Tecnología

Cómo Google quiere llevar sus centros de datos al espacio para impulsar la inteligencia artificial

El proyecto “Suncatcher” busca aprovechar la energía solar fuera de la Tierra

Google ha anunciado un ambicioso plan en el que pretende lanzar al espacio sus primeros centros de datos en 2027. La idea, parte de un proyecto llamado Suncatcher, busca aprovechar la energía solar directamente desde el espacio y beneficiarse de la reciente disminución en los costos de lanzamiento de cohetes. Con esta iniciativa, la compañía quiere revolucionar la forma en que se alimentan y operan los sistemas de inteligencia artificial, reduciendo el impacto ambiental que generan las infraestructuras actuales en la Tierra.

Según explicó la empresa, Suncatcher tiene como objetivo explorar cómo construir sistemas informáticos de aprendizaje automático a gran escala en el espacio, utilizando una fracción mayor de la energía solar. El Sol emite más de 100.000 millones de veces la cantidad de electricidad que toda la humanidad produce, y Google busca aprovechar parte de ese potencial prácticamente ilimitado.

Una vez en órbita, estos centros de datos se alimentarán con paneles solares hasta ocho veces más eficientes que los instalados en la Tierra. Gracias a esto, podrían operar de manera sostenible, sin depender de recursos terrestres ni consumir agua para refrigeración, uno de los principales retos de los centros de datos tradicionales.

Un estudio publicado por Google el 4 de noviembre señala que el costo de lanzar satélites está disminuyendo. Se estima que para mediados de 2030, mantener un centro de datos espacial podría costar lo mismo que uno terrestre, lo que abriría la puerta a una nueva era en la informática. Además, la empresa destaca que trasladar parte del procesamiento fuera del planeta ayudaría a disminuir la presión sobre los recursos naturales y el consumo energético en la Tierra.

Los datos generados por estos centros espaciales se enviarán de vuelta a la Tierra mediante enlaces ópticos, utilizando luz o láseres para transmitir información a gran velocidad. Este tipo de comunicación, mucho más eficiente que las señales de radio tradicionales, permitirá que los sistemas de IA en órbita trabajen de forma sincronizada con los servidores terrestres.

El propio Sundar Pichai, director ejecutivo de Google, reconoció que aún existen desafíos técnicos importantes, como la gestión del calor de los procesadores en el espacio o la evaluación del rendimiento de los chips fuera de la atmósfera. Sin embargo, también confirmó que ya se han dado pasos significativos: los TPU, los procesadores especializados en IA de Google, han superado pruebas en aceleradores de partículas que simulan los niveles de radiación de las órbitas bajas.

Para llevar a cabo las primeras pruebas, Google ha firmado un acuerdo con Planet, una empresa estadounidense especializada en microsatélites. Juntas planean lanzar a principios de 2027 los primeros procesadores al espacio. Si los resultados son exitosos, el siguiente paso será construir una infraestructura completa de computación espacial, capaz de sostener el creciente poder de la inteligencia artificial.

Desde que OpenAI lanzó ChatGPT en 2022, la competencia por desarrollar y mejorar la inteligencia artificial se ha vuelto feroz. Los grandes gigantes tecnológicos, entre ellos Google, Microsoft, Amazon y Meta, están invirtiendo miles de millones en nuevos centros de datos para satisfacer la enorme demanda de procesamiento que requieren los modelos de IA. Con Suncatcher, Google no solo busca ampliar su capacidad tecnológica, sino también redefinir los límites de la informática moderna y llevar la inteligencia artificial más allá de la Tierra.

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