Más de 16 años después de establecerse en Oklahoma City, el Thunder finalmente se alzó con la victoria en el baloncesto mundial el domingo por la noche. Han pasado 6081 días desde el primer partido de temporada regular de la franquicia en OKC, pero el objetivo final ya se ha cumplido.
En un séptimo partido definido por la tensión, la serenidad y la brillantez, el Thunder completó su ascenso: de franquicia reubicada a campeón de la NBA. Lo que comenzó como una visión a largo plazo alcanzó su forma definitiva en el máximo escenario de la liga, cuando Oklahoma City NBA aprovechó el momento y se convirtió en el segundo equipo más joven en ganar un título.
El Paycom Center estuvo ensordecedor durante todo el juego, especialmente cuando el Thunder oficialmente marcó su lugar en la historia, mientras los fanáticos de todas las edades (algunos de los cuales han estado siguiendo y alentando a este equipo desde que se mudó de Seattle a Oklahoma City) finalmente pudieron ver a este equipo lograr lo que más importa.
Shai Gilgeous-Alexander salió encendido, anotando los primeros cuatro puntos de Oklahoma City. Por otro lado, Tyrese Haliburton impulsaba el potente ataque de los Pacers, anotando tres triples en los primeros cinco minutos del partido. Pero poco después, con el marcador empatado a 16-16, Haliburton sufrió una lesión que pondría fin a su noche. Tras sufrir una lesión en la pantorrilla en los últimos partidos, se le presentó el peor escenario posible: fue retirado del partido por una supuesta lesión en el tendón de Aquiles a consecuencia de la lesión. Fue una racha triunfal para Haliburton en los playoffs hasta ese momento, consiguiendo una racha histórica de tiros increíbles.
Indiana mostró resistencia incluso tras perder a su jugador estrella, manteniéndose firme frente al Thunder durante todo el segundo cuarto en un duelo de baja puntuación hasta ese momento. Los Pacers llegaron a liderar el partido 48-47 al descanso. Pero el inicio del tercer cuarto fue la chispa para OKC, que salió con la energía necesaria para empezar a construir una ventaja. TJ McConnell tuvo otra racha mágica para mantener a los Pacers a tiro, pero el Thunder siguió contraatacando.
Con una ventaja de 13 puntos al entrar en el último cuarto, Oklahoma City solo necesitó 12 buenos minutos para ganarlo todo. El Thunder lo consiguió, ampliando su ventaja a más de 20 puntos en los primeros minutos del último cuarto. El resto es historia.
Este es un momento que se ha esperado mucho tiempo.
En el corto tiempo que los Thunder llevan en Oklahoma City —menos de dos décadas en total— la franquicia ha estado desgarradoramente cerca de lograr lo que finalmente sucedió el domingo por la noche. En 2012, fue el joven y electrizante trío de Kevin Durant, Russell Westbrook y James Harden el que llegó a las Finales de la NBA, solo para quedar a las puertas del Miami Heat. En aquel momento, parecía solo el principio. Eran demasiado jóvenes, demasiado talentosos, demasiado inevitables como para no volver. Pero entonces Harden fue traspasado esa misma pretemporada. Y ese grupo, una vez visto como el futuro de la NBA, nunca volvió a esa etapa.
En 2016, volvió a suceder. Durant y Westbrook llevaron al Thunder a las puertas de otra Final, con una ventaja de 3-1 sobre los Golden State Warriors, que acumulaban 73 victorias. A una victoria. Pero la puerta se cerró de golpe tras tres derrotas consecutivas. Otro final demoledor. Y poco después, otra salida. Esta vez, Durant se marchó al mismo equipo de los Warriors que acababa de aplastar a la franquicia del Thunder. Dos veces el Thunder había llegado a la puerta. Dos veces, una estrella se había ido tras las consecuencias. Y dos veces, la afición quedó destrozada.
Ese patrón definió gran parte de la historia inicial del Thunder. Lo que siguió fueron nuevos capítulos. Westbrook como estrella solista, luego una breve era con Paul George y Carmelo Anthony que se apagó antes de despegar. Pero el punto de inflexión llegó en el verano de 2019, cuando George y Westbrook fueron traspasados en un reinicio necesario. Fue la primera reconstrucción real en la historia de la franquicia, y resultó ser el comienzo de algo especial.
El traspaso de George trajo a un base joven y, en cierto modo, poco probado: Shai Gilgeous-Alexander. Si bien fue una elección de lotería con un potencial tremendo, su ascenso a MVP fue impredecible. Una de las selecciones de ese mismo traspaso resultó ser Jalen Williams, quien se ha consolidado como uno de los mejores jugadores de dos vías de la liga. Ahora, se han convertido en los rostros de esta nueva era y en los líderes de un equipo campeón.
Todo ha vuelto a la normalidad. Después de tantas versiones del Thunder, después de tantos momentos de incertidumbre, por fin han triunfado. Sin decepciones. Sin salidas. Solo un equipo que mantuvo el rumbo, creció unido y culminó la tarea.
Los Oklahoma City Thunder son campeones de la NBA.
Y esta vez, parece que es sólo el comienzo.
