Start-ups

“El atletismo me ha dado más de lo que yo le he dado”

Ruth Beitia posa en exclusiva para el objetivo de la revista Forbes. © Valerii Piataiev

Ruth Beitia (Santander, 1979) es para muchos expertos la mejor atleta española de todos los tiempos. Su especialidad era el salto de altura, prueba en la que ha sido prácticamente imbatible. Su palmarés es impresionante: medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Río 2016 y tetracampeona de Europa. También ha logrado cinco medallas en campeonatos del mundo y nueve en Campeonatos de Europa, además del oro en los Juegos del Mediterráneo. En total, ha sumado 15 medallas. En 2015 se convirtió en la primera atleta española en ganar la IAAF Diamond League, título que revalidó en 2016. En octubre del 2017 decidió retirarse por unos problemas físicos derivados de una artritis reumatoide que le impedían rendir al máximo y que le causaba muchos dolores. Desde junio del 2011 es diputada del PP en el Parlamento de Cantabria.

Con la altura que tiene (1,92 m), ¿por qué se decantó por el atletismo?

Primero, porque es una tradición familiar, ya que soy la menor de cinco hermanos y todos han hecho atletismo, así que me fue muy fácil elegir este deporte. Y segundo, porque en el atletismo tiene cabida todo el mundo: el alto, el bajo, el gordito, el flaquito, el lento, el rápido… Es un deporte que todos podemos practicar y, además, puedes elegir una disciplina en la que todos pueden luchar contra todos para mejorar sus marcas.

El salto de altura es una especialidad muy técnica en la que hay que entrenar mucho. ¿A qué ha tenido que renunciar para ser una campeona?

A nada. Creo que el atletismo me ha dado mucho más de lo que yo le he dado.

Su mayor éxito como atleta fue en los JJ OO de Río de Janeiro en 2016, donde logró la medalla de oro con un salto de 1,97 metros de altura. ¿Le cambió la vida ganar este oro?

Más que cambiarme la vida fue como despertarme de un sueño hecho realidad, ya que llevábamos toda la vida con mi entrenador, Ramón Torralbo, preparándonos y trabajando para conseguir un éxito tan importante: una medalla olímpica. Lo que cualquier deportista puede soñar. 

¿Quién ha sido la rival que más difícil se lo ha puesto?

Tanto en lo físico como en lo personal, ha sido la croata Blanka Vlasic.

Cuando competía, ¿a quién se encomendaba antes de saltar?

Como soy católica y practicante, me encomendaba a Dios, pero me ocurría algo muy bonito, y es que antes de saltar, siempre, siempre, a la última persona a la que llamaba y le pedía su bendición era a mi madre.

¿Cuál fue el peor momento que pasó en su carrera?

El peor momento fue a finales de 2011, cuando me dijeron que tenía dos contracciones en la espalda, y por hacer caso a los médicos y a los fisioterapeutas, desprotegimos la zona, lo que me causó muchísimos dolores. Al final de mi carrera también lo pasé muy mal porque no encontraba respuestas a lo que me estaba ocurriendo. 

En octubre del 2017 anuncia su retirada. ¿Cuál fue el motivo principal de que lo dejara?

Me retiré porque tenía muchos dolores y seguía con molestias que me impedían rendir al máximo, y también  porque entendí que ya había llegado mi hora. 

¿A quién ve como su sucesora en el atletismo español?

Ninguna (risas) ¡Como yo, ninguna! (risas) Podrá haber una mejor o peor, pero como yo, ninguna. Pero ojalá que haya una representante futura que pueda saltar por encima de los dos metros, aunque, por ahora, creo que no existe. Sí que es verdad, que durante dos años y medio he convivido con otra saltadora de altura gallega que vino a Santander a entrenar con nosotros; hemos compartido casa durante ese tiempo y ha sido la nueva campeona de España. Para mí fue un orgullo poder entregarle la medalla en el campeonato, y espero que Saleta Fernández sea quien continúe con la saga de Ruth Beitia, pero eso es muy complicado.

¿No se ha planteado seguir en el atletismo preparando a jóvenes? 

No, porque lo bueno que tengo es que aunque me haya retirado, queda mi otro 50% que es el entrenador, y que mejor que sea Ramón quien siga preparando a los futuros saltadores. Así que nunca me lo he planteado. Soy fisioterapeuta, aunque no ejerzo, también soy diputada en Cantabria por el PP, y ahora he comenzado un nuevo reto, ya que estoy trabajando en la Universidad dando clases de atletismo, así que el cordón umbilical con el deporte sigue. También estoy en el Comité Olímpico español y en la Federación Española de Atletismo, sigo muy ligada al deporte, que siempre seguirá formando parte de mi vida.

¿Qué consejo daría a los jóvenes que quieran iniciarse en el salto de altura?

Que disfruten mucho. Y, sobre todo, les diría a sus padres que no les pregunten cuando lleguen a casa de una competición si han ganado  o cómo han quedado, sino sólo si han disfrutado. Es la base de cualquier deporte para amarlo durante toda la vida.

En el atletismo español se han producido varios casos de dopaje en los últimos años. Usted ha estado 20 años entre la élite mundial de este deporte, ¿cómo cree que se tendría que combatir esta lacra?

Lo fundamental sería erradicarlo por completo y que devuelvan todo el dinero que hayan ganado a costa de los demás. Es un tema del que no me gusta hablar porque ya ocupa, cuando sale algún caso, demasiado espacio en los medios de comunicación.

Desde junio del 2011 es diputada del PP en el Parlamento de Cantabria. ¿Por qué decide entrar en política?

Entro en política porque tengo inquietudes, creo que puedo representar a los cántabros desde otra perspectiva, y porque mi presidente en ese momento piensa en mí.

Ahora que se ha retirado, ¿se plantea dar el salto a la política nacional?

No es un salto que deba plantearme yo, sino el partido, así que no depende de mí.

Mariano Rajoy es muy seguidor del ciclismo y del fútbol, pero no del atletismo. ¿Qué le diría al ex presidente del Gobierno para que se preocupara más por su deporte?

El presidente se ocupa mucho del deporte en general. Una cosa es que no le guste mucho el atletismo, igual que a mí no me puede gustar el fútbol, que son opiniones respetables, pero sé perfectamente que sigue todo el deporte español, y a mí siempre me ha seguido, me ha felicitado por mis éxitos y ha estado pendiente de lo que hacía.

Ha ganado numerosos premios, pero el Príncipe de Asturias del Deporte se le ha resistido, aún estando nominada en dos ocasiones. ¿Le ha dolido que el jurado no haya tenido en cuenta a una atleta con su palmarés?

Bueno, habrán considerado que yo no era la merecedora del premio, pero estoy muy orgullosa de lo que he conseguido, de la repercusión mediática y de los premios que he recibido y sigo recogiendo. Lo más importante para mí es la cantidad de valores que me ha enseñado el deporte, y que he podido incorporar a cualquier aspecto de mi vida, con eso es con lo que me quedo.20