneladas, y el tráfico de automóviles un 27%, hasta las 200.000 unidades.