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Tecnología

Este reloj puede salvar vidas

Huawei presenta, junto a su nuevo Watch 5 y el esperado Fit 4 y Fit 4 Pro, el innoovador multisensor X-Tap, un avance de ingeniería médica que llega a la tecnología de consumo para revolucionar el mercado de los wearables.

“Esta tecnología salva vidas”, dice Iñaki Romero haciendo caso omiso, pese a estar recién llegado de Ámsterdam, de los canapés de ibéricos que circulaban a su alrededor bajo la enorme cúpula del Domo 360, en cuyo cielo flotaban imágenes futuristas de la familia de watches de Huawei. Tras una travesía accidentada a causa del gran apagón que acababa de sufrir toda la Península Ibérica, el director de ingeniería médica de Huawei para Europa y fundador de KiRo Engineering no perdía de vista la misión que lo había traído a Madrid: transmitir la pasión por este viaje de la tecnología que ha llegado a condensar en una pequeñísima caja de 42 milímetros de diámetro con carcasa de aleación de titanio (calidad aeroespacial) y cristal esférico de zafiro no sólo un poderosísimo hub de las comunicaciones por satélite, capaz de mantenerte conectado y perfectamente ubicado en los lugares más recónditos, sino un avance en el que su equipo ha participado y que le hace sentir especialmente orgulloso: un potente dispositivo de medición de siete indicadores de salud en tan solo un minuto, capaz de detectar incluso posibles arritmias del corazón que pueden pasan desapercibidas en una consulta médica, por el simple hecho de que en muchos casos no se miden en el momento en el que se producen.

Ese día, en que Huawei celebraba su décimo aniversario en el mercado de los wearables, hacía su primera presentación en sociedad el nuevo Watch 5 con la tecnología X-Tap. Este multisensor —combina tres sensores: de presión, de luz PPG (mide la cantidad de oxígeno en sangre) y ECG (electrocardiograma)— es el resultado de años de investigación y pretende dar respuesta a una de las demandas del sector clínico: la insuficiente fiabilidad de los sensores anteriores, principalmente —ahora lo sabemos—, por su ubicación en la parte trasera de la caja del reloj. Así, X-Tap ubica por primera vez el sensor que toma las muestras de variables de salud a un costado de la caja del reloj, de manera que en lugar de realizar la medición a través de la muñeca, donde el vello o el color de la piel, entre otros factores, reducían la calidad de la medición, lo hace en la yema del dedo, como se realiza con los oxímetros de pulso que se usan en las consultas médicas, por ser una zona con la piel más fina y donde hay más irrigación arterial. 

Romero no puede evitar traer a colación el caso de un conocido que tras jugar con el X-Tap detectó que tenía una posible arritmia que después fue confirmada por su médico. Jamás había detectado ningún síntoma y, de no ser porque aquel día tenía el reloj de Huawei en la mano, su vida habría discurrido ignorante de ese hecho hasta que lo alertara algún evento cardíaco, que ahora en cambio puede prevenir. “Por eso, insisto, esta tecnología salva vidas, y no es una exageración”, dice Romero, quien ya por fin sucumbe ante el jamón, quizá porque ve en el gesto afirmativo de su interlocutor que su misión se cumple con éxito. Es un trabajo de filtrado de población de riesgo de enfermedades cardiovasculares que los sistemas de salud de los países no pueden permitirse desplegar para todos sus ciudadanos, pero con el que la tecnología de consumo puede ayudar.

El sensor a un costado de la caja es un pequeño cambio que puede cambiar la vida de millones de personas, como anunciaba el director general de Huawei para el Sur de Europa y España, Zuo Luo (Zorro). Pero no sólo porque su aplicación de salud cuenta con 110 millones de usuarios activos mensuales. Hace un año que el equipo de ingeniería médica de Huawei a cargo de Iñaki Romero se incorporó al consorcio internacional público-privado ICare4CVD, que lucha contra las enfermedades cardiovasculares valiéndose de la tecnología y de la inteligencia artificial. ¿Y qué mejor herramienta para recabar datos con los que trabajar que la tecnología de consumo como la de Huawei?, reflexiona Romero. Lo sabe la comunidad médica y por eso la participación de su equipo en este proyecto es fundamental. Así, el desarrollo de X-Tap es parte de una misión aún más ambiciosa: sus sensores de altísima calidad sirven para poder identificar la sospecha de una patología cardíaca de los usuarios, pero al mismo tiempo proporcionan información para desarrollar investigación avanzada contra estas enfermedades. Claro que el sensor es sólo el primer paso de un proceso de análisis en el que es igualmente fundamental la capa de interpretación de la información, una aplicación igualmente potente capaz de leer y de interpretar correctamente los datos recabados por el sensor.

Sin duda, X-Tap era la protagonista del día, pero en la cúpula 360 se pudieron ver también los avances en materiales de calidad de la nueva generación de relojes Huawei, la e-sim integrada en el reloj que hace que no sea necesario llevar el móvil encima, sus más de 100 modos de entrenamiento con 20 deportes de nivel profesional; la navegación con mapas a todo color sin necesidad de conexión, una batería que dura hasta 11 días. O la nueva navegación con gestos inteligentes, exclusiva de la marca. Las instrucciones parecen sacadas de un manual de mago: pellizca el aire dos veces seguidas para confirmar una acción, o avanza deslizando el pulgar sobre el dedo índice hasta la punta.

Huawei Watch Fit 4 Pro

Por su parte, un mejorado Huawei Watch Fit 4 Pro, con cristal de zafiro, un cuerpo más fino y ligero (más de 5 milímetros más fino que su competencia), con función de barómetro que mejora la experiencias de los deportes al aire libre y un posicionamiento super preciso gracias a su tecnología Sunflower, que se conecta con los cinco satélites; mapas y rutas en color; transmisión de entrenamientos y navegación por voz para poder concentrarse en la actividad deportiva. La versión Pro también funciona en deportes acuáticos y de inmersión; incorpora un sensor para electrocardiograma y análisis de la frecuencia cardíaca durante todo el día, con análisis de sueño y de estrés. 

Tras una década, los wearables que en sus inicios despertaban recelo acerca de su utilidad han pasado a ser no solo un aliado, sino una tecnología que salva vidas.