La movilidad representa hoy en día más del 40% del consumo energético de nuestro país, según datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE). Esta cifra tan elevada no sólo implica un alto coste económico, tanto para los particulares como para las Administraciones Públicas y las empresas, sino que además conlleva la emisión de gases de efecto invernadero e implica un aumento considerable de la contaminación El transporte es una parte indisociable de las actividades cotidianas de la ciudadanía. La mayor parte de las personas debemos desplazarnos a diario para acudir a nuestro puesto de trabajo, hacer la compra, visitar a familiares y amigos, realizar actividades de ocio o irnos de vacaciones. Si los seres humanos estuviéramos hechos para quedarnos siempre en el mismo sitio, tendríamos raíces, como los árboles. Tal vez por eso nos movemos constantemente. En estos momentos estamos inmersos en un proceso de transición energética, y por eso es necesario reflexionar sobre la forma en que se desplazan personas y mercancías dentro y fuera de los núcleos urbanos; y qué impacto puede causar en el medio ambiente a futuro. El cambio pasará por dejar atrás un sistema de movilidad basado en combustibles fósiles y contaminantes y avanzar hacia una movilidad más limpia, seguramente menos ruidosa y más respetuosa con el planeta.
Durante la última Semana Europea de la Movilidad, celebrada en septiembre de 2019, se calculó que circulaban por las carreteras españolas más de 80.000 vehículos eléctricos. Madrid es la comunidad con más vehículos eléctricos, ya que supera los 30.000, seguida de Cataluña con más de 20.000, Andalucía con unos 7.500 y la Comunidad Valenciana con más de 6.000. A lo largo de 2019 se vendieron en España 10.050 coches eléctricos y fue el mes de marzo el que acumuló más ventas, con un total de 1.302 vehículos. Los tres modelos más vendidos fueron el Tesla Model 3, el Nissan Leaf y el Renault Zoe. Durante los tres primeros meses de 2020, y hasta la llegada del confinamiento obligatorio a mitad de marzo por el Covid-19, se habían vendido en nuestro país un total de 3.948 coches eléctricos. Más de un tercio del total de ventas del año anterior.
Ventajas del coche eléctrico
Saúl López es responsable de Movilidad Eléctrica en la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente y miembro del Consejo de Administración de EasyCharger, una startup que está desarrollando una red de puntos de carga rápida y ultrarápida de vehículos en España. Empezó a implicarse en temas de movilidad en 2014 mientras vivía en Noruega y donde se compró su primer coche eléctrico. Desde entonces se ha dedicado a la sostenibilidad en el transporte y a la movilidad cero emisiones. En su opinión el transporte eléctrico presenta dos ventajas principales: “la reducción de emisiones, tanto de gases de efecto invernadero como de gases tóxicos y partículas que afectan a la calidad del aire, y el ahorro económico que se deriva tanto de la mayor eficiencia de los vehículos eléctricos frente a los de motor de combustión interna, como del menor coste de la electricidad frente a los combustibles fósiles y menor coste de mantenimiento de los vehículos”. Sin embargo, también destaca otras ventajas colaterales, como por ejemplo “la sustancial reducción en los niveles de contaminación acústica o el ahorro económico derivado de la menor cantidad de averías a las que se exponen los vehículos eléctricos, pues sus motores tienen menor número de componentes, son más fiables y por ende más duraderos sin necesidad de reparaciones”.
‘Pásate a lo eléctrico’ es una asociación formada por expertos entusiastas que defienden y promueven la movilidad eléctrica sostenible y el uso de las energías renovables en nuestro país. David Pérez es su vicepresidente y coincide con Saúl López al afirmar que las principales ventajas de este tipo de3 vehículos son “la disminución en la emisión directa de las emisiones, el uso de tecnologías más eficientes energéticamente y el ahorro económico”.
Saúl López subraya que “nos enfrentamos a una urgencia climática de la que poca gente es consciente” y que, además, “las medidas que se están tomando, parecen llegar tarde y con poca contundencia”. Recuerda que el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático “lleva décadas advirtiendo que debemos mantener el calentamiento global muy por debajo de los 2ºC o incluso en 1,5ºC, mediante la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, o nos enfrentaremos todos a consecuencias catastróficas”. Y, además, para evitar ese mundo hostil, la reducción de emisiones debería aplicarse con efectos inmediatos.
