¿De dónde viene la idea de abandonar la UE? ¿Qué supone esta salida y a quién perjudica más? ¿Hay posibilidades reales de que se celebre un segundo referéndum? En medio del desconcierto internacional, entrevistamos al Dr. Jonathan Hopkin, profesor de Política Comparada de la London School of Economics and Political Science, quien nos ha respondido a estas y otras preguntas sobre el nuevo escenario político, económico y social que ha surgido tras el sí de los británicos al Brexit.
En primer lugar, ¿dónde y cómo surgió la idea del Brexit? Porque ahora parece que era una quimera para casi todo el mundo…
La idea surgió en parte por el crecimiento de la opinión euroescéptica en el partido conservador, pero más directamente debido al surgimiento de partidos competidores a su derecha en los 90’s. The Referendum Party, fundado por el millonario James Goldsmith (difunto padre de Zac Goldsmith), se presentó a las elecciones de 1997 dirigiéndose en particular a los vulnerables miembros conservadores del Parlamento. Después, el testigo fue recogido por el UK Independence Party, cuyos apoyos crecieron a lo largo de la década de los 2000.
¿Quién se verá más afectado, el Reino Unido o la Unión Europea?
Ambos. Quizás las consecuencias más directas son para el Reino Unido, que corre el riesgo de fuga de capitales, inestabilidad financiera, freno para nuevas inversiones y, a largo plazo, de la disminución de capital humano y pobreza demográfica si se imponen restricciones a la inmigración. Además, el Reino Unido se vería cada vez más aislado y con menor influencia diplomática.
Sin embargo, el Brexit es también un gran riesgo para la Unión Europea. Por un lado, por la pérdida de un estado miembro por vez primera, y , por otro, porque esto alimenta el crecimiento de los partidos euroescépticos de derecha que están desafiando a las élites de Francia, Países Bajos y Austria en particular, pero también en otros lugares.
A corto plazo, ¿qué supone el Brexit para el Reino Unido?
¡Nadie lo sabe! La campaña por el ‘leave’ está dividida y es deliberadamente ambigua acerca de cómo nos gustaría exactamente a los británicos salir de la UE. No parece haber ninguna urgencia por recurrir al artículo 50 del Tratado de la Unión Europea y empezar las negociaciones. En lugar de eso hay una crisis política nacional causada por la renuncia de Cameron que tardará meses en resolverse, además de las repercusiones tanto en la dirección del Partido Laborista, muy criticado por no conseguir arrastrar al núcleo de sus votantes a votar por el ‘leave’, como en Escocia e Irlanda del Norte, donde los votantes apoyaron el ‘remain’.
¿Qué problemas pone el Brexit sobre la mesa para los inmigrantes?
Depende. Para los nacionales de países externos a la Unión Europea no hay diferencia por ahora. Sin embargo, es evidente que para los ciudadanos de la UE que trabajan en el Reino Unido el Brexit significaría la pérdida de sus derechos derivados del Tratado de la Unión Europea. Aún así, nadie, ni siquiera los partidarios del ‘leave’, ha sugerido nunca forzar a los inmigrantes actuales a marcharse. Sería autodestructivo enviar a casa a una de las partes más productivas de nuestra fuerza laboral.
Es probable que a los ciudadanos de la UE que ya viven aquí se les conceda simplemente un permiso de residencia. Por supuesto, llevar a cabo una decisión de este tipo implicará una enorme tarea administrativa para regularizar la situación de unos 3 millones de personas que ya viven aquí bajo los Tratados de la UE.<
¿Qué sectores económicos pueden ser los más afectados por el Brexit? Y, ¿cuáles pueden beneficiarse y por qué?
Más inmediatamente las finanzas, porque es una industria muy móvil y sensible a los cambios a corto plazo en las expectativas. El dinero bien puede fluir hace fuera de Gran Bretaña o hacia adentro, sirviendo para financiar nuestro gran déficit comercial, que podría ralentizarse o secarse. La entrada de capital serviría para compensar nuestro exceso de importaciones en relación a las exportaciones.
