Nos cuesta imaginar a Bill Gates cerrando los ojos para imaginar que, en lugar de con una fortuna de 81.500 millones de dólares, se despertase cada día con tan solo dos dólares en el bolsillo para sobrevivir. Sin embargo, el hombre detrás del imperio Microsoft y que hoy está al frente de la fundación privada de caridad más grande del mundo, está acostumbrado a tratar temas difíciles relacionados con la pobreza, el hambre y las enfermedades en los lugares más desfavorecidos del planeta en su blog, Gates Notes.
Bajo el título Por qué criaría gallinas, Gates explicó en un post de su bitácora online que haría para mejorar su vida y progresar si tan solo dispusiese de dos dólares al día para sobrevivir.
“Esta es una pregunta real para las cerca de mil millones de personas que viven en condiciones de extrema pobreza hoy en día. Por supuesto que no existe una sola respuesta correcta, ya que la situación pobreza es radicalmente distinta en lugares diferentes. Sin embargo, a través de mi trabajo en la Fundación he tenido la oportunidad de conocer a muchas personas procedentes de países pobres que se dedican a la cría de gallinas, y he aprendido mucho sobre los pros y contras de esta forma de negocio (y, como chico de ciudad de Seattle que soy, ¡tenía mucho que aprender!). Para mí está claro: cualquiera que viva en una situación de pobreza extrema, la mejor solución es criar gallinas.
De hecho, si yo estuviese en su lugar, es lo que haría. Criaría gallinas. Y estas son mis razones:
1. Cuidar de ellas es fácil y barato. Cualquier tipo de gallina come casi todo lo que encuentran en el suelo, aunque obviamente es mejor alimentarlas si es posible, ya que crecerán más rápido. Las gallinas necesitan un lugar donde poner sus nidos, y en cuanto comiencen a reproducirse probablemente debas conseguir algo de madera para construir un gallinero.
2. Son una buena inversión. Imagina que un nuevo granjero comienza con cinco gallinas. Un vecino tiene un gallo para fertilizarlas. En tres meses tendrá unos cuarenta polluelos. En algún momento, con un precio de 5 dólares por gallina – el precio típico en el Oeste africano – podrá estar ganando más de 1.000 dólares al año, cuando la línea de la pobreza extrema se sitúa en los 700 dólares anuales.
3. Son una buena forma de mantener sanos a tus propios hijos. Los problemas derivados de la malnutrición causan más de 3,1 millones de muertes infantiles al año. Los huevos, ricos en proteínas y otros nutrientes, ayudan a combatir la malnutrición, aunque muchos granjeros con pocas gallinas encuentran más económico incubar los huevos, vender las gallinas y utilizar el dinero para comprar alimentos nutritivos. Sin embargo, si uno cuenta con suficientes gallinas como para obtener huevos extra, puede cocinarlos para su familia.
4. Dan poder a las mujeres. Por su tamaño reducido y porque normalmente se cuidan en la propia casa o muy cerca de ella, en muchas culturas las gallinas se ven como un animal del que las mujeres se encargan, al contrario de lo que sucede con las cabras o vacas. Las mujeres que venden sus gallinas suelen reinvertir los beneficios obtenidos en el bienestar de sus familias.
El doctor Batamaka Somé, un antropólogo oriundo de Burkina Faso que ha trabajado con nuestra fundación ha pasado gran parte de su carrera estudiando el impacto económico de la cría de gallinas en su país natal. En el siguiente vídeo explica por qué.
La Fundación Bill y Melinda Gates está apostando por las gallinas. A través de contactos por todo el África Subsahariana estamos trabajando para crear sistemas de mercado sostenibles para la cría de estas aves. Para estos sistemas resulta especialmente importante asegurar que los granjeros puedan comprar ejemplares que hayan sido previamente vacunados y que sean apropiados para las condiciones locales. Nuestro objetivo: llegar a ayudar al 30% de las familias rurales en el África Subsahariana a sacar adelante gallineros que cumplan con las condiciones sanitarias, un porcentaje que hoy en día se sitúa tan solo en el 5%.
Cuando yo era un niño las gallinas no se veían como un objeto de estudio, sino como algo de lo que reírse y hacer bromas. Para mí ha sido verdaderamente revelador aprender todo lo que estas aves pueden aportar en la lucha contra la pobreza. Puede sonar gracioso o ridículo, pero cuando digo que estoy muy emocionado con las gallinas, lo digo en serio”.
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