Foto: George de Lama por Jacobo Medrano
¿A qué se dedica y qué representa hoy día la Fundación Eisenhower?
Esta organización se creó con la idea de identificar y seleccionar, de todas partes del mundo y de todos los campos, líderes de futuro en plena gestación para traerlos a EE UU y darles formación individualizada durante siete semanas que les permita potenciar sus capacidades profesionales, posibilitando contactos con otros destacados personajes del sector y ampliando así sus futuras posibilidades de progreso. El compromiso es que esa persona, al retornar a su país, tenga un proyecto concreto –de impacto positivo, socialmente hablando– que pueda poner en marcha; algo que le permitirá ya estar ligado a la fundación durante toda su vida. Otro requerimiento que hemos observado en los últimos años es que ese líder emergente, con posterioridad, debe convertirse en mentor de otro posible líder más joven que siga sus pasos. Los seleccionados como potenciales líderes estadounidenses son enviados al exterior para que vivan experiencias de aprendizaje similares. Hoy día, es tan importante que los líderes internacionales conozcan a los americanos como que éstos se abran a los de otras nacionalidades. En sus orígenes, la organización se fundó como un regalo de varios amigos al presidente Eisenhower por su llegada a la Casa Blanca. Habiendo sido él soldado, buscaban crear una herramienta que ensalzara sus más profundos ideales por conseguir un mundo que fuese mucho más pacífico.
Estamos hablando de fortalecer líderes, abrirles camino y consolidarlos.
Buscamos líderes emergentes en una banda de 32 a 45 años, que todavía no se han afianzado pero que ya han mostrado marcados rasgos de liderazgo y bastante potencial como para llegar a mucho más. De todos los líderes que han pasado por los programas de la fundación, creemos que más de 1.900 siguen todavía vivos. Y de éstos, más de 1.500 podrían considerarse todavía activos. Gobierno, empresa, sociedad civil, arquitectura, tecnología, comunicación, economía, arte… El presidente del Banco Central de Tailandia, el ministro de Finanzas de Indonesia, el viceministro de Educación de China… y muchos más líderes de cien países han pasado por la organización. Pero en la actualidad estamos centrados en poco más de 50. En 45 de estos países se organizan asociaciones Eisenhower Fellowship, destacando por su gran actividad la española. Encabezada por el abogado Javier Cremades. En cada país se administran comités para identificar, nominar y reclutar posibles líderes que cumplan con los requerimientos de la fundación. Desde EE UU se hace la selección final.
Imagino que resultará complicada la selección definitiva de líderes en los diversos campos que la fundación contempla.
Sí, la verdad sea dicha. Debemos estudiar todos los conocimientos, experiencia y capacidades del candidato, así como sus posibilidades de futuro. La competencia, de hecho, suele ser muy fuerte. Los fellows finalmente seleccionados, gracias a un programa de colaboración con empresas, instituciones y universidades de prestigio, se convertirán en líderes del mañana en muchos campos tanto del sector público como privado. Ese liderazgo que buscamos debe funcionar como catalizador en el avance de la sociedad por un mundo mejor.
Colin Powell, Gerald Ford o Henry Kissinger, entre otros, han sido figuras destacadas dentro de la fundación… ¿Cómo llega George de Lama hasta la presidencia de la misma tras casi 30 años trabajando en el ‘Chicago Tribune’?
Sí, la verdad es que cuando me lo plantearon, lo primero que dije era que mi perfil era muy diferente: hijo de inmigrantes, mi padre nunca se graduó en la escuela secundaria, durante toda mi carrera periodística critiqué y enojé a cargos políticos de ambos partidos (con gusto) como parte inevitable de mi profesión. Yo sería un presidente muy diferente, pero aún así seguían interesados. Mis profundos conocimientos sobre desarrollo sostenible a nivel global, así como mi experiencia educativa –durante un tiempo desarrollé una empresa de educación online– también fueron claves para reforzar mi candidatura ante los dirigentes de la fundación. Cuando estudié la organización, toda la historia que acarrea, su misión dentro de la sociedad y asumí la admiración por mucha de la gente que aquí trabaja o ha trabajado, no dudé en aceptar el nombramiento.
Ha pasado recientemente por Madrid para entregar unos premios, los ‘First Amendment Awards’, que desde la asociación española Eisenhower reconocen la labor y el mérito de determinados profesionales de la prensa.
