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Carlos Serra, CEO de Scotta 1985: «Nunca hemos creído en el ‘fast fashion»

La marca española de ropa masculina se dirige a un perfil de usuario cosmopolita, versátil y urbanita, que huye de la producción masiva carente de personalidad.
Carlos Serra, CEO de Scotta 1985, retratado el 21 de noviembre en el 'showroom' de la firma de moda. (Foto: Javier Suárez)

Un disfrutón aventurero. Así define el equip de Scotta 1985 a su cliente ideal, un apasionado de la vida de entre 25 y 45 años que forma parte de esta marca consolidada de ropa masculina desde que nacía, como tal, en 2014. “Muchos nos preguntan de dónde viene el nombre y este hace referencia, evidentemente, al logo de Scooter y 1985 es el año en el que adquirí mi primera moto. Desde siempre, en casa hemos ido sobre dos ruedas, somos todos unos apasionados del motor y creo que era una característica que debía reflejar en mi marca”, recuerda Carlos Serra, CEO de Scotta 1985.

Afirma que ha intentado reflejar lo que le define, junto a su equipo, en todas las camisas, jerséis, polos, sudaderas y prendas de exterior para caballero, cargadas de colores intensos y tejidos de calidad. Para Serra, el usuario de Scotta 1985 «sabe que en compañía, todo es más fácil. Es optimista y buen rollero, ve la vida en color y disfruta trabajando con ilusión, sin perder el foco», detalla.

«Sus valores son el equipo y la naturalidad. Es un tipo cercano y sincero, aborrece la prepotencia. Sabe que nadie es perfecto y que de los errores siempre se aprende», añade. Precisamente, el responsable de la empresa señala que los suyos solo han ocasionado que hayan crecido más rápido. El proyecto veía luz en 2003, en una clase de universidad, cuando uno de los amigos de Carlos pintó el logo sobre un papel. «Pero fue en 2006 cuando al idea de crear un negocio se materializó en Sevilla. Literalmente, vendiendo sudaderas en uno de nuestros garajes particulares, cuando después de serigrafiar algunas prendas para nosotros, comenzaron a llamar a nuestra puerta amigos de amigos, buscando su sudadera de Backslide, nombre original de la marca», confiesa.

Fue ocho años después cuando el equipo fundador decidió hacer el rebranding, cambiando el nombre a Scotta 1985, pero manteniendo el logo original y abriendo su primera tienda en la calle Jorge Juan, 31 (Madrid), que sigue siendo, hoy en día, la flagship principal de la empresa.

Trabajan las tres grandes líneas: sport, casual y business, porque, según su director general, siempre hay una prenda perfecta para cada momento del día de este cliente curioso, libre y sostenible, que también ha evolucionado hasta convertirse en digital. En palabras de Carlos Serra: «La tecnología nos permite la automatización de procesos e incluir continuamente mejoras para buscar siempre la satisfacción de un comprador exigente. Hay que adaptarse a cambios muy rápidamente, y para ello cuento con el mejor equipo. Estamos en continua formación y, sobre todo, con el foco en la omnicanalidad y la experiencia del cliente», traslada el CEO.

La marca se llevó un buen susto en 2020, en plena pandemia, al sufrir un ataque a su página web. «Fueron momentos críticos pero a la vez decisivos. La reacción de nuestros clientes y al unión del equip fue increíble. Nos dimos cuenta de la fidelidad a Scotta 1985 y salimos reforzados de la pandemia, conservando los puestos de todos nuestros trabajadores, una idea que tuvimos clara desde el primer minuto al anunciar el confinamiento”, recuerda.

Pero no solo cumplieron este objetivo, Scotta creció un 10% en 2020 y un 62% en 2021, duplicando, prácticamente, su plantilla y con número imparable de aperturas. «Vamos a cerrar 2022 superando un 50% más la previsión inicial y con cuatro tiendas propias nuevas, que se suman a los cinco nuevos córners en El Corte Inglés”, adelanta Serra, algo impensable, según él, cuando se retrotrae al confinamiento.

Mucho más a raíz de ese periodo, el cliente online busca la accesibilidad, una respuesta rápida y de calidad. Para atender adecuadamente las peticiones, Scotta 1985 trabaja para que cada interacción sea directa y fluida, lo que les obliga constantemente a agilizar procesos y evitar bloqueos de información.

La calidad como pilar fundamental de la producción y la durabilidad como base de la sostenibilidad. Un valor diferencial de esta compañía es, sin duda, su apuesta por la durabilidad de sus productos, por una moda versátil y duradera. “Nunca hemos creído en el fast fashion. Trabajamos siempre patrones regulares, icónicos, que renovamos cada año, pero que nunca se quedan obsoletos. Incluso en estos momentos de subida de materias primas y las crisis que nos han venido acompañando desde el covid, en ningún momento nos hemos planteado abaratar costes. Para nosotros, la calidad y los detalles son señas de identidad fundamentales y no estamos dispuestos a renunciar a ellas”, sentencia.

Actualmente, Scotta 1985 tiene presencia en 129 puntos de venta, repartidos por todo el territorio nacional. Operan con tiendas propias en Madrid, Sevilla, El Puerto de Santa María, La Zenia, Valen- cia, Motril y Galicia. A esto hay que añadir los puntos de ventas situados en grandes almacenes de prácticamente toda la península.

Carlos Serra, CEO de Scotta 1985: “A nivel internacional, nos encontramos en un momento clave. Llevamos varios años en el mercado en Puerto Rico y en febrero llegamos a Italia para comenzar la expansión por el sur de Europa, sin olvidar que estamos encaminados, de igual forma, a entrar en el mercado mexicano”.

Inquietudes que han llevado al equipo de Scotta 1985 ha convertirse en una auténtica familia que comparte valores y objetivos. “Estamos comprometidos con las personas, con quienes celebramos los logros y nos apoyamos en los fracasos”, concluye Carlos Serra.

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