En los últimos años, hemos dado un paso atrás para ver nuestro negocio y examinar cómo podemos ser más rápidos, más emprendedores y más eficientes. Y hemos hecho progresos. Hemos ampliado nuestra cartera y opciones de envasado para servir a los gustos de los consumidores en desarrollo, revitalizado nuestro marketing, facilitado la mejora de nuestro sistema de embotellado global, transformado nuestro negocio en América del Norte y logrando algunos de los crecimientos de ingresos más notables de entre las empresas de bienes de consumo. Pero mejorar es un viaje sin fin.
Con mis casi 40 años en el negocio, a menudo he dicho que hacer un trabajo excelente es solamente el punto de partida-la fundación. Se trata de crear las condiciones para repetir de manera sostenible el éxito. Y, en este caso, el éxito está relacionado con hacer una promesa en el futuro sin un resultado predeterminado y luego tomar medidas para cumplir esa promesa.
En mayo, pasaré el consejo de administración de Coca-Cola (KO, + 0.44%) a James Quincey, el líder adecuado en el momento adecuado para llevar adelante nuestro negocio. Voy a seguir sirviendo como presidente de nuestro consejo, y James tendrá mi completo apoyo. Él y su equipo escribirán el siguiente capítulo de la historia de Coca-Cola, uno que aborde no sólo los desafíos a los que enfrentamos, sino que además desbloquee el potencial de nuestras marcas, de nuestra gente y de nuestro sistema.
No hay duda de que los líderes son juzgados por lo que dejan atrás. Y me siento muy bien con las perspectivas de Coca-Cola de florecer como nunca antes durante el resto de esta década y más allá. Para mí, esta será la medida definitiva de mi carrera, y mi liderazgo, en este gran negocio de refrescar el mundo>>.