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Chelsea vs PSG: el MetLife Stadium de Nueva Jersey se prepara para la final del nuevo Mundial de Clubes

El ganador del Mundial de Clubes 2025 se llevará un premio económico de 50 millones de dólares, que es la cifra más alta jamás repartida en una competición FIFA para clubes.

El 13 de julio de 2025, el estadio MetLife de Nueva Jersey será el epicentro del fútbol global. Chelsea y Paris Saint Germain se disputarán la primera edición del nuevo formato del Mundial de Clubes FIFA, una competición que ya no es una simple cita entre campeones continentales, sino un torneo de élite con tintes de Mundial absoluto. El partido se jugará a las 15:00 hora local en Nueva Jersey, lo que corresponde a las 21:00 en España.

La FIFA ha apostado fuerte. Más equipos, más partidos, más espectáculo… y sobre todo, más dinero. Este duelo no solo corona al mejor club del planeta: también reparte premios que reflejan el nuevo orden económico del fútbol.

El ganador del Mundial de Clubes 2025 se llevará un premio económico de 50 millones de dólares, que es la cifra más alta jamás repartida en una competición FIFA para clubes. El subcampeón, por su parte, se embolsará 40 millones. En total, se han destinado más de 2.000 millones de dólares en premios para todo el torneo, gracias a nuevos patrocinadores globales, contratos televisivos multimillonarios y el respaldo directo de la FIFA y socios como Apple y Visit Saudi.

Para ponerlo en perspectiva: el ganador recibirá más del doble de lo que recibió el Manchester City por conquistar la Champions League en 2023. Es una muestra clara de cómo el Mundial de Clubes se ha convertido en el nuevo diamante del calendario futbolístico.

Dos estilos diferentes de fútbol

Chelsea: con una plantilla joven y renovada, ha sorprendido al alcanzar la final. Después de años de altibajos tras su compra por el consorcio estadounidense, el club londinense ha encontrado equilibrio entre cantera, inversión y táctica. Su fútbol físico y directo contrasta con la propuesta más técnica y asociativa del Paris Saint-Germain, que llega con un bloque maduro y un objetivo claro: conquistar otro gran título internacional.

Ambos clubes representan modelos diferentes de inversión: el PSG, respaldado por capital catarí, lleva más de una década construyendo una marca global y llega de un año dorado tras conquistar la tan esperada Champions League; el Chelsea, tras la era Abramóvich, ha apostado por una estructura más empresarial, con jóvenes talentos fichados como activos a medio plazo.

Un estadio a la altura

El MetLife Stadium, con capacidad para más de 82.000 espectadores, será el escenario de esta final histórica. Ubicado en East Rutherford, Nueva Jersey, a pocos minutos de Manhattan, el recinto es conocido por acoger eventos de alto nivel como el Super Bowl o los conciertos de Taylor Swift. Esta final será también una especie de ensayo general para el Mundial FIFA 2026, que se jugará parcialmente en este mismo estadio.

La FIFA espera una audiencia televisiva global superior a los 500 millones de personas, comparable a una final de la Champions League o incluso a una semifinal de un Mundial de selecciones.

Mucho más que fútbol

Más allá del deporte, esta final simboliza el crecimiento del fútbol como producto global. La presencia de artistas internacionales como Doja Cat, Tems y J Balvin en el espectáculo del entretiempo confirma que la FIFA quiere replicar el modelo de la NFL: convertir el fútbol en un evento total, donde el entretenimiento, el negocio y el deporte se fusionan. Chelsea y PSG no solo pelean por un trofeo: pelean por un lugar en la historia del nuevo fútbol.

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