Emprender, en muchas ocasiones, comienza por observar lo que ocurre alrededor. En el caso de Morrison, la semilla surgió al ver cómo marcas emergentes estaban lanzando productos a través de ecommerce y redes sociales, con estructuras ligeras y presupuestos ajustados. Fue entonces cuando tres jóvenes amigos decidieron convertir su pasión por las zapatillas en un proyecto real, impulsados también por el potencial de la industria del calzado en España.
Hablamos con dos de sus protagonistas: Pablo Recuenco, CEO y cofundador de Morrison, y Jacobo Campuzano de Uribe, Brand Manager de la compañía. Ambos relatan cómo una idea nacida entre amigos evolucionó hasta convertirse en una marca con 46 empleados, seis tiendas físicas y presencia internacional. “Desde muy jóvenes siempre tuvimos la inquietud de emprender pero nunca teníamos el capital necesario para llevarlo a cabo”, explican.
La oportunidad llegó con una estrategia poco habitual pero muy efectiva: un crowdfunding de recompensa. “Decidimos hacer un crowdfunding para que la gente pudiese comprar las zapatillas antes de fabricarlas con un descuento irrepetible. Gracias a esa campaña, participaron 300 personas y recaudamos 23.000 euros con los que pudimos fabricar las zapatillas, entregárselas a las personas que participaron y abrir nuestro ecommerce”.
El despegue no tardó en llegar. Tras esa primera campaña, dos años después decidieron volver a confiar en el crowdfunding como método de validación de mercado, esta vez pensando en su expansión internacional. “Vendíamos mucho en España a través de nuestro ecommerce y nos preguntamos: ¿qué nos frena a vender en internacional?” El resultado fue revelador: “Recaudamos 130.000 euros en 30 días de clientes internacionales”. Esa cifra confirmó que su propuesta tenía recorrido más allá de nuestras fronteras.
Actualmente, el 60% de las ventas online de Morrison ya provienen del extranjero, y un 20% de las ventas del canal wholesale también tienen origen internacional. Un logro que no solo se debe a la calidad del producto y al posicionamiento de marca, sino también a una operativa interna bien optimizada.
Desde sus inicios, Morrison ha cuidado tanto el producto como la imagen. Su equipo creativo y de diseño necesitaba herramientas que estuvieran a la altura de esa exigencia. La tecnología ha sido siempre un eje transversal de su operativa, y Apple se ha consolidado como la base de su infraestructura tecnológica. “Es la base de nuestras operaciones diarias”, cuentan. “Somos una marca con una parte creativa y audiovisual muy fuerte, por lo que necesitamos los mejores dispositivos para obtener los mejores resultados en el menor tiempo posible”.
Uno de los grandes cambios se produjo al incorporar ordenadores Mac en los departamentos creativos. “Antes de implementar en todos nuestros equipos creativos los equipos de Apple, las quejas sobre la lentitud de los ordenadores eran recurrentes. En el momento en que dimos el paso, ganamos productividad y agilidad de procesos de forma impresionante”.
Gran parte de sus campañas actuales se graban directamente con iPhone, y sus tiendas físicas cuentan con iPads como dispositivos de punto de venta. “Fundamentalmente lo hemos incorporado en diseño de producto y en audiovisual, en oficinas”, subrayan. Esa fluidez, sumada a la facilidad de uso, ha permitido a la empresa reducir su necesidad de soporte técnico y aumentar su eficiencia general.
En palabras de Jacobo Campuzano, Brand Manager de Morrison: “Para llegar a ser los mejores hay que competir con lo mejor. Optamos por los dispositivos de Apple para que todo lo que creamos se haga con la más alta calidad en todos los niveles de la empresa». Y es que, «hasta que no empezamos a implementar el Mac en los equipos de trabajo más allá del departamento de marketing de producto no fuimos conscientes de las capacidades del ecosistema de Apple que no estábamos aprovechando hasta ese momento”.

Lo que Morrison ha vivido de primera mano es parte de una tendencia que Apple ha impulsado a nivel global. A través de servicios como Apple Business Manager, las pequeñas y medianas empresas pueden administrar todos sus dispositivos de forma centralizada, con soluciones de MDM, compras por volumen y configuración remota. Con Apple Business Connect, los negocios también pueden mejorar su visibilidad en Mapas de Apple con fichas interactivas y personalizables.
Además, Apple ofrece desde sus propias tiendas un equipo de Expertos en pequeñas empresas, que asesora gratuitamente a pymes en todos los aspectos: elección de dispositivos, opciones de financiación, soporte continuo y seguridad. Todo ello acompañado por la fiabilidad de macOS, actualizaciones automáticas y protecciones integradas frente a malware, además de funcionalidades como Sidecar, Portapapeles Universal y la eficiencia energética de los chips Apple Silicon.
Retos del futuro tecnológico
Escalar una marca nativa digital desde España hacia el mundo no está exento de dificultades. “Los retos son innumerables. Desde desarrollar un producto de la máxima calidad a la altura de la exigencia que tenemos, la conexión emocional con nuestros potenciales clientes para atraerlos a la marca… los retos tecnológicos que comporta el crecimiento de una marca nativa digital…”, reconocen desde Morrison.
La clave, según su experiencia, está en la resiliencia. “Que tengan una determinación inquebrantable. Que si quieren montar su proyecto, tengan el mayor compromiso para llevarlo adelante porque se encontrarán muchas dificultades por el camino. Los que alcanzan el éxito son los que toman acción, pero sobre todo los que son capaces de aguantar y superar todos los obstáculos. El resto, lo irán aprendiendo por el camino”.
Con tecnología como aliada, comunidad como motor y diseño como lenguaje, Morrison ha demostrado que sí se puede emprender desde cero, con propósito, y competir de tú a tú con grandes marcas globales. Y que contar con herramientas como las que ofrece Apple a las pequeñas empresas puede marcar la diferencia entre una buena idea y una empresa de éxito.
