Por razones obvias, la tecnología educativa actual se centra en tutores de IA y plataformas que prometen aprendizaje personalizado. Pero incluso con toda esa innovación, brindar apoyo significativo y escalable al alumnado neurodiverso es un área que sigue siendo difícil de abordar.
Los estudiantes con necesidades adicionales de aprendizaje (EAL) no encajan perfectamente en el esquema para el que se diseña la mayoría de la tecnología. Sus necesidades son complejas, personales y a menudo cambian según el día o el entorno. Por eso resulta tan interesante un nuevo programa piloto de Nord Anglia Education. Demuestra que el apoyo para estos estudiantes podría venir en forma de un robot de asistencia social empático e interactivo.
Ya he escrito sobre las prácticas innovadoras de Nord Anglia, pero en esta ocasión exploramos un proyecto llamado Robots para la Inclusión, que ya ha superado la fase de idea. En dos de sus escuelas internacionales, Nord Anglia introdujo un robot llamado Misty II para trabajar con estudiantes de ALN. Los resultados fueron impresionantes. No solo los estudiantes se involucraron más y lograron un mayor equilibrio emocional durante las sesiones con Misty , sino que los beneficios también se trasladaron a las aulas regulares y a la vida familiar.
Un piloto cuidadosamente diseñado
El piloto fue una colaboración entre el Laboratorio Digital de Nord Anglia y Educate Ventures Research. Todo el estudio, desde cómo se utilizó Misty hasta cómo se midió el éxito, se basó en una sólida base académica. Como me explicó Harry Cunningham, responsable de Innovaciones Digitales de Nord Anglia:
Nuestro proyecto piloto Misty y otros son excelentes ejemplos de lo que sucede cuando las prácticas diseñadas por educadores se combinan con una innovación intencionada con el objetivo más importante en mente: crear mejores resultados de aprendizaje para los niños.
La investigación se publicará el próximo mes, pero en un informe avanzado que compartí conmigo, el robot se probó en Compass International School Doha y St. Andrews International School Bangkok . Participó un grupo de 11 estudiantes, de 2.º a 6.º de Primaria. Presentaban diversos perfiles de aprendizaje, incluyendo autismo y dislexia. Cada sesión fue dirigida por un especialista en ALN, quien se aseguró de que Misty se utilizara para complementar los métodos de enseñanza existentes.
En lugar de simplemente preguntar a los estudiantes si les «gustaba» el robot, observadores entrenados utilizaron un proceso estructurado para observar su comportamiento. Analizaron aspectos como la regulación emocional y la comunicación. Los docentes también mantuvieron diarios, completaron encuestas antes y después de las sesiones y participaron en grupos focales. Todo esto proporcionó a los investigadores una comprensión profunda y detallada de lo que realmente estaba sucediendo.
Es importante destacar que el robot no se lanzó a la sala simplemente para entretener. Las sesiones se diseñaron según el modelo TPACK (Conocimiento Tecnológico, Pedagógico y de Contenido), lo que significa que la tecnología se integró directamente en los objetivos de aprendizaje y las estrategias de enseñanza. Cada lección se adaptó a cada estudiante.
Lo que dicen los números
Uno de los mayores desafíos para los estudiantes de ALN es la regulación emocional. Esto les permite tener una mentalidad que les permite concentrarse y aprender. El informe que compartieron conmigo indicó que el estudio utilizó un sistema de colores para registrar esto. El verde significaba que un estudiante estaba tranquilo y listo para aprender. Antes de la introducción de Misty, solo el 11% de los estudiantes permanecía en la zona verde durante toda la sesión. Con Misty, esa cifra se disparó al 83%.
Algunos estudiantes que solían tener dificultades para concentrarse en la tarea de repente encontraron un ritmo. Para otros, especialmente aquellos con autismo o dislexia, Misty ofrecía una especie de calma y previsibilidad que facilitaba la participación. Algunos estudiantes que rara vez hablaban comenzaron a interactuar. A veces, por primera vez.
También se midieron los niveles de participación mediante una escala de cinco puntos. Antes de Misty, los estudiantes puntuaban alrededor de 3,5 en atención y 2 en mirada (es decir, contacto visual o mirar la tarea). Durante las sesiones con Misty, esos números subieron a 4 y 3,5. Los profesores notaron que seguían las instrucciones con mayor facilidad e incluso empezaron a expresar sus emociones con mayor franqueza.
No se detuvo cuando el robot salió de la habitación
Lo que realmente hizo que este programa piloto destacara fue el efecto de arrastre. Los estudiantes no solo obtuvieron mejores resultados cuando Misty estaba presente, sino que empezaron a obtener mejores resultados en todas partes. Tanto profesores como padres comentaron haber observado una mayor concentración y finalización de tareas durante las clases regulares e incluso en casa. Esto sugiere que los estudiantes estaban aprendiendo estrategias que podían aplicar.
Todos los profesores involucrados coincidieron en que Misty marcó una gran diferencia en sus aulas. De hecho, les facilitó el trabajo, no lo dificultó. Idearon nuevas formas de enseñar basadas en las características de Misty y continuaron usándola después de que el piloto finalizara oficialmente.
El impacto fue aún mayor. El proyecto generó nuevas conversaciones entre diferentes departamentos de las escuelas e incluso animó a algunos estudiantes a participar en sus propias ideas tecnológicas. Se convirtió en una fuente de colaboración y creatividad continuas.
Hacia dónde va a continuación
Con resultados como estos, no sorprende que Nord Anglia esté planeando expandirse. Se incorporarán más robots Misty a las escuelas piloto originales, y otras escuelas de la red global también se están preparando para probarlo.
Al mismo tiempo, se está desarrollando un trabajo emocionante en la intersección de la robótica y la IA. En St. Andrews, Bangkok, los estudiantes ya están experimentando con maneras de conectar Misty a ChatGPT. Su objetivo es crear herramientas de aprendizaje más flexibles y receptivas. Esto podría llevar este concepto a un nuevo nivel y dotar a Misty de nuevas capacidades para ayudar a los estudiantes.
De cara al futuro, el Laboratorio Digital de Nord Anglia está explorando cómo esta tecnología podría contribuir al bienestar estudiantil de forma más amplia. Incluso se habla de permitir que estudiantes mayores creen contenido para las clases de Misty, enseñándoles a diseñar experiencias de aprendizaje inclusivas desde cero. Este es el tipo de aprendizaje práctico y empático que podría moldear su visión del mundo y de los demás.
¿Es Misty la futura profesora?
Hasta ahora, el trabajo del Laboratorio Digital de Nord Anglia se centra en el uso de tecnología inteligente y bien diseñada para potenciar la labor de los educadores y ayudar a los estudiantes que a menudo se quedan atrás. Según la investigación, este tipo de tecnología no tiene por qué desconectar a las personas, sino que puede acercarlas.