Todos hemos oído la historia: la inteligencia artificial (IA) viene a por nuestros puestos de trabajo. Desde las fábricas hasta los servicios financieros, el discurso dominante ha sido el de la sustitución: equipos más pequeños, menos contrataciones y aumento de la productividad a costa de las personas. Pero en muchas industrias, esa lógica se rompe.
En sectores como la logística, la sanidad y la industria manufacturera –que yo denomino «industrias que priorizan a las personas»–, las personas no son un centro de costes. Son el motor del crecimiento. Más conductores significan más entregas. Más personal de temporada significa más pedidos cumplidos. Más cuidadores significa más pacientes atendidos.
Y, sin embargo, estos son precisamente los sectores con más dificultades para contratar. EE UU se enfrenta a «una escasez de hasta 3,2 millones de trabajadores sanitarios para 2026». Para 2030, «2,1 millones de puestos de trabajo en el sector manufacturero podrían quedar sin cubrir», y la escasez de mano de obra en logística sigue siendo uno de los mayores riesgos para las cadenas de suministro mundiales.
Estas empresas no están automatizando para recortar puestos de trabajo. Están desesperadas por contratar rápido, pero no pueden. No porque no haya talento, sino porque sus operaciones no dan abasto.
Dónde falla la contratación
El año pasado trabajé con empresas que intentaban contratar a miles de trabajadores de primera línea bajo una presión de tiempo extrema. En todos los casos, los «cuellos de botella» no estaban en la contratación ni en la demanda. Estaban en los procesos intermedios, como las revisiones manuales de documentos, los flujos de trabajo de cumplimiento que viven en hojas de cálculo e hilos de Slack, los sistemas administrativos que no se comunican entre sí y el software heredado que nunca se creó para operaciones en tiempo real. ¿Cuál es el resultado? Los candidatos cualificados esperan semanas para empezar a trabajar, los equipos de RRHH u operaciones se ven desbordados con comprobaciones repetitivas y los ingresos se quedan sobre la mesa.
Por tanto, la oportunidad que presenta la IA no es eliminar a los humanos. Se trata de eliminar la fricción entre la intención y el impacto. Podemos centrarnos en utilizar esta tecnología para ejecutar la lógica operativa con mayor rapidez. Piensa en analizar documentos de cumplimiento y señalar problemas en segundos, automatizar comprobaciones de derecho al trabajo en las administraciones públicas y codificar procedimientos operativos estándar (SOP) en reglas legibles por máquina. En lugar de sacar a los humanos del bucle, la IA puede ayudar a garantizar que estén conectados cuando sea necesario.
Tres cuellos de botella que puede solucionar con la IA
Si trabajas en un sector en el que priman las personas y notas la presión, aquí tienes tres puntos en los que puedes fijarte:
- Tus procedimientos operativos estándar (OE, por sus siglas en inglés) están atascados en documentos. La mayoría de los departamentos de RR HH tienen un manual de políticas internas almacenado en PDF, páginas de Notion o carpetas de SharePoint. Pero cuando esa lógica se queda en documentos estáticos, los equipos tienen que leer, interpretar y aplicar manualmente las mismas normas una y otra vez. Esto es lento, propenso a errores e imposible de ampliar. En su lugar, puedes codificar esos procedimientos normalizados de trabajo en lógica legible por máquina con IA, convirtiéndolos en sistemas ejecutables que aplican reglas de forma instantánea y coherente.
- Tus herramientas están aisladas. Cuando los datos de los solicitantes, las comprobaciones de cumplimiento y los flujos de incorporación están dispersos en varias plataformas, el problema es mayor que un simple flujo de trabajo torpe. Se trata de importantes lagunas de conocimiento. El hecho de que los datos críticos de incorporación estén dispersos en cinco plataformas puede ser la causa de que pierdas visibilidad sobre el rendimiento de tu «embudo» de contratación. No sabes dónde se producen las caídas y no puedes solucionar los fallos a escala. Y el resultado es una gran ineficacia disfrazada de proceso.
- Sigues midiendo el tiempo de contratación. No necesitas contrataciones en el calendario. Las necesitas en planta. El tiempo hasta la contratación es una métrica mejor para realizar un seguimiento de todo el arco operativo de la contratación: desde la aceptación de la oferta hasta el cumplimiento de los requisitos, pasando por la validación de los documentos y la preparación para el primer día. Ayuda a sacar a la luz los retrasos reales, como las largas comprobaciones de antecedentes, los retrasos en la formación o los pasos de verificación fragmentados. Si quieres actuar con rapidez, debes medir lo que realmente afecta a la preparación, no sólo lo que cierra los requisitos. Desde la oferta firmada hasta la verificación, formación y conformidad… ¿cuánto tiempo se tarda realmente?
La IA es el futuro de la eficiencia en la contratación
Nos han vendido el mito de que las empresas quieren menos personal. La verdad es que muchas no pueden gestionar las operaciones necesarias para incorporar más talento. Pero con la escasez de mano de obra, el aumento de la presión normativa y la volatilidad de la demanda, la resistencia operativa nunca ha importado tanto, y la velocidad es sinónimo de supervivencia. En este panorama, el mayor valor de la IA no está en sustituir a las personas. Está en despejar el camino para que alguien llegue a su primer día de trabajo.