lbania ha nombrado a una inteligencia artificial como ministra encargada de la contratación pública. Esta decisión, impulsada por el primer ministro Edi Rama, busca introducir mayor transparencia en los procesos estatales y combatir prácticas de favoritismo, aunque ha generado un amplio debate tanto dentro como fuera del país.
Durante su primera intervención en el parlamento, la nueva figura gubernamental, llamada Diella, dejó en claro que no pretende reemplazar a los funcionarios humanos. “No estoy aquí para sustituir a las personas, sino para asistirlas”, afirmó. Diella también reconoció su estatus no humano: “Es cierto que no tengo ciudadanía, pero tampoco tengo ambiciones ni intereses personales”, dijo, subrayando su rol técnico y neutral.
Diella fue presentada oficialmente por el primer ministro Edi Rama, quien ha sido el principal defensor de esta innovación digital. Su tarea principal será gestionar los procesos de contratación pública. Entre sus funciones se encuentran la evaluación de ofertas, la verificación de criterios y la emisión de dictámenes objetivos sobre el cumplimiento de los requisitos establecidos, todo sin influencias externas ni presiones políticas.
Uno de los principales beneficios que se espera de este nombramiento es la eliminación de tratos preferenciales en las contrataciones públicas. Al tratarse de una inteligencia artificial, Diella no está sujeta a intereses personales, lo que podría contribuir a mejorar significativamente la transparencia y la eficiencia del aparato estatal.
Sin embargo, el nombramiento no ha estado exento de críticas. El gobierno no ha especificado qué mecanismos de control humano existirán sobre las decisiones de Diella, ni ha detallado cómo se evitará una posible manipulación del sistema. Estas omisiones han despertado preocupación entre algunos sectores, que cuestionan los límites éticos y legales del uso de inteligencia artificial en funciones de gobierno.
Antes de asumir su papel en el gobierno, esta IA ya prestaba servicios a través de la plataforma digital e-Albania, ayudando a los ciudadanos a obtener documentos oficiales. Su efectividad en esa función motivó al primer ministro a integrarla en el gabinete, aunque de manera simbólica, ya que la Constitución albanesa exige que los ministros sean ciudadanos con plena capacidad legal y mental.
Este nombramiento ha desatado un intenso debate en el país. Mientras algunos lo ven como un paso hacia una administración más limpia y moderna, la oposición ha rechazado tajantemente la iniciativa.
