¿Por qué decidiste centrar tu carrera al comportamiento humano?
Una de las razones es que las personas me parecen muy interesantes y quería entender por qué las personas hacían lo que hacían. Por otra parte, los problemas en el mundo casi siempre son problemas de personas y creo que si queremos arreglar esos problemas necesitamos entender el comportamiento humano. Por esto decidí estudiar psicología.
¿Y cuáles son los problemas actuales que están afectando más a la conducta de las personas?
Todos: tecnológicos, sociales, de identidad… Las personas trabajamos para empresas y si podemos arreglar esas empresas, podemos arreglar muchos problemas. Cuando hay problemas sociales, tenemos organizaciones que tratan de solucionar esos problemas. Cuando tenemos problemas tecnológicos, necesitamos personas que lideren y colaboraren para poner una solución. Muchas compañías tecnologías con las que he trabajado me decía que lo más importante que tenían eran las personas que tenían. Las empresas quieren contratar a las personas más inteligentes que vayan a trabajar con mucha energía y dedicación.
¿Qué opinas de los millennials como nueva fuerza de trabajo? ¿Su impacto en el mundo es positivo o negativo? Hay quienes culpan a esta nueva generación por la manera en la que está cambiando el mundo laboral…
Yo creo que la diferencia entre los millennials y otras generaciones no es tan grande como la mayoría de personas piensa. En todas las generaciones se han compartido los mismos valores laborales: todo el mundo ha querido significar alguien en el trabajo; tener un trabajo bien pagado y sentir que el trabajo proporciona retos y reconocimientos; en todas las generaciones se ha buscado trabajar en cosas que ayuden a otras personas; todo el mundo quiere un trabajo que te permita tener tiempo libre y disfrutar de tu vida personal y la gente quiere tener un sentimiento de comunidad y de pertenencia en el trabajo. Estos valores están en el mismo orden para todas las generaciones. Lo que pienso que es diferente es el valor que los millennials le dan a sus ideas, opiniones o creencias. Es la primera generación que se ha atrevido a hablar y, sobre todo, compartir todo lo que pasa por sus cabezas. Más que en otras generaciones, pero también porque la tecnología lo ha facilitado. Por eso, creemos que son mucho más diferentes.
Creo que el impacto que los millennials están teniendo en el mundo es esperar a crear un mundo mucho más tolerante. Quieren sentirse cómodos para expresarse y para que los demás se expresen. Yo creo que los millennials quieren un mundo donde haya una mayor aceptación a la diversidad y menos discriminación. Esa es la parte esperanzadora de los millennials.
Un giro interesante sobre esto es que las generaciones anteriores han sido más conscientes de la crisis financiera. Los que se graduaron durante la recesión económica han sabido valorar sus trabajos y ahora siguen estando contentos con sus trabajos porque en su día era un lujo poder trabajar. Por eso, son generaciones menos egoístas y menos narcisistas.
¿Por qué es importante para una persona y para una compañía diferenciarse para destacar?
Ahora las personas trabajan para una compañía uno o dos años y después se van a otra. En el pasado era posible encontrarte con personas que llevaban 30 años en una empresa. Por eso, ahora es importante que cada persona desarrolle su propia marca personal, para que las empresas puedan distinguir qué personas van a pensar y a trabajar de una manera original.
En cuanto a una empresa, si no es diferente no va a sobrevivir. Nadie va a comprar en una compañía que es similar a otras que ya funcionan, y nadie quiere trabajar en una empresa igual que otras. Si una compañía es diferente, las personas más inteligentes se van a fijar en ella. Van a saber que ahí podrán desarrollar un trabajo diferente e interesante que no puede desarrollar en otros lugares.
¿Cuándo es el mejor momento para arriesgar en una empresa para intentar hacer cosas nuevas?
Cuando no estás satisfecho hay cuatro posibilidades: dejar el trabajo, no decir nada y trabajar con el mínimo esfuerzo, ser leal y trabajar bien por más que no estés cómodo o hablar para tratar de cambiar tu trabajo o la organización. Es importante que el primer paso sea hablar y después valorar si realmente es posible cambiar la compañía. Si no es posible, entonces quizá sea necesario dejar el trabajo. Pero otra opción es trabajar muy bien. Hacer un buen trabajo te permite tener más libertad para cambiar las cosas, porque trabajar bien te va a dar un status en la compañía que te va a dar libertad para hacer lo que quieras. Las dos grandes predicciones para saber si debes arriesgar en la compañía son si realmente crees que puedes cambiar las cosas o si te sientes comprometido.
Como profesor de Warton, ¿cuál es tu consejo favorito para tus alumnos?
Dar es mejor que recibir, mi favorito. El segundo es que cuando escoges un trabajo o una empresa es normal no saber si vas a estar contento o no, o no saber con quién juntarte. Mi consejo es preguntar a las personas que vas conociendo qué ocurre en esa empresa que no ocurran en otras. Así es posible ver qué es diferente y se aprende mucho de la cultura de la empresa.