La Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) ha dado un giro sin precedentes en su historia: Carlo Ancelotti, uno de los técnicos más laureados del fútbol mundial, será el nuevo seleccionador de Brasil a partir de junio de 2024. Su nombramiento, confirmado oficialmente tras meses de especulaciones, supone un cambio de paradigma para una selección que históricamente ha confiado en entrenadores nacionales.
El técnico italiano, actual entrenador del Real Madrid, asumirá el cargo después de finalizar la temporada en el club blanco. Su debut con la Canarinha está previsto para la Copa América 2024, que se disputará en Estados Unidos. A partir de ahí, Ancelotti liderará el ambicioso proyecto de devolver a Brasil a la cima del fútbol mundial, con la mirada puesta en el Mundial de 2026.
La apuesta de Brasil por Ancelotti no ha sido solo simbólica: también es económicamente contundente. Según cifras filtradas por medios especializados, el contrato firmado con la CBF rondará los 11 millones de euros anuales, convirtiéndolo en el seleccionador mejor remunerado de América Latina y uno de los mejor pagados del mundo.
Este salario supera con creces lo que percibía su antecesor Tite, y lo coloca muy por encima de otros técnicos del continente como Marcelo Bielsa (Uruguay) o Lionel Scaloni (Argentina), cuyo salario está por debajo de los 3 millones de euros anuales. La inversión se explica por la experiencia del técnico, pero también por el impacto mediático y comercial que su figura tiene a nivel global.
A sus 65 años, Carlo Ancelotti ha ganado todo lo posible como entrenador: cuatro Champions League (dos con el Milan y dos con el Real Madrid), ligas en Italia, Inglaterra, Alemania, Francia y España, y una reputación de ser un excelente gestor de vestuarios, además de un estratega flexible.
Su estilo de liderazgo se basa en la adaptabilidad táctica, el respeto por las estrellas y una visión pragmática del juego. En un país donde el talento individual es abundante, pero donde la presión y la falta de continuidad en los proyectos técnicos han sido constantes, Ancelotti representa estabilidad, autoridad y visión a largo plazo.
Será, además, el primer extranjero en dirigir a la selección brasileña desde 1965, cuando el argentino Filpo Núñez la dirigió en un partido amistoso. Pero Ancelotti no llega para un simple experimento: llega para liderar un ciclo completo hacia el Mundial 2026.
La llegada de Ancelotti no es solo una decisión deportiva: es una apuesta estratégica de imagen global. En un mercado cada vez más competitivo y globalizado, contar con un entrenador del calibre de Ancelotti impulsa la proyección internacional de la marca Brasil, no solo en términos futbolísticos, sino también comerciales y publicitarios.
Jugadores como Vinícius Jr., Rodrygo o Éder Militão, que han sido dirigidos por el técnico en el Real Madrid, ya han mostrado entusiasmo con la noticia. Su presencia en el banquillo facilita la transición generacional y fortalece la conexión entre el fútbol brasileño y el europeo.
Brasil busca su sexto Mundial
Brasil no gana un Mundial desde 2002, y en las últimas ediciones ha quedado relegado por selecciones europeas más organizadas tácticamente. Con Ancelotti, la CBF busca recuperar ese equilibrio entre talento y estructura, y dar el golpe definitivo en 2026.
En un momento en que los proyectos deportivos de selecciones requieren cada vez más gestión empresarial, visión a largo plazo y conexión internacional, el fichaje de Carlo Ancelotti parece más una decisión de CEO que de entrenador. Y eso, sin duda, encaja con la nueva era del fútbol moderno.