A más largo plazo, se puede esperar una disminución significativa de la inversión extranjera directa y que las industrias que exportan al resto de la Unión Europea se enfrenten a nuevos obstáculos que las hagan menos competitivas. Cualquier acuerdo de libre comercio con países no comunitarios que pueda compensar esta situación tardará años en completarse y probablemente no será tan favorable para los intereses del Reino Unido como pequeño mercado.
Los agricultores tendrán que negociar con el gobierno del Reino Unido un nuevo sistema de ayudas económicas para reemplazar a las de la Unión Europea. El turismo puede reducirse. Las universidades se enfrentarán a la incertidumbre sobre el futuro flujo de matrículas de estudiantes extranjeros, perderán los fondos de investigación de las instituciones de la UE… Y podría seguir. Todo se verá afectado directa o indirectamente por el Brexit y, a corto plazo, casi exclusivamente de forma negativa.
Ahora que menciona las universidades, ¿cómo ha afectado el nivel educativo a la hora de votar por permanecer o salir de la UE?
Mucho. Los votantes con estudios fueron los más propensos a votar por la permanencia dentro de la Unión Europea. Además, si el Brexit se efectúa finalmente y da lugar a restricciones en materia de inmigración, probablemente perjudicará a la financiación de las universidades, porque será difícil reclutar investigadores y profesores. Las escuelas también se verán afectadas por los problemas de personal.
¿Cree que el Brexit puede abrir un debate intergeneracional? Los jóvenes votaron mayoritariamente a favor de permanecer en la Unión Europea…
Ya lo ha hecho en cierta medida, pero este debate aún no está politizado abiertamente porque los partidos políticos están comprensiblemente preocupados ante el riesgo de desagradar a los pensionistas, que son un grupo muy numeroso y tienen niveles muy altos de participación en las elecciones. Sin embargo, a la larga el problema puede que sea cada vez más relevante, especialmente a medida que los más jóvenes, que aún están fuera del mercado de la vivienda, crezcan y comiencen a exigir mejores condiciones de vida.
8. ¿Qué países cree que podrían seguir los pasos del Reino Unido después del Brexit?
Creo que es poco probable que otros países los sigan, al menos a corto plazo, aunque los escandinavos podrían ser los más propensos a ello. El resto de países no parece que tengan la tentación, pero eso puede cambiar, especialmente, si por alguna remota casualidad el Reino Unido tiene éxito tras su salida.
¿Piensa que la gente votaría de nuevo por abandonar la Unión Europea en un hipotético segundo referéndum?
Creo que un segundo referéndum es realmente muy posible e incluso con un resultado diferente. Muchos votantes han utilizado este referéndum como voto de castigo a coste cero y hay cierta evidencia anecdótica, ya que algunos no esperan que la salida se convierta en una realidad.
Sin embargo, antes que un nuevo referéndum, que obviamente enfurecería a muchos partidarios del ‘leave’, puedo prever una votación sobre una nueva forma de relación con la Unión Europea, bien a través del Espacio Económico Europeo o mediante algún acuerdo similar. Esa votación podría hacernos volver a la UE mientras, formalmente, se mantiene la apariencia de haberla abandonado.
Por último, ¿hay algo que considere que los analistas extranjeros se están dejando en el tintero cuando hablan de las causas y consecuencias del Brexit?
Creo que hay una gran cantidad de buenos analistas fuera de aquí, pero si hay una cosa que tal vez se subestima es que el Reino Unido ha votado por muy poco la salida de la Unión Europea. Hay muchos ciudadanos del Reino Unido, o había, entusiastas con la idea de Europa, disfrutando de la comida, la bebida y los viajes baratos, de las oportunidades educativas y laborales, de la posibilidad de retirarse a un clima cálido y de un mundo, generalmente, más abierto y cosmopolita para nosotros.
En cierto modo, el Brexit es un intento desesperado de atrasar el reloj por parte de, en gran medida, un grupo de gente mayor molesta por la velocidad de los cambios sociales, culturales y económicos. Aún así, no veo a Gran Bretaña convertida en un estado completamente aislado, en una fortaleza en el borde de Europa. Una vez que se pongan de manifiesto los costes reales de dejar la UE, imagino que surgirá un contra-movimiento intentado trabajar en el camino de vuelta… ¡Ojalá!