Sí, ha sido un placer venir a España para entregar unos premios que reconocen la importancia y el valor del periodismo dentro de la democracia. Todavía me acuerdo de la primera vez que, siendo aún muy joven, vine a España: estaba de vacaciones y desde Madrid envíe a mi oficina en Chicago un reportaje sobre los atentados que, aquel año de 1979, ETA estaba llevando a cabo contra objetivos económicos asociados al turismo. Aunque trabajaba en la sección metropolitana, mi sueño era llegar a ser corresponsal internacional y recorrer el mundo. Ese artículo fue literalmente el primero de otros miles que llegué a escribir desde 55 países. Cubrí el final de la Guerra Fría, la reunificación alemana y conflictos armados desde Centroamérica hasta Oriente Medio. El periodismo me abrió al mundo, y por eso siempre le estaré agradecido.
¿Cómo cree que ha evolucionado el país desde aquella primera visita?
Tras muchos años de dictadura acababa de regresar la democracia, joven pero con mucho ímpetu. El camino del país ya se iba abriendo con claridad. Desde entonces España ha regresado a Europa y ha tomado su legítimo lugar al lado de las grandes democracias del mundo. Tras 40 años ya es una democracia robusta, consolidada, madura y muy dinámica, donde todos los puntos de vista tienen su expresión a pesar de las diferencias ideológicas o regionales que puedan surgir. Es una democracia que conduce sus asuntos con pasión y en voz alta.
Volviendo al tema periodístico, ¿qué cree que puede aportar esta profesión en la reivindicación y lucha por las libertades?
En cualquier sistema democrático, como el español, el papel de la prensa resulta clave para su proceso de consolidación. El periodismo honrado es nada menos que el oxígeno que sostiene a la democracia. Hablamos siempre de un periodismo transparente, imparcial, exhaustivo, comprometido a publicar la verdad sin temor, de información veraz y relevante que dé cuenta de que los compromisos de los dirigentes se cumplen, que ilumine las esquinas más oscuras de la sociedad y haga gala de su lucha continua por la libertad. Thomas Jefferson decía que si a él le dieran a escoger entre un país con gobierno pero sin prensa, y un país con prensa pero sin gobierno, escogería éste último, porque es esencial tener ciudadanos informados para que éstos puedan ejercer su derecho como parte integrante de la democracia y elegir su destino a través de los procesos democráticos. De ahí que sea verdaderamente importante hacer un periodismo que pueda transmitir la información de manera directa, clara y realista.
En España, de hecho, llevamos ya varios meses sin gobierno.
Ya, pero una cosa es la democracia y otra el procedimiento de selección parlamentaria que tienen. Sí, pueden surgir complicaciones a la hora de elegir a los gobernantes, pero el sistema democrático está ahí, implantado. Estamos ante una situación concreta que los políticos tendrán que dilucidar.
¿Qué retos se plantea como presidente de la Fundación Eisenhower?
Acabamos de aprobar un plan estratégico para los próximos cinco años que busca optimizar el impacto de nuestros programas y de nuestro continuo espíritu por formar nuevos líderes. Para ello se hace necesario ampliar el universo de posibles candidatos para elegir con seguridad siempre los mejores. La formación exterior debe seguirse de forma exhaustiva para que tenga buenos resultados y para eso hacen falta medios y dedicación. Si hasta ahora teníamos alrededor de 50 fellows internacionales y 10 norteamericanos, ahora queremos incrementar esas cifras. Y como antes te comentaba, queremos colaborar más de cerca en el desarrollo de los proyectos locales en los que los fellows seleccionados se involucren dentro de sus respectivos países. También queremos llegar a más lugares del planeta y hacer que nuestro trabajo sea todavía más conocido a nivel mundial.
¿Cuándo se hace pública la selección final de los candidatos al programa formativo de la fundación?
Depende del sector concreto que se trate –ya sea innovación, cultura o política– y de la región donde se haga la selección. Puede ser otoño a antes del verano. Ahora estamos en pleno proceso de selección: en cada país, los comités organizadores se encargan de hacer entrevistas a los candidatos. Pero aun así, los programas de la fundación están en constante movimiento, trabajando para abrir nuevos campos y posibilidades. Algo que sí me gustaría puntualizar es que los becarios españoles, al igual que la mayoría del resto, han cumplido con la misión de Eisenhower Fellowships de ayudar a crear a la vez un líder y un mundo mejor.
¿Algún proyecto a corto plazo que le gustaría destacar?
Pues sí. Tengo el placer de anunciar públicamente la Conferencia Global de Eisenhower Fellowship que sobre el Futuro del Trabajo, se desarrollará el año próximo, del 14 al 17 de septiembre, en la ciudad de Málaga. El evento traerá a España líderes de nuestra red y expertos de todas partes del mundo. Estamos ante un tema candente en todo continente, desde Oriente Medio hasta África, pasando por Asia y América Latina, y en mi país también… Crear empleo satisfactorio, productivo y sostenible para millones de jóvenes que permita su participación plena en el futuro de sus respectivas sociedades. Un asunto de profundas implicaciones, que se ha convertido en uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo y en el que todos estamos involucrados.