Para evitar esta situación tan indeseable, David Pérez incide en que tenemos que afrontar tres retos: “eliminar los gases tóxicos de las grandes ciudades –que ya están provocando enfermedades cardiacas y respiratorias entre la población–, reducir la emisión de gases de efecto invernadero (CO2) para no seguir favoreciendo el calentamiento global y sus consecuencias sobre la naturaleza e invertir en I+D en el sector del transporte”.
Movilidad en grandes áreas
Uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta España a la hora de alcanzar la movilidad sostenible es algo tan simple como plantearse si nuestra red eléctrica está preparada para dar soporte a tantos nuevos vehículos. Red Eléctrica de España (REE) y la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) publicaron recientemente un estudio –con el apoyo de IDEA, Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía– cuyo objetivo es tratar el tema y ofrecer asesoramiento técnico y soporte a la hora de integrar vehículos eléctricos en las ciudades.
En dicho estudio, la Guía de movilidad eléctrica para entidades locales, afirma que la red de transporte está preparada para incorporar de forma masiva los vehículos eléctricos, pero que tendrá que desarrollar nuevas herramientas para integrarlos en escenarios más complejos, debido a la variabilidad que suponen las energías renovables y la participación de nuevos actores de generación y demanda. En cuanto a las circunstancias de recarga de baterías de los vehículos, aprecia tres posibles escenarios en los que sería viable. En primer lugar la recarga nocturna, que sería la natural para el vehículo inactivo, porque permite aprovechar mejor las infraestructuras del sector eléctrico y los precios más reducidos de la electricidad. En segundo lugar, la recarga de oportunidad, que se realiza en espacios públicos o corredores eléctricos para atender las necesidades puntuales de recarga. Y en tercer lugar, la recarga en el centro de trabajo, que permite que el vehículo se recupere durante la jornada laboral del dueño.
La escasez de puntos de recarga de vehículos eléctricos en nuestro territorio es uno de los factores que frena la compra de coches de este tipo en España. Aunque es cierto que cada vez se están instalando más puntos de recarga y la infraestructura a lo largo y ancho del territorio va tomando cuerpo, a día de hoy sigue siendo insuficiente para muchos posibles compradores. Según datos de la plataforma colaborativa para el uso de vehículos eléctricos Electromaps (www.electromaps.com), en la actualidad hay en España más de 5.600 puntos de recarga dotados con más de 15.000 conectores de recarga.
Transporte y futuro
El futuro del transporte, según explica Saúl López, “pasará por lo que Jeremy Rifkin ha dado en llamar la tercera revolución industrial que, en el ámbito del transporte, se concreta en una transición disruptiva hacia un modelo en el que los vehículos sean cero emisiones, autónomos y compartidos”. La tecnología estará al frente de esa transición, “en concreto la inteligencia artificial y la generación descentralizada de electricidad mediante energías renovables, y cambiará todo el sector del transporte, que pasará a ser un mero servicio”. De hecho, asegura que aumentará el número de medios de transporte de uso colectivo, porque “como destaca Tony Seba, la MaaS (Mobility as a Service) o movilidad como servicio hará que el número de vehículos en circulación a nivel global caiga hasta un 80%, ya que el modelo de propiedad individual de un vehículo que normalmente está más del 90% del tiempo parado, quedará obsoleto”.
Por su parte, David Pérez estima que en una década la mayoría del transporte utilizará tecnologías completamente eléctricas: primero serán los turismos privados, a los que seguirá el transporte pesado con camiones, después los buques de mercancías y pasajeros y por último, la aviación. “Hay ya mucho movimiento de ideas en el sector, pero falta tiempo para llegar a una verdadera viabilidad industrial. Estos últimos dos años han sido el verdadero punto de partida para la inversión y la investigación en nuevas tecnologías”.
Contribución personal
Es fácil echar balones fuera y pensar que el cambio y la transición energética la tienen que hacer los gobiernos y las grandes empresas, pero eso no es así. Hay muchas pequeñas formas de contribuir a nivel individual y especialmente como consumidores. Además de su trabajo habitual, Saúl López tiene uno de los canales de Youtube en español con más seguidores (casi 200.000 suscriptores) sobre movilidad eléctrica. Para él, nuestro papel como consumidores tiene una enorme importancia. “Hay que dejar de comprar productos o servicios no respetuosos con el medio ambiente y con el clima. Por ejemplo, que tu próximo coche sea eléctrico. Y si no te puedes permitir un coche nuevo y eléctrico, al menos deja el tuyo en casa y utiliza todo lo posible soluciones alternativas y más respetuosas con el medio ambiente, como el transporte público, la bicicleta, caminar más o los sistemas de vehículos compartidos, como el carsharing o el motosharing”.