Posteriormente, su hija, Nuria Sardá (Barcelona, 1968), entró en el departamento comercial de exportación y más tarde se une al equipo de creación y diseño de la marca, y desde el 2008 es la directora creativa. En este tiempo ha conseguido que, con sus innovadores diseños y sus espectaculares puestas en escena que no dejan indiferente a nadie, su firma se convierta en un referente en el mundo de la lencería.
“El objetivo es hacer que las mujeres se sientan mejor, más atractivas y seguras”, señala la diseñadora catalana. Desde el año 2000 los diseños de Andrés Sardá están presentes en la Pasarela Cibeles (actualmente conocida como Mercedes- Benz Fashion Week Madrid).
La firma cuenta con tiendas propias en Madrid, en Barcelona y en Ibiza –esta solo la abren en temporada estival–, y con más de 400 puntos de venta multimarca en grandes almacenes repartidos por todo el globo.
¿Cómo ha ido evolución la firma desde que se incorporó hasta ahora?
La firma ha evolucionado muchísimo, a la vez que la sociedad y el mundo en general, ya que ha habido unos cambios brutales a los que la empresa también se ha tenido que adaptar. Ha cambiado la manera de crear, de comunicar, de distribuir…, y esa fue la razón por la que en 2008 vendimos la empresa al grupo belga Van de Velde, porque competidores nuestros como La Perla ya los habían vendido a grupos más grandes. Consideramos que para hacer frente a las necesidades del mercado necesitábamos el respaldo de alguien potente, como es el caso del grupo belga, que al final, es también una familia de cinco generaciones de corseteros, y, además, una empresa multinacional muy grande que cotiza en la bolsa de Bruselas. Pero lo más importante es que en el fondo somos dos familias corseteras que nos entendemos bien.
¿Cómo definiría su estilo? ¿En quién se inspira para crear una nueva colección?
Desde su fundación, la empresa ha estado enfocada a ayudar a la mujer para que se sienta mejor, más guapa y segura. Nuestro estilo es el de una espectacularidad sobria. Nos gusta la pureza de líneas, el menos es más, aunque está claro que en los desfiles se lleva la colección al extremo y se hace el producto más llamativo. Nosotros creamos y proponemos nuestras creaciones para que estén siempre al servicio de la mujer. En cuanto a la inspiración, siempre intentamos huir de los libros de tendencias y de lo que serían las inspiraciones generales, para seguir nuestro propio camino y ofrecer algo original y diferente.
¿Cuánto tarda en crear una colección?
Hay un proceso muy largo, de aproximadamente un año y medio; desde que seleccionas los materiales, diseñas las formas, los prototipos, los diferentes modelos, escalas de talla…, hasta la reproducción. Somos un equipo creativo compuesto por cuatro personas, tres patronistas, cinco personas de equipo técnico, y seis cosedoras.
¿Qué no puede faltar en una colección de Andrés Sardá?
El encaje Leavers, que es el de más alta calidad, y el origen de nuestra vinculación al mundo textil, ya que mi abuelo empezó haciendo mantillas y encaje. Para nosotros es una obra de arte que, además, sobre el cuerpo de la mujer es como un tatuaje. Ahora con la globalización y el low cost, el encaje Leavers ha tenido una serie de complicaciones porque viene de un mundo muy técnico, muy profesional y muy artesanal, y ha peligrado su adaptación a los nuevos tiempos, y su continuación. Actualmente, podemos ver que va encontrando su camino gracias a que empresas como Chanel o como la nuestra hemos ayudado a que esta industria tan tradicional pueda mantenerse en el mercado. Pero necesitamos que nuestros proveedores sigan también para poder continuar haciendo nuestras creaciones.
Desde el año 2000 sus diseños están presentes en la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid. ¿Qué les da la pasarela madrileña que no encuentran en la 080 de Barcelona?
Nosotros empezamos en la pasarela Gaudí porque tenemos nuestra casa en Barcelona, pero en el año 2000 decidimos cambiar por una serie de cuestiones. Lo que hemos encontrado en Madrid es que nos ha acogido muy bien y nos ha dado una cobertura fantástica, nos ha tratado mejor… Ambas son muy distintas y cada una está bien en su estilo. En la pasarela de Madrid tenemos la cobertura que nosotros necesitamos, aunque me gustaría que tuvieran una potencia internacional más importante para que atrajeran más prensa y compradores internacionales, pero ese es nuestro reto. Estamos muy contentos con la acogida, la cobertura y el trato que nos dan en Madrid.
Y los días previos a un desfile…
Son una locura… El trabajo de un desfile es muy largo. Siempre digo que es como un puzle que empiezas a montar y no sabes nunca cómo va a acabar. Nosotros tenemos que comenzar a pedir zapatos con números y colores sin saber qué chicas van a desfilar; definir maquillajes; modelos; tallas… Y todo eso lo vamos preparando hasta dos días antes del desfile que es cuando llegamos a Madrid con todo lo que tenemos, y allí se monta todo. Éste es el momento de máxima complicación y estrés, cuando vienen las chicas y empiezan a probarse la ropa, porque aunque todas tienen la misma talla, una prenda le sienta mejor a una que a otra, y tenemos muy poco tiempo para determinar qué es lo que les va a sentar bien. A pesar de los años que llevo acudiendo a los desfiles, siempre me pongo muy nerviosa antes de que empiece. Así que rezo para que todo salga bien.
¿Qué ‘celebrities’ se ponen las prendas de Andrés Sardá?
Nosotros siempre decimos que la ropa interior es algo íntimo, y no nos gusta dar nombres, pero por ejemplo Lady Gaga, Beyoncé, Rhyanna o Monica Belluci se han puesto nuestras prendas. Últimamente también Paris Hilton lo ha hecho. Pero no siempre se las pueden poner porque las quieren de hoy para mañana, con su talla, y en Nueva York, y eso es imposible… Entre las españolas destacaría, entre otras, a Rosy de Palma o Hiba Abouk.
¿Cómo ve el nivel de la moda en nuestro país?
Tenemos un nivel muy alto, aunque siempre digo que lo que nos ha faltado es la unión de empresa y creación. Está claro que cuando se unen funciona, y hemos tenido el caso de Josep Font con Del Pozo, que se han unido empresa y creatividad y ha funcionado muy bien, aunque ahora por las razones que sean no siga Josep con ellos. En España hay muy buena creatividad, tenemos super empresas de moda y super creativos, pero nos falta mucho lo de unir creatividad y moda. Sabemos quién ha triunfado en el mundo a este nivel, y siempre ha habido la cabeza creativa y la empresarial que se alían, sin eso no funciona.