Dos firmas españolas han sido elegidas para contribuir a la creación del euro digital, un proyecto clave del Banco Central Europeo que busca ofrecer una alternativa electrónica al dinero en efectivo. Diusframi y Kineox formarán parte de un grupo de nueve empresas seleccionadas para experimentar con esta nueva forma de pago bajo un entorno controlado.
El BCE ha dado un paso más hacia la digitalización del dinero europeo con la incorporación de nueve empresas al desarrollo del euro digital, entre ellas las españolas Diusframi y Kineox. Ambas compañías participarán en la Plataforma de Innovación del proyecto, probando y desarrollando la infraestructura y funcionamiento de esta divisa digital que busca reforzar la autonomía financiera de la zona euro.
Por un lado, Diusframi, con sede en Madrid y más de tres décadas de experiencia en sistemas de pago, anunció en su web oficial que ha sido seleccionada para formar parte de esta iniciativa. Por otro lado, Kineox, especializada en la integración de inteligencia artificial en procesos de cobro, también participará en el diseño y pruebas del euro digital.
El euro digital es una propuesta del BCE para crear una versión electrónica del dinero en efectivo. Emitido directamente por el banco central, funcionaría como un medio de pago digital accesible para todos los ciudadanos y empresas de la zona euro. A diferencia de otras formas de dinero digital gestionadas por entidades privadas, el euro digital mantendría el carácter público y estable del efectivo tradicional.
La iniciativa surge como respuesta a la dependencia de plataformas de pago extranjeras como Visa, PayPal o Apple Pay, muchas de ellas con sede en Estados Unidos. Ante la posibilidad de que estas empresas dejen de operar en Europa, el BCE considera prioritario contar con una solución propia que garantice la soberanía y seguridad económica del continente. Este proyecto pretende cubrir esta necesidad ofreciendo una alternativa fiable y plenamente europea.
El euro digital permitirá realizar pagos online, enviar dinero entre personas y comprar en establecimientos físicos sin necesidad de conexión a internet. Su valor será idéntico al del euro en efectivo: un euro digital equivaldrá exactamente a una moneda física. Podrá utilizarse en cualquier lugar de Europa que acepte pagos digitales, facilitando el acceso y la inclusión financiera en todo el territorio